martes, 29 de octubre de 2013

Alma Simonne: “Puedes cambiar de caminos pero tienen que ser tuyos”.

Texto: Noelia Baldrich   Fotos: Alma Simonne

La cantante de jazz barcelonesa, Alma Simonne en una de sus  últimas actuaciones 

Su disco rezuma el aroma de la cantante de jazz Nina Simone. De hecho su primer tema, Nina’s Trumpet, -una oda a la alegría- está dedicada a la gran sacerdotisa del soul que con su voz atrompetada convertía “las canciones en maravillas”. Es el primer álbum en solitario de esta joven cantante y compositora barcelonesa pero su obra ambiciona a ser un eslabón importante en su carrera como solista de jazz, soul y blues. Madera no le falta: posee una voz sensual y aterciopelada, con una garganta todoterreno capaz de atrompetar su timbre a lo Simone; carácter y dulzura, -con un notable parecido a Diana Krall-, para imprimir la justa expresividad a su interpretación, sin caer en histrionismos; y un discurso propio para componer temas de hondo calado en el que se pueden escuchar reflexiones sobre la violencia, los diamantes de sangre o la búsqueda interior. Un disco ecléctico que hace sonreír, alegre, de buen rollo que nos hace “feels so fine and alive” pero también la historia de una alma sofocada, Let it go, la de una desilusión, Blue tangerines, la de una nocturna liberación, Rita Rouge blues, la de una no revolución, Ain’t no revolution. Su alma “tender and genuine” se ha nutrido de fuertes experiencias humanas vividas a miles de kilómetros fuera de casa. Bélgica, Suecia, Australia, pero sobre todo la India, han sido el estímulo sensorial que ha forjado su swing. Music of them, proyecto para el que trabaja, le ha llevado a replantearse su vida, su existencia. Es en Kottayam donde conoce otra dimensión humana: un joven que tira de un “rickshaw” pero que estudia periodismo y lee a Kafka, y de ahí nace su tema Rickshawalaa. Publicista también, ha decidido dejar de vivir dos vidas paralelas para centrarse en su realidad musical. Después de formar parte de diferentes bandas como Golden Cat, The Cinnamon Girl y Niki, se ha desprendido de la caja de música de una big band y, como la Little queen of Magic Land del disco, ha apostado por sus sueños, por encontrar su camino y arreglar su alma. “La vida es una canción intensa y corta” escribe, y es en el jazz, el blues y el soul, donde sus sentimientos cobran vida. Al igual que la intérprete norteamericana, se sirve de un piano para encontrar “the right chords for a song”. Y aunque asegura I’m not easy -tampoco lo fue la inconformista Simone-, esta "jazzwoman" está demostrando tener grandes cualidades sobre los escenarios: ha pisado el Palau de la Música o Luz de Gas y en ellos "she glows and she’s irresistible". Su afinada técnica le permite esbozar un quejido por la violencia de género en Abuse, una sonrisa sardónica en Funk you baby, y transmitir una cálida nota en The sun will keep rising everyday. Así, pues, con la influencia de la irrepetible Nina Simone y el cosmopolitismo nómada de su alma “jazzera”, esta “young lady” del jazz no podría llamarse de otra manera, Alma Simonne, pero con doble “n”. Su primer disco, homónimo, es el resultado de “un alma con buenas intenciones” en el que se respira mucho esfuerzo pero que nos hace sentir Feeling good.

Alma Simonne es el primer disco de la cantante de jazz, un disco muy ecléctico, cargado de vitalidad y buen swing.
Este álbum, Alma Simonne, makes you feel so alive? 
Totalmente, sí, sí. Ha sido un florecer total, un descubrimiento.

¿Cómo es que corre el jazz por las venas de una catalana?
Bueno, el jazz corre por todas partes solo hay qué querer verlo. Desde que me apunté al Taller de Músics y empecé a indagar en este estilo en profundidad. Realmente escuchar jazz para mí es como estar en casa. También he tenido la influencia de mis padres que se dedicaban a la música de jóvenes de manera profesional y en casa siempre nos ha acompañado la música. Mi padre tiraba para el rock y mi madre era más folklórica, y la combinación de ambos ha dado bastante.

Primer trabajo en solitario, ¿has tenido que repetirte muchas veces: “Put my fear aside and let it go”? 

Casi cada día, ja, ja, casi a diario. Como todo descubrimiento hay una parte de lucha personal e indagación, de cuestiones, de preguntas. Siempre he querido ser honesta con lo que creo, con lo que produzco musicalmente y esto me lleva a darme de bruces, a veces, contra las mismas cicatrices, contra las mismas historias porque hay que menearlas un poco para dejarlas ir y para poder explicar algo personal.

Qué descubrimiento te condujo a pensar que era el momento de Alma Simonne
Fue una combinación de situaciones. Llegó un punto que tenía bastantes temas escritos y desarrollados y se los presenté a Amado Jaén, el productor musical del disco, con el que ya había colaborado en otros temas. Le pedí honestamente su opinión, si era válido mi trabajo, y la verdad es que le encantó. Nos pusimos a trabajar, preparando las maquetas durante bastante tiempo, trabajando los arreglos, y luego lo grabamos. Y cuando tuve ya el disco completo dejé todo lo demás. Abandoné mi otra vida, la rutina, ja, ja.

El jazz es un estilo callejero, impuro, mestizo, de vidas agitadas; Billie Holiday aseguraba:"cantar en la calle le había ayudado mucho". ¿Tu pluma tiene más de una Rita Rouge Blues, en la oscuridad de un bar, o del alma nómada y cosmopolita de un Rickshawalaa

Es una fusión, sí, sí. Una definición de uno mismo nunca puede ser plana, ni simple. Somos un espejo con muchas caras, hay momentos que salen unas, y otros, que salen otras.

En Rickshawalaa cantas en indi.
Hay dos estrofas (las canta). Viene a decir: “estoy sola, no sé donde iré pero el mundo es grande y generoso y me está esperando”. Es una reafirmación de los versos anteriores donde hablo de los inconvenientes de las fronteras, de la burocracia y de todo este sistema montado para que, ahora, yo no pueda decidir si en otro sitio me iría mejor. A veces, no naces en un sitio propicio y esto una realidad.

No conoces fronteras, has viajado mucho colaborando con ONG’s y en el proyecto Music of them ¿qué te aportan estas experiencias? 
En principio me enfadado mucho, ja, ja. La indignación me viene cuando vuelvo aquí. Allí es tan genuino que te subes al tren y estás cada día: “venga, venga, venga, vamos a mover, mover” aportar, a interactuar y a generar cosas bonitas dentro de las situaciones que está viviendo esa gente. Y cuando vuelves aquí, hay muchas cosas que no te gustan y que realmente no puedes con ellas, como la queja gratuita. Dejarse acunar por el victimismo y la autocompasión ¡no ayuda en nada! Allí ves a chavales que desde que son pequeñitos están apañándoselas como pueden y buscando soluciones, más que razones para preocuparse, eso es una lección ¡total! 

Dulzura y fuerza caracterizan la puesta en escena de Alma Simonne.

Experiencias que deben nutrir a una intérprete de un género tan visceral como el jazz.
Ayer leí un artículo muy interesante acerca de la identidad. A veces nos creemos que es algo fijo pero las situaciones nos la moldean constantemente; si te expones a experiencias que van a tener impacto, evidentemente, van a tener una huella y te vas a transformar. Hay una parte esencial que difícilmente se modifica porque viene de la genética y de tu aprendizaje de pequeño, eso está muy instalado. Pero hay otros aspectos que están en constante movimiento y reencajándose y cuando miras hacia dentro lo percibes.

Después de ver las precariedades de la India, ¿no nos quejamos de las dificultades que afronta un artista? 
Hombre, a veces es muy tentador... pero no, no, ¡caña, caña y caña!

A los niños de Calcuta les cantabas “If pour happy and you know it clap your hands”, ¿qué canta Alma Simonne cuándo está feliz?
Cuando estoy muy contenta improviso, me pongo a tatarear, hacer un poco de “skat” (improvisación sin letra). Además, siempre llevo la grabadora a mano y cuando algo puede tener sentido, lo grabo y empiezo a trabajar temas nuevos.

Que la inspiración siempre te pille con qué anotar.
Siií. No hay nada peor que tener la sensación de tener algo bueno y que te pille con las manos vacías. ¡Qué pavor! Hay noches, en esa fase previa al sueño, que te vienen canciones enteras con los arreglos y los instrumentos y ¡madre mía! ahora ¿cómo lo transcribo?

Hay quién dirá que por ser tu primer trabajo no es una revolución, Ain’t revolution, pero sí pones en solfa temas para revolucionar conciencias como Abuse.
Sí, cuestiones amorosas no hay demasiadas en el disco. Quería explicar temas que a lo largo de mi vida me han movido, me han afectado y me han hecho cuestionar paradigmas. Tengo un punto introspectivo, no sé si por ser hija única y vivir en una ciudad donde los críos no pueden salir a jugar a la calle y se quedan aburridos en casa. Recuerdo de pequeña siempre con los cascos, el casete o con el CD. La música siempre ha sido una evasión y una posibilidad de volar.

¿Ahora resulta que las medias naranjas pueden salir Blue tangarines?
Sí, es un juego, “blue”, también es melancólico, así que habla de las mandarinas melancólicas y tristonas.

Hay que tomárselo con sarcasmo o con la risa sardónica del jazz. 
Sí, el ritmo es “happy” pero no el tema, cuando una persona no llega a ser una naranja se queda en mandarina, ja, ja, ja. De ahí esa risa del final del corte.

Su álbum es un compedio de las experiencias que han marcado su alma. 11 cortes para revolucionas conciencias.

La Little queen of Magic Land del disco tiene superpoderes, háblame del poderío de una cantante de jazz. 
Tocar la fibra, emocionar. A veces el jazz, según como se entienda, puede sonar a elitista o muy intelectual, pero sus raíces no son esas, sino la voz del pueblo. Esas jams nocturnas donde los músicos tenían campo vastísimo para improvisar y para jugar y descubrir. También la expresividad, tener recursos y capacidad para entender lo que está pasando en el escenario y poder jugar sobre eso, pero sobre todo emocionar.

¿Cómo se prepara una intérprete para la constante la improvisación y la frescura que el género impone? 
Tienes que conocer muy bien las escalas para poder ir jugando sobre eso. Evidentemente escuchar y entenderse con los demás músicos para que funcione y ofrecer algo interesante al público.

Entendimiento absoluto con los grandes músicos que te acompañan. 
Sí, los músicos los propuso Amado Jaén y hubo muy buena afinidad. Son Amado Jaén en el bajo; Ángel Poncela, teclados; Oscar Sánchez, cajón; Albert Pont, guitarra; David Jiménez, guitarra flamenca; Danko Compta, batería y Pep Poblet al saxo.

Maravilloso el saxo y el piano que arrancan en Rita Rouge Blues. 
Recrean a la perfección la atmósfera de ese bar lúgubre, guarida de muchas almas. Estamos muy contentos del resultado.

Tocas el piano. 
Sí, pero para componer; sobre un escenario prefiero que lo hagan músicos maravillosos.

Tienes un cierto parecido físico a Diana Krall, ¿algún que otro parecido? 
Artísticamente es uno de mis referentes, me gusta muchísimo como juega con los matices, tiene una gran capacidad expresiva, con un susurro te pone la piel de gallina, se sabe acompañar muy bien al piano. Es un “musicazo”. Contemporáneas me gusta bastante Nora Jones y de las grandes divas Ella Fitzgerald, Nina Simone Aretha Franklin, Peggy Lee, Dinah Washington…

¿Algún tema standard con el que te sientas muy identificada?
Hay standards con los que me siento muy cómoda cantándolos, que no pararía, como At last de Etta James, precioso, es un descubrimiento bastante reciente en comparación con otros grandes clásicos que conocía ya antes y siempre que puedo interpretarlo, lo celebro. Me encanta.

No creo que hagas un standard de Julieta Venegas, pero que casualidad la semejanza de ambas portadas.
Sí, sí, ja, ja. Me quedé sorprendida. Su disco Los Dominios fue posterior. Cuando vi la carátula, ¡hasta la tipografía se parece! Pero la ilustración me gusta más la del mío, la hizo Judith Roca una gran artista ilustradora. Seguramente casualidades de la vida.

¿Has tenido que callejear mucho para encontrar “crowd funding” en la plataforma Verkami para editar el disco? 
Al final para este primer trabajo no he querido quemar cartuchos y lo he financiado con ahorros de toda la vida. Está editado en portales digitales y en copias físicas, que no distribuyo en tiendas, sólo en los conciertos. En el segundo disco miraré de conseguir “crowd funding”, mostraré parte del trabajo para que la gente haga aportaciones y cuando el álbum este finalizado retornarles la inversión con el disco y más regalos. No es una donación al vació, son micro inversores que antes que el proyecto esté terminado lo hacen posible micro financiándolo, y tú les das cosas a cambio. Será para el segundo disco, ja, ja, sino no habrá manera. Es un poco el retorno al origen de lo que antes era la música, donde la distancia entre el artista y el público no era tan grande. Se está recuperando esa proximidad y cercanía y eso está muy bien.

Se está celebrando la 45 edición de Voll-Damm Festival Internacional de Jazz de Barcelona, alguna sugerencia? 
Hace una semana estuve en el gran concierto de Richard Bona, fue espectacular. Además se dio la casualidad que me lo encontré en el aeropuerto estuvimos hablando y por la noche en BARTS pasé a saludarlo. La idea es formar parte de esos circuitos.

Hubo un bolo que te costó otro, ¿no? 
Ja, ja, ja, se me cayó encima. Estaba en una estantería inclinado quise enderezarlo y se me cayó con la tan mala suerte, o buena según se mire, porque pesaba mucho y me podría haber abierto la cabeza, que me partió el diente. Pero esa noche se anuló el bolo. Sin embargo, maravillosa la dentista que me trató, en un par de horas me recompuso la sonrisa.

¿Si canto “tú no puedes comprar las nubes, tú no puedes comprar los colores, mi alegría mis dolores…” que despierta en tu alma? Latinoamérica canción de King Pallarés, es una canción espectacular, además tiene un mensaje ¡uff!, está muy bien escrita y la aportación de las dos mujeres es muy dulce. Es de esas canciones que te atraviesa directamente. Creo que a pesar de nuestras diferencias y características únicas todos al final somos iguales. Las divisiones políticas, económicas e ideológicas acaban siendo más un problema que otra cosa.

Ahora que tienes tu primer sueño grabado, ¿have you fixed your soul
Eso es cada día, cada día, ja, ja. El taller de reparaciones está 24 horas abierto cantando y sin cantar.

Con las alas de tu Little queen, la garra de Rita Rouge Blues y el alma de Rickshawalaa, ¿percibes que en el principio de tu nuevo camino “The sun will keep rising every day”
Sí, sí. Toda esta historia me ha permitido darme cuenta de que qué salgan las cosas depende de mí y ver que apuestas por algo y al final lo sacas adelante da mucha confianza en uno mismo, así que “The sun will keep rising every day” seguro. 



Alma Simonne, durante la entrevista en Barcelona, mira el futuro con optimismo tratando de encaminar su carrera siguiendo el sendero de su alma, el jazz.

Parafraseando el clásico My baby just care for me, Alma Simonne just cares for… 
Una sola cosa es muy complicado. Me importa mucho que mis amigos estén bien y que sepan que yo estoy ahí, las amistades que tengo son un tesoro y cuando viajo es lo que más hecho de menos, a parte del pan con tomate, ja, ja, pero eso es más fácil de conseguir. Siempre han estado de una manera muy honesta y muy bonita. También poder tener la entereza y la fortaleza suficiente para seguir luchando y descubriendo siempre lo que es bueno para mí, no porque lo digan los demás, sino porque realmente sepa que es lo mejor para mí. Es muy importante, sí, porque puedes cambiar de caminos pero tienen que ser tuyos, no pueden ser de otros. Y la música, es el punto, es el núcleo.
Parafraseando una canción King Pallares “aquí se respira lucha y ella canta porque se escucha”. 

www.almasimonne.com

lunes, 21 de octubre de 2013

Un público eufórico despide a Melendi con "Lágrimas desordenadas".

Texto: Noelia Baldrich         Fotos: Mireia Baldrich


Melendi cerró este fin de semana su tour Lágrimas desordenadas con un clamoroso éxito en el Palau Sant Jordi y el Pavellò de Fontajau (Girona)  

Tras una gira con casi 90 conciertos en España y todo el papel agotado, una proyección personal disparada y cantada tras su paso por La Voz y a punto de volver a conquistar la audiencia con un nuevo programa Generación Rock (TVE), Melendi se ha despedido de los escenarios españoles por una temporada. Y lo ha hecho por todo lo alto, en sintonía al gran éxito que le acompaña. La gran traca final fue en el Palau Sant Jordi, este viernes, con un concierto de más de dos horas, toda una generación de rockeros sobre el escenario y el recinto a rebosar. El sábado, fue en el Pavellò de Fontajau (Girona) en el marco del Festival de Temporada Alta con un aforo mucho más reducido -unos 4.000 fans- y todo vendido. En ambos conciertos la tónica se repitió: locura, euforia y muchas Lágrimas desordenadas –muchos ojos se vieron abnegados por unas lágrimas de desconcierto: alegres por el mágico momento y tristes porque el cantante se baja de los escenarios por un tiempo.

El ingenioso cantautor ha sabido transmitir a sus fans dosis de originalidad, ingeniosas pancartas con la carrera de Melendi decoran sus conciertos.

Explosión guerrera ante un cierre de fiesta victorioso. Muchos fans se apuntaron al doblete y tras el concierto del Palau cogieron carretera y manta y se plantaron de madrugada ante las puertas del Fontajau para disfrutar del último espectáculo del tour. Venían de cualquier punto de la geografía española y algunas fans computaban unas marcas que asombraban: más de 19 conciertos. Pero -¡aviso para navegantes!- su público ha crecido exponencialmente, no solo de adolescentes, sino que un nuevo ejército de guerreros se alistado a filas. Sus armas de seducción masiva han conquistado a familias enteras, generaciones diversas y un jardín de enanitos que se lo pasa en grande. La de niños que quedan hipnotizados por el entusiasmo del asturiano. Magnética la comunión que establece con su público. En definitiva unos guerreros aguerridos para un artista incombustible que derrochó energía hasta el final.
Las generaciones más pequeñas sienten devoción por el de Oviedo. La pequeña Valeri tarareó todos los temas.
El intérprete de ‘Con la luna llena’ –por cierto en ambas noches una luna llena, real, contempló el espectáculo bajo un cielo sereno- buscó la máxima complicidad en Girona: “Hoy les pido que me ayuden a terminar está gira, si algún momento fallo cuento con ustedes, que siempre están ahí. Se entregó a la última batalla como si fuera la primera. Desgranó sus Lágrimas desordenadas junto a sus infalibles éxitos. Omitiré nombrarlos porque a estas alturas resulta una perogrullada. Aprovecharé estás líneas para poner en justo valor otras cuestiones que merecen un notable reconocimiento. Aclamado artista, exitoso disco, apabullante tour y obviamos –dándolo por hecho- que la banda dará la nota, y que la organización ordenará convenientemente el sarao. Bien, pues voy a permitirme una licencia y a extenderme algo más en estos dos últimos aspectos. El cantautor asturiano se hace acompañar por una potente banda: Carlos Rufo y Javier Sánchez, guitarras; Alejandro García, bajo; Enzo Filipone, batería; Luca Germini, piano y Jose de Castro ‘Jopi’, guitarra y dirección musical. Los impresionantes solos de los guitarras, las contundentes baquetas de Enzo, la candencia de Luca a las teclas del piano y la marcada batuta de Jopi conforman una exigente formación rockera. 

La "troupe" Melendi al completo haciendo exhibición de sus habilidades. A la retaguardia estaban el batería Enzo, y el pianista Luca.
Y si sobre el escenario se hacen notar, abajo, en el backstage su semblante tranquilo, afable, y empático les confiere una distinguida nota. Sí, Melendi ha sabido rodearse de una banda que desprende además de muy buena música, muy buen karma. Merecido reconocimiento para ellos. Y con nota alta –sobresaliente- se despachó todo el tinglado montado en el Fontajau, cabía de esperar tratándose del Festival de Temporada Alta de Girona i Salt, el certamen de artes escénicas con más solera. Colas que fluían ordenadamente, cómodos aparcamientos y personal solícito y entregado hicieron que todo fluyera como la canción del cantautor “sin pausas pero sin prisas”. Y a riesgo de llevarme alguna réplica añadiré además el ejemplar comportamiento del público de Girona. “procurando no hacer ruido, vestido con una sonrisa, sin complejo ni temores”. Porque así es. Serán por los aires de l’Empordà, por su alto nivel de renta o simplemente porque quién escribe está sugestionada por la belleza de aquel paraje, pero el “tarannà” de sus habitantes transmite firmeza y buena educación. Y hecha las convenientes puntualizaciones, aquellos que quieran volver a ver Melendi sobre un escenario pueden hacerlo cruzando el charco y acoplarse a su gira por Latinoamérica (Venezuela, Ecuador, Chile y Argentina) que continua en noviembre; en España habrá que esperar un nuevo tour. Es evidente, que el de Oviedo está sorteando divinamente la crisis, y que todo lo que toca lo convierte en éxito; suerte también para quienes han sabido hacerse con este artista de los huevos de oro.

El Pavellò de Fontajau, Girona, con "sold out", derrochó eufória y cierta nostalgia por el final de gira. El cancionero urbano del asturiano da lugar a un merchandinsing muy singular.

jueves, 17 de octubre de 2013

Rebeldes en "1,2,3 Acción"

Texto: Noelia Baldrich   Fotos: Mireia Baldrich

Para esta histórica banda de rock el tiempo es relativo: dilatado, son casi 35 años de trayectoria musical para degustar sus clásicos al abrigo del ‘Mediterráneo’ y ‘Bajo la luz de la luna’; y fugaz cuando se ponen sus discos a rodar, entonces las hojas del calendario van a todo gas.  Acaban de publicar un nuevo trabajo, ya mayor de edad,  por tratarse del decimoctavo, y la cuenta atrás ha comenzado: 3, 2, 1… o mejor 1, 2, 3 Acción(Mitik Records) y a rocanrolear. Son los mismos ‘Reyes de la fiesta’  que en 1981 nos recetaban Cervezas, chicas y …rocabilly, con esas notas Basicamente Rebeldes(1995), que evocan aquellos veranos eternos de ‘Mi generación’ viajando en Mehari por la ciudad buscando el estado de gracia junto a ‘Mescalina’, su musa. Recuerdos y melancolía que Barcelona, su estandarte, les inspiran.  Tras el directo Noches de luz, días de gas (2010) han hecho una puesta a punto en el taller de sonido, los estudios Sentir, y en algún que otro domicilio. Han afinado sus guitarras -joyas de colección- alguna es ‘Como una Gretsch’, y han sacado brillo a su ‘Viejo Chevrolet’ -aunque su frontman ni siquiera conduzca-. Iconografía rock, punkabilly melódico y momento de echarse ya a la n-163 en busca del barullo, desde las Ramblas hasta la Puerta del Sol. Pero como  ‘La libertad crea adicción’  estos Rebeldes con causa(1985) han invertido la dirección: primero Madrid y ahora en Barcelona. A su nuevo álbum se han entregado en Cuerpo y Alma (1991), y aunque el rock and roll pueda parecer una antigualla más vale tener cuidado porque este viernes estas bestias rockeras salen cazar a Luz de Gas. Aseguran que este nuevo trabajo 1, 2, 3 Acción es “El Disco” y no es una trampa. Sí, Esto es rocanrol (1984), con sus Vicios y sus virtudes (1999); bien lo saben Carlos Segarra y Aurelio Morata que han vuelto a acoplarse, por aquello que Más sabe más el diablo(2008), para traernos ‘Toda la belleza’ sonora que hay en sus cabezas. Qué sabia es la vida, que siempre nos trae nuevas oportunidades de escuchar a una mítica banda renovada. 12 temas nuevos como ‘Corazón desesperado’, ‘Mientes’… Bueno, me parece que voy a cerrar el pico porque Carlos Segarra me está mirando ‘Con los ojos del tigre’ y como es un poco chulo y presumido igual me suelta: ‘Vas a acabar con mi paciencia’. Pues, vamos allá 1, 2, 3 Acción


1,2,3 Acción el nuevo disco de Rebeldes es un trallazo de punkabilly melódico que suena a unos Rebeldes rejuvenecidos. 

¿El rock and roll, como el buen vino, mejora con los años?
Sí, pero el rock and roll se conserva sin aditivos, ni conservantes, por sí mismo. Es imperecedero y sobre todo se conserva porque hay músicos que lo quieren tocar y un hay público que lo quiere escuchar. Ya lo decía John Lenon: “el rock and roll nunca morirá porque le gusta a demasiada gente incluido a mí”. Eso puntúa más.

¿En qué ha mejorado el vuestro para llamar 1, 2, 3 Acción “El Disco”?
Primero y aunque parezca una perogrullada se compone de canciones y si en un disco de 12 canciones todas son muy buenas es un gran disco, eso por definición. Segundo hemos querido utilizar, en un mundo digital y con una música que se creó analógicamente, mucho aparato analógico. Grabar en cinta –que no es lo mismo que preñada (bromea)- micros de condensador, amplificadores de válvulas de los años  40 y 50 que tienen mucha rabia -un Fender antiguo viene a ser como un Maserati o un Ferrari- es como un potro desbocado. Grabamos con lo máximo analógico posible y luego lo volcamos en digital, en el CD. Lo que escucha el público es en soporte digital. La rabia, la clase, la raza (engola la voz) de los “amplis” y las guitarras está en analógico. Lo que la gente no sabe es que los CD no se graban –esto es física de Los Maristas de Les Corts- un CD es una codificación binaria de información en curso…

Con la física se pierde una, comienza a descodificar.
El rock en CD no suena igual, porque la música analógica suena en tres dimensiones y la música digital suena, digamos, en solo dos dimensiones, es una cuestión física, es ciencia.

Voy a intentar condensar todo ese conocimiento. ¿Esa física la habéis aplicado en los estudios de Aurelio Morata?
Allí se ha hecho la maqueta, las primeras versiones… Pero hemos grabado en los estudios Sentir, al final de la calle Caspe.

¿Qué ciencia ha inspirado los doce temas inéditos? Tengo entendido que ‘Bajo la luz de la luna’ nació en la mili como un ejercicio de cinismo.
‘Bajo la luz de la luna’ la hice en una garita, en dos horas. Aurelio y yo hemos compuestos los temas, la mayoría yo, pero quiero aclarar que una banda de rock and roll como Rebeldes, los músicos juegan una parte muy importante. Un batería que toca con un swing muy determinado también condiciona la canción, el hecho de tener un contrabajista acústico como Alfonso Múgica también, porque no suena igual un contrabajo acústico que un bajo eléctrico.

Rebeldes empezó siendo un trío ¿ahora quienes son los actuales Héroes de Rebeldes?
Wichi García de Maya, batería; Alfonso Múgica, alcontrabajo; Dani Pérez al saxo y Carlos Segarra, guitarra y voz, cuatro de cuatro.



Imágen promocional de Rebeldes: Wichi García de Maya, Alfonso Múgica, Carlos Segarra y Dani Pérez

Con Aurelio Morata ha sido un fijo discontinuo.
Comencé con él, después el montó una banda a mitad de los 80 mientras yo hacía el servicio militar en Ceuta, donde compuse ‘Bajo la luz de la luna’, ‘Mediterráneo’ y otras. El siguió su carrera pero seguimos teniendo relación. Desde hace unos años las producciones que he hecho para Rebeldes, como para el trío de otro tipo de música llamado Rock and Roll Club, las he grabado o mezclado en su estudio. Más tarde se incorporó como manager y discográfica -coproductor conmigo- y hasta aquí.

¿Tienes idea cuantos temas ha compuesto la banda a lo largo de su trayectoria?
No, pero sería fácil, se llama al SGAE, ponesCarlos Segarra y salen todos.

¿Alguno se habrá quedado en la recámara?
No, yo no registro nada que no llegue a grabar. Yo no pongo a la carretera coche que no está acabado.

¿Cómo se explica que rodando por tantas carreteras uno no conduzca, aunque sea por el gustazo de conducir un ‘Viejo Chevrolet’?
Los coches me gustan mucho estéticamente pero no me veo conduciendo uno. Tengo amigos que les gustan las guitarras, tienen guitarras y no saben tocarlas. Pero próximamente puede que esté conduciendo motocicleta.

¿Una buena Gretsch no te faltará?
Tengo ¡bastantes! buenas Gretsch.

¿Alguna joya de la corona?
Tengo bastantes joyas de la corona. Un par de modelos White Falcon, Country Gentelman, Duo Jet, Silver Jet, Chet Atkins, Broadcaster…

¿¡Todas en casa!?
Como tengo la suerte de vivir entre Barcelona, Alicante, Madrid y alguna más por ahí repartida. Eso me permite ir de gira y salir casi con las manos vacías, con una bolsita para las púas de guitarra.

Barcelona sigue siendo tu musa ‘15 años sin ti’. La ciudad condal ¿sigue siendo la mejor ciudad para vivir o “la vida ya no es vida en la ciudad”?
Yo estoy viviendo en un pueblecito que somos cuatro y el cabo, el cura y el alcalde. Si tuviera que volver a vivir en una ciudad seria Barcelona o, no vivir en una city. Barcelona es una ciudad muy cómoda, muy bonita, muy soleada, muy práctica para vivir y conducir…

Barcelona revolucionó el rock.
Fue una fiesta. Cuando yo tenía 17 años, Barcelona era para mí la capital del mundo, más que Nueva York, Londres o París.

Volvamos a la fiesta del disco, insólito el tema ‘Los ojos del tigre’, menudo zarpazo musical.
Fue porque mi niña pequeña, Maika, le encargaron un trabajo en el colegio sobre el tigre y nos dedicamos a buscar fotos en internet para recortarlas y engancharlas en una cartulina y vi esa mirada entre bizco y miope de un tigre.  Me sugirió la historia de  un Pedro Navaja y de ahí salió la historia de un posible matón a sueldo que se podría llamar el tigre. Y todo de un trabajo escolar. La inspiración viene como viene y ¡que te pille con papel y lápiz, servilleta o móvil!

Las mujeres fuente de inspiración ‘Mescalina’, ‘Carolina’, ‘Ella es mía’ y ahora ‘Ella es una trampa’, hay alguna por la que sientas predilección.
‘Ella es una trampa’ es de Aurelio con lo cual no puntúa. No, son canciones que haces para la hija de un amigo, la pareja que tienes, y a veces ni siquiera existe esa mujer. No todo es autobiográfico.

Este trabajo no es producto de un ‘Corazón desesperado’ aunque un tema se llame así. Suena muy vitalista.
Es vitalista. Pero también hay en 1, 2, 3 Acción un mensaje implícito: está bien vivir el día a día pero piensa que el futuro es el presente de mañana.


Carlos Segarra, durante la entrevista en Barcelona, con la misma la raza y la garra de siempre.

En un género que reivindica el “carpe diem”, ¿hay tiempo para pensar en el futuro?
Por supuesto. Mientras haya gente que quiera escuchar el rock and roll y músicos que lo quieran tocar, estará vigente. Igual que el jazz, flamenco, blues. Por el hecho de no tocar la música más mediática no quiere decir que no existas, es más, muchas veces hace menos ruido, pero, es más serio el festival de blues de Hondarribia que a lo mejor una gran fiesta de una emisora comercial de unos artistas de usar y tirar, que están ahí por las niñas de 15 años, que el día de mañana no sólo no lo recordarán sino que negarán haber sido fan de estos grupos. Eso no tiene futuro.

¿Futuro tendrá el Iberia Festival Benidorn, que ha congregado otras joyas del rock and roll como Loquillo, La Guardia, La Unión, Jaime Urrutia, entre otros?
Creo que sí. Estuvimos tocando el 21 de septiembre con lleno absoluto.

Gracias a Rebeldes esas bandas vieron la luz, marcasteis un hito.
Dicen que quién da primero da dos veces y eso es verdad, hemos dado primero. Lógicamente los que vienen después, si tienen algo que ver con nuestro estilo musical, en teoría, deberían tener algo que agradecer, algunos lo hacen otros no. Otros creen en la generación espontánea. Como científico no creo en la generación espontánea.

¿Ha sido venerada vuestra gloria?
No me gusta ni que me veneren. La única gloria que me gusta es una canción de Bud Morrison, ¡eso es la gloria!

Los reconocimientos –un disco platino, dos dobles de platino, tres discos de oro- son de agradecer.
Soy muy cabezón, si hago una cosa que está bien y estoy convencido de ello  por mucho que me digan que está mal no me van a convencer, y a la inversa,  si he hecho algo que al público le gusta pero a mí no, no me convencerán de que está bien. Con lo cual, los reconocimientos a todo el mundo le gustan, que le den la palmadita a la espalda, le regalen las orejas y esas cosas, pero tengo mi propio criterio, que no siempre coincide ya no solo con el público sino con gente de mi entorno.

¿Este viernes convenceréis en Luz de Gas?
Por supuesto, a lo mejor no venceremos, pero convenceremos.  

Como decías, el restaurante es vuestro y vosotros servís el menú ¿qué plato vais a servir?
Primero ensalada de clásicos de Rebeldes, segundo un buen entrecot y de tercero “roast beef” de rabo de toro al estilo Rebeldes, ja, ja.

El formato físico presenta un menú de luxe.
Tenemos el menú diario de 8 euros (señala el CD simple) y luego tenemos el menú degustación 30 euros, como el Bulli de Roses,  sin carta y con sorpresa de la casa.

¿Qué ingredientes componen ese menú tan exclusivo?
Un pañuelo con el logo de Rebeldes y la púa de guitarra muy mona, más fotos de la banda…

1, 2, 3 Acción se presenta también en un edición de luxe con un pañuelo y una púa de guitarra grabados con el sello de Rebeldes y fotos inéditas de la bandada.

Muchos agradecimientos: a la mujer, niñas, a los miembros de la banda…
Está dedicatoria es muy personal hay cosas que no se pueden contar, solo lo saben los destinatarios.

A lo largo de estos 35 años cuenta algún momento donde hay La rosa y la cruz.
La rosa y la cruz siempre van mezcladas. La rosa puede ser muy bonita pero tiene espinas y la cruz puede ser tu salvación o puede ser una cruz a tu espalda para llevar toda la vida. Están entremezcladas, los éxitos son un poco amargos y, a veces, de un fracaso puedes sacar una alegría, si eres lo suficientemente inteligente.

En el año 85 formaste el grupo Rock & Roll Club, versionando los clásicos 50 o 60 ¿sigue rocanroleando?
No, ahora tengo un trío que se llama Segarra inn blues. Es otra onda, es blues, rock de los 70, alguna canción blues de Rebeldes.

¿Qué acaba con la paciencia de un rebelde como Carlos Segarra?
Ver las noticias, ver cómo están tomando el pelo a todo el mundo, cómo jubilados tienen que salir a la calle a demandar derechos que ya habían adquirido, gente con enfermedades caras de tratar y que se les niega la atención médica… Acaban con mi paciencia, como todo hijo de vecino.

¿La crisis es resultado de la filosofía Made in spain que recogía uno de vuestros clásicos?
No. El español es muy pícaro y tiene una cierta tendencia a la pereza. Pero lo que creo es que en un país de servicios como España, donde la pequeña y mediana empresa y los autónomos estamos con el pie en el cuello todo el día no tiene futuro. Sin nosotros este país no es nada. No nos dejan respirar: sin derechos a créditos, sin poder renegociar… te hablo ahora más como autónomo que como músico.

Lo único que funciona parece ser el Barça.
Sí soy culé. Bien, el Neymar está comenzando y el argentino (bromea con su acento) se le ve bien.

¿Qué recuerdas de aquel joven de 16 años que tocaba en locales donde estaba prohibida la entrada a menores de 18?
Soy poco dado a nostalgias. Estoy haciendo lo mismo que hacía, antes lo hacía para cien personas y ahora lo hago para mil, diez mil.

¿Pensaste que llegarías tan lejos?
No, nunca, es algo que haces como escaqueo, porque te gusta, hasta que te toque hacer oposiciones en La Caixa o picar piedra a la mina de Asturias pero no te lo planteas como un futuro profesional.

Si pudieras mantener una conversación con aquel Carlos Segarra de 16 que empezaba en un tugurio, sabiendo las rosas y cruces que va a vivir ¿qué le dirías?
Hay una frase en la banda sonora de la serie Los Soprano: “Get yourself a gun” (cógete una pistola).

¿?
Hablo conceptualmente.

Vamos a terminar rocanroleando ¿miento si digo que seguéis siendo ‘Los reyes de la fiesta’ del rockabilly?
No mientes. Somos los reyes de la fiesta, lo veréis  este viernes en el concierto. Vendrán invitados Dani Nel·lo, Emilio Díaz, Aurelio tocará un par de temas y otros invitados que serán sorpresa.

Carlos Segarra nos deleitó con un aperitivo musical, antes del concierto de este viernes en Luz de Gas.

Sin duda, a los Rebeldes hay que escucharlos en analógico, este viernes en Luz de Gas presentando "1, 2,3 Acción".

 www.losrebeldes.com

miércoles, 16 de octubre de 2013

'Cine francés', el nuevo disco de Javier Cuenca.

Texto: Noelia Baldrich     Fotos: Mireia Baldrich

El cantautor madrileño, Javier Cuenca acaba de editar Cine francés un disco inspirado en el cine de la 'Nouvelle vague', donde las canciones reproducen fotogramas de películas de Rohmer o Truffaut.

A través de su música enseña al mundo lo que esconden sus ojos, siempre buscando algo especial: postales de ciudades, cuadernos de viaje, sesiones de cine, encuentros fugaces o turbios romances. Cantautor, compositor y periodista en una agencia de noticias, este músico madrileño acaba de dar su primicia: la publicación de su quinto trabajo discográfico con tintes cinematográficos. Bien podría ser un guión del séptimo arte por sus ‘Chicas en patines’ pero sus sesiones no han sido filmadas sino grabadas en los estudios Serendipity. La corriente cineasta de Eric Rohmer, François Truffaut o Woody Allen, es el atril que sustenta sus partituras; su pluma poética, con ‘La rosa y la espina’, el instrumento que hace aflorar las palabras sin prisa; y ese blues-jazz, “con tinta sonora del mejor Debussy”, el color impresionista de su melodía. Busca en la inspiración una canción que alivie el desencanto, que llene los huecos impasibles de la decepción, que huya de la mediocridad y que el corazón abra de par en par. Diez temas que vuelan como ‘Los pájaros de los Alpes’ cruzando ciudades: Paris, Viena, Venecia, Praga, New York… viajando en el tren de los sentimientos, para hacer ‘Voto de nostalgia’, bebiendo los vientos del olvido, inventando ecos de felicidad y brindando por volverse a enamorar -con tanta poética puede que me esté yendo por las ramas-. Y en ese Orient Express sentimental derrocha imaginación: un romance a ‘Mediados de agosto’ donde Oviedo es un blues disfrazado de nube; noches, donde la ciudad es un campo de batalla y ‘Las manos de los héroes’ combaten la sinrazón. Este músico invidente, que ve lo que escucha, lleva en la cabeza el soniquete de un blues ‘Demasiado oscuro’ para circular por ‘Carreteras’ sonoras convencionales. Sus cortes son experimentos donde se manipulan la realidad y lo artificial. Se rompen los esquemas de la normalidad y hacen saltar las alarmas de la perplejidad. Un “collage” cinéfilo-sentimental con toques de irrealidad donde la música apuntala la nota más glamurosa: una corriente a lo “Nouvelle vague” acompasa el pentagrama -empiezas a cantar la melodía y te acabas perdiendo por las ramas-. Elegante sonoridad dirigida por el productor Gonzalo Lasheras e interpretada por unos músicos con prestancia en el jazz. El batería Larry Martin, el guitarrista Enrique García y el contrabajista Javier Colina confieren un alto sentido estético al conjunto para estar a la altura de las evocaciones que la obra emana: Mozart, Verdi y Bach. Un disco distinguido, caracterizado por ese inconfundible “charme” parisino. Si la industria discográfica no abre los ojos ante Cine Francés -sus anteriores trabajos fueron algo ninguneados por Puro Vicio (2009)- demostrará adolecer de una ceguera en 3D: ni escucha, ni ve, ni “comprend rien de rien”. Él, con una visión que va mas allá de la simple mirada, parece comprenderlo todo para reinventarlo de nuevo. Vamos a escuchar y ver lo que nos deslumbra este singular cantautor madrileño, Javier Cuenca. “He de confesarte, Javier, que ‘Antes de conocerte’, imaginaba tus respuestas pero, ahora que tenemos un rato, te pido que hagamos un trato: mi soliloquio por tus pensamientos, al estilo de tu disco Cine francés. ¿Très bien?”

Cine francés, quinto disco, pero por tu condición de madrileño, en versión Alphaville.
Pues sí, ahora que están cerrando cines a mansalva me da mucha pena. Los Alphaville, que ahora curiosamente se llaman los Golem, están en Madrid, eran unos cines que tuvieron mucha relevancia en los años 80, sobretodo, porque estrenaban películas de autor y que se salían de los circuitos, era el caso de las películas de Eric Rohmer, al que hago mención en la canción de ‘Cine Francés’. Tenían una librería, una cafetería, eran unos cines muy entrañables en versión original.

Absorta y fascinada me he quedado por esa inspiración musical de la ‘Nouvelle vague’, ¿qué te seduce de esa corriente cineasta de los años 50?
Es un cine muy auténtico y pegado a la realidad. Aunque haya ficción e imaginación en el disco, trato de pegar la lente a lo que veo, percibo, siento, a lo que vivo. Es lo que tenía la ‘Nouvelle vague’, era un movimiento muy libre, la cámara estaba siempre pegada a la realidad. Eso lo reflejan muy bien las películas de Rohmer. En su película El rayo verde de la que hago alusión en el disco, los diálogos están improvisados, Rohmer explicaba a los actores la historia que quería contar y ellos improvisaban. Esa libertad daba una cercanía real y espontánea muy verídica.

Adoptas esa libertad de expresión en tu poética, la libertad técnica en esa la melodía indómita (te acabas perdiendo) y la libertad de imaginación con secuencias de realidad y ficción ¿es por aquello de que el “el cine y la vida” no se parecen?
Sí. Aunque el cine va muy pegado a mi vida, porque soy muy cinéfilo y hay películas que conviertes en parte de tu vida, no dejan de ser películas y por tanto ficción.

¿Por qué escoges para la portada del álbum el filme Al final de la escapada de Jean Luc Godard?
Porque está considerada como la película que inaugura la ‘Novelle vague’. Cuenta una historia de cine negro con otro planteamiento todo muy auténtico.

En tus planteamientos musicales nos regalas un domingo en Salzburgo, tres compases de Mozart, un paisaje imposible. ¿Cuál es la llave maestra que libera a tu musa?
Pues… la vida, a riesgo de parecer excesivamente poético, creo que lo que vas viviendo, lo que vas imaginando que puedes vivir, lo que vas sintiendo, es lo que va liberando la inspiración. Algún brochazo de algo, sin haberlo vivido pero que me gustaría, me despierta las ganas de vivirlo aunque sea en una canción. Utilizamos la creación artística para vivir momentos que a veces la vida no nos da. Igual que el cine, te evades de la realidad y entras en ese juego. La creación libera la inspiración y ésta luego fluye en una canción.

Diez temas donde Javier Cuenca pone de relieve su pluma poética, su elegancia compositora y su libertad creativa. Un disco elegante con aromas de 'charme' parisino.

¿Brochazos de invención pero con pinceladas autobiográficas?
Sí, siempre hay, aunque cuentes una historia ajena a ti, en el momento que la estás contando le estás dando un matiz autobiográfico, pones algo de ti.

¿Y qué hay de ti en temas como ‘Demasiado oscuro’ un laboratorio de utopías?
Esa canción junto a ‘Cine francés’ son los dos temas en las que más presente está el cine. La compongo a partir de un fotograma de la película La mosca (1958). La escena final de esa mosca, medio humana por su simbiosis con el científico, atrapada en una tela de araña pidiendo socorro me impactó desde que la vi por primera vez a los trece años. A partir de esa imagen voy haciéndola mía, llevándola a mi terreno.

¿Eres un compositor con o sin método? Cantas: “Si me falta un verso para acabar esta canción exploro el reverso y encuentro la ansiada inspiración”.
Sí porque la inspiración se puede encontrar más, que en el anverso en el reverso. Piensas que puedes encontrar historias en lo cotidiano o en lo lógico y a veces tienes que ir al otro lado, ir más allá, darle vueltas a las cosas, hay que buscar esos matices. Lo que trato de decir es que si no encuentro inspiración en la realidad, en lo plausible, le doy la vuelta a ver si ahí encuentro la inspiración. Y en cuanto al método, no tengo. Intento construir una melodía y a partir de ella escribo la letra, aunque a veces ya tengo en la cabeza frases e ideas que me permiten hacer la canción. Aún así, le doy mucha importancia a las melodías, en las buenas melodía es donde están las canciones.

Con tu melodía siempre me pierdo: jazz, blues, soul… ¿cómo ha sido esa búsqueda sonora tan bien apuntalada y sibarita con notas “del mejor Debussy”?
No es un disco de jazz, pero si es cierto que me gusta mucho, y me estoy metiendo mucho en ese mundo. Hay esbozos de ese género y, además, los músicos que han participado vienen del jazz, como Larry Martin. Me interesa este estilo por su elegancia. Está muy presente en el tema ‘Cine francés’ e incluso en ‘Chicas en patines’, tema que me planteaba con un arreglo “jazz-manouche”, que tocan los gitanos franceses, pero el productor me remitió más a una música que evoca los años 70.


Cine francés, con toques de jazz cuenta con la producción de Gonzalo Lasheras y la colaboración de excelentes músicos como el batería Larry Martin, el contrabajista Javier Colina y el guitarrista Enrique García.

Tus anteriores trabajos son también de gran calidad, incluso interpretas un tema ‘Melilla’ con Ismael Serrano, pero se ha hecho oídos sordos. Vamos a conspirar contra la industria, ¿qué les decimos, que andan cortos de vista y oído?
Lo que les has dicho en la introducción, ha sido un buen mensaje. Sí, me deja a veces perplejo y no solo por mi música. Hay gente que están haciendo cosas muy valiosas que se quedan en el anonimato. Vas a sus conciertos y ves que ofrecen una propuesta realmente interesante y no trasciende, no llega más allá. Y en el otro plano estás escuchando canciones que son realmente banales -permíteme que lo diga- y están llegando al gran público. ¿Cómo puede ser? Es lo que realmente me inquieta. Lo que yo trato es que mi música llegue a la gente más allá de encontrar el éxito. A ver ¿quién no va a querer tener éxito? pero siempre he soñado con un público que conecte con estas emociones. Mi objetivo es llegar a la gente en el sentido que pueda escuchar mi trabajo y tenga la posibilidad de decidir si le gusta o no. Es lo que he intentado con mis cinco discos.

Es buena señal que me haya llegado a mí.
Sí, es buena señal. Es lo que voy a procurar, que a los medios de comunicación llegue y que ellos hagan de correa de transmisión.

Con este trabajo ¿estás llenando los huecos de la decepción por anteriores discos que quedaron ‘Fuera de cobertura’?
Sí, lo cierto es que estoy de intensa promoción y creo que estoy consiguiendo una buena cobertura, ja, ja.

El tema ‘En noches como esta’ tiene una nota más rockera.
Sí, este tema y ‘Demasiado oscuro’ tienen un toque más rockero y se aproximan más al soul, blues.

Has hecho conciertos en Zanzíbar, Dog&Roll ¿en noches como esas uno se siente como los héroes de tu canción: “te atreves a ser tú, a dar un paso al frente de la sombra a la luz”?
Sí, efectivamente. Este corte habla de eso, en esas ocasiones en que uno sale de su madriguera, de su escondite y se decide a hacer balance de lo que ha sido, de lo que es, a ver las ocasiones perdidas. Se da un paseo por Madrid, donde vivo, y va encontrándose con esas metáforas de vida.

En el videoclip dialogan muy bien las imágenes con la letra.
Es lo que hemos tratado de reflejar. Es un paseo nocturno donde hay un inventario de uno mismo.

Hay temas de anteriores trabajos que te han regalado muy buenos momentos (el poema musicalizado de Guillermo Carnero o la versión de Flanagan), este Cine Francés ¿te ha dejado ya alguna secuencia para grabar?
Aún es pronto, pero sí que es verdad que hay entrevistas donde surge la conexión. Pero si tuviera que extraer un momento de los conciertos me quedo con el que hice en agosto en un pueblo de Cuenca, de donde es mi padre, esa noche fue muy especial, fue reencontrarme con gente que hace tiempo que no veía y que me seguía. Fue muy emocionante. Durante la grabación también hubo momentos muy especiales como ver a Larry Martin tocar la batería, es algo fantástico que ese tipo esté tocando para ti es un verdadero orgullo, o ver tocar a Enrique García, que vino para hacer un solo de guitarra para ‘Chicas en patines’, es muy halagador y gratificante.

Especiales agradecimientos a ¿Meli?
Meli es mi chica, juega un papel muy importante, comparte conmigo estos sueños y es la primera en escuchar mis canciones.

Con este álbum quieres dejar constancia de que…
Hay otros tipos de música que también pueden transmitir al margen de lo establecido por la industria. Dejar constancia que tengo cosas qué decir.

No sabemos si algún día rodarás ese guión qué comentas pero sabemos que acabas de publicar un libro.
Sí, una novela Jugando con sombras (Cultiva libros). Está comenzando también su andadura y aunque vaya aparejada en el tiempo con el disco son cosas muy distintas, no tiene nada que ver la literatura con la música. Es una novela de ciencia ficción, novela negra y Serie B. Trata de cómo alguien utiliza la ficción para cambiar su realidad y cómo otro utiliza la realidad para construir una ficción. Es otro tipo de libertad creativa que la de componer una canción.


También periodista, el compositor madrileño está inmerso en la promoción del disco. Momento de su paso por  Barcelona.

“No dejes que otros dibujen tu rumbo, que no te compren la suerte” recogías en ‘Corre’ un tema de tu anterior disco, ¿aunque corras a contracorriente seguirás en esto por Puro Vicio(2009)?
Sí, lo has definido muy bien. El título de ese cuarto disco, Puro vicio, venía a definir que realmente sigo en esto de la música por puro vicio. 

Para terminar con una realidad ¿es cierto que sin visión se huelen las risas y se escuchan los olores?

Sí. En mi tercer disco, Para enredar el tiempo, hay una canción ‘De sal y espuma’ que digo algo así como: “Y sabes al olor de los volcanes”. Se mezclan sensaciones.

Esperamos Javier que te lleves una buena sensación de la entrevista; nosotros, sin duda, nos la hemos llevado con tu nuevo trabajo, Cine francés.

www.javiercuenca.net  
    facebook: Javier Cuenca Música  
twitter: @javicuenca

martes, 1 de octubre de 2013

Un concierto para recordar

Texto: Noelia Baldrich  Fotos: Mireia Baldrich

Decía Tolstoi que la música era la taquigrafía de las emociones; una canción, una melodía es capaz de influir en nuestros sentimientos y estados de ánimo, además de que enraíza en nuestra consciencia individual. La música hace que nuestras emociones entren en juego activando, además de otras tareas, la memoria. Y ese vino a ser el objetivo del concierto benéfico que organizó la Fundación Pasqual Maragall para recaudar fondos para la investigación del alzheimer. Alrededor de 10 mil personas se congregaron en el Palau Sant Jordi, el pasado sábado, bajo el lema ‘La respuesta al Alzheimer está en la música’.
Una puesta en escena sobria y elegante. Sobre una tela de 30 metros, en la parte opuesta del escenario aparecía el dibujo de un cerebro hecho de pentagramas junto al logo de la Fundación Pasqual Maragall. Venía a reproducir la metáfora del lema del concierto: “La respuesta al Alzheimer está en la música”. .
Y si la música es capaz de generar sentimientos y evocar recuerdos, se me presenta un gran desafío. ¿Cómo referirme a una gala digna de recordar, sin la ayuda de las excelsas melodías que se sintieron esa noche? ¿Cómo reproducir en palabras y a palo seco la descarga emotiva y eléctrica que provocó un póquer de voces como Serrat, Sívia Pérez Cruz, Noa, Poveda y Barbara Hendricks? . Hay conciertos que son exclusivamente para vivirlos, sentirlos, guardarlos en el corazón y retenerlos en la memoria. Las palabras se vuelven limitadas y, sólo alguno con vocación poética podría atreverse a describir el palpito que se vivió -ardua tarea teniendo en cuenta que esa noche el maestro de ceremonia era el poeta de ‘Mediterráneo’ y que las huellas de Miguel Hernández y Federico García Lorca pululaban en la atmósfera evocadas por el duende de Poveda-. Así que recordando aquella canción: “si lo que vas a decir no es más bello que el silencio no lo vayas a decir”  me limitaré hacer una disección al estilo científico, sistemática  y precisa,  que la comunidad científica que allí se dio cita lo agradecerá. Porque si algo quedó patente en el concierto contra el Alzheimer es que la mano de la ciencia acunó el espectáculo. Se ofreció un recital perfecto, sobrio, elegante, sin florituras y ejecutado a la perfección. 


Una ceremonia de una calidad artística notable. El maestro de ceremonias fue Serrat que entrelazó sus actuaciones formando duetos con Sílvia Pérez Cruz y Miguel Poveda.

Unas breves palabras del doctor Jordí Camí, director de la Fundación Pasqual Maragall,  abría la fiesta solidaria. Fue preciso: dar soporte a la ciencia para poder trabajar “amb les millors ments del món” y conseguir un futuro sin alzheimer. Por el momento, fuimos testigo  que trabajan con algunas de las mejores voces del mundo.  Arrancaba la mágica velada. La Orquesta Sinfónica del Vallés (OSV) con sus 76 músicos y bajo la batuta del director musical Joan Albert Amargós tocaron los primeros acordes de ‘Canço de Matinada’ y sin presentaciones, para el que no la necesita, entraba Serrat con ese eterno semblante de “nen del Poble Sec”. La velada comenzaba muy fuerte e intensa, además que se dispusieron 150 kilovatios de sonido y  280 de luz. Ya lo advertía el veterano cantautor  catalán: “apreteu-vos ben forts els cinturons perquè despegarem aquesta nit amb aquest espectacle. Està fet amb molt de cor i amb tot el coneixement”. Lo que les decía: el conocimiento en su vertiente más artística estaba concebido con mente científica, sin margen de error, por el director artístico Manuel Huerga, responsable de las galas de los Juegos Olímpicos de 1992.


Sobre el escenario  impresa sobre una cortina de tul que cambiada de colores la frase “Per un futur sense Alzheimer"


Aún no habíamos digerido su entrada que llamó a Sílvia Pérez Cruz, una de las cantautoras más reconocidas de la escena catalana. La cantante de Calella de Palafrugell acompañada de su guitarrista Toti Soler, nos deleitó con el poema musicalizado de Salvador Espriu ‘He mirat aquesta terra’. Vestida para la ocasión, con ‘Vestida de Nit’ pintó las notas de una habanera. Una emoción que enlazó con las bellas notas y bellos acordes de ‘Paraules d’amor’ a dúo con Serrat. Palabras “senzilles i tendres” que nos enternecieron a todos. La gran ovación les concedía la primera medalla de oro de la noche. Volvió a quedarse solo Serrat para interpretar dos temas ‘El carrusel del furo’, aviso para navegantes con su letra “por si alguno la llama de la fe se apaga”, i ‘Pare’. Estaba encantado con su papel de conductor del acto: “vaig ser el primer de demanar tanda i m’ha tocat la millor feina. Presentaré les reines, aquesa nit”. Ahora se entiende: siempre es motivo de alegría presentar a una mujer tan “delicada i fantástica” como Achinoam Nini, Noa.


La cantante israelí Noa hizo gala de sus habilidades como instrumentista al frente de unos timbales.

No sabemos si el dueto Serrat-Noa “fue sin querer, no te busqué ni me viniste a buscar” pero en ‘Es caprichoso el azar’ el destino artístico ha jugado las mejores cartas uniendo a estos dos ases. Esa noche estaban los que tenían que estar –gran representación política y cultural- y todos pasamos queriendo pasar.  Espectacular interpretación. Una vez sola en el escenario -es un decir, la OSV acompañó a todas las voces para convertir el mestizaje en un proyecto sinfónico- la cantante israelí, acompañada de su guitarrista, Gil Dor, comenzó a piular. Como un alegre pájaro cantor, se puso a la percusión de unos timbales y cantó ‘Child of man’. Su voz había florecido ya lo suficiente para rendir un original homenaje al bel canto con  ‘Chicken –Coop Aria’ (dos temas infantiles sobre gallos y gallinas con una fuerte sátira política). Antes de emparejarse otra vez tuvo tiempo para acercarnos a aires orientales del sur de Yemen con ‘Keren Or’. Estuvo enérgica. Nos hizo vibrar y aplaudir con entusiasmo pero  minutos después nos cortó la respiración cuando aparecía en escena Miguel Poveda vestido con un elegantísimo frac.  


Emotivo fue el dueto Noa-Poveda  interpretando  'Uno queriendo ser dos', tema traducido del inglés de su disco 'Blues touches blues', 2000. 
Una, flor del desierto; uno, mar azul del mediterráneo, y los dos juntos por primera vez  sobre un escenario se fundieron en  ‘Uno queriendo ser dos’.  “¿Dónde estaré mañana?” pregunta la letra. ¿Quién sabe? pero en ese instante todos estábamos fundimos en un mismo corazón.  Bellísimo. Llegó el turno del ‘ArteSano’.  El ‘cantaor’ y sus poetas. Con Chicuelo al toque, interpretó ‘Para la libertad’ de Miguel Hernández y continuó con Lorca en ‘El poeta pide a su amor que le escriba’.  El Palau se quedaba como una piedra inerte, sin moverse, para no asustar el duende del catalán; porque sí, Poveda nació en Barcelona, vivió en Badalona y reside en Andalucía, de ahí que su siguiente tema lo dedicara a sus raíces flamencas:“Mire usted, que cosas más bonitas hay en mi Cádiz, tirititaotantirititao”. Sublime e impactante.


El ‘cantaor’ se rodeo de grandes poetas. Cantó ‘Para la libertad’ de Miguel Hernández y ‘El poeta le pide a su amor que le escriba' de Lorca. Al cante fondo le rindió homenaje con una pieza de flamenco que dejó al Palau boquiabierto. 
Tras ese cante jondo roto sorprendió defendiendo el tema ‘El meu carrer’ entrando en lides con Serrat.  Del catalán dijo: “Les paraules es queden curtes per presentar aquest geni de la música”. Duende frente a genio, y maravillosas sus musas que nos hechizaron.  Poveda demostró que lo interpreta todo, mejorándolo todo. Su arte se escribe en mayúsculas. Pocos como él pueden atreverse con ‘El cants dels ocells’, emblema de Catalunya, junto a una de las grandes voces bel canto, Barbara Hendricks. Y allí estaban ambos: ella, águila imperial de la ópera y, él, ruiseñor del flamenco, acoplando sus voces en un soberbia interpretación.  Magistral. 

Miguel Poveda fue la gran sorpresa de la noche al formar excelsos duetos. Poveda-Serrat, Poveda-Noa y Poveda-Hendriks, ¿Con cuál quedarse?.
Llegó el momento de dejar sola a la Hendricks. La soprano sueca, nacida en Arkansas, demostró ser una de las voces más prodigiosas. Como es habitual alternó el jazz con la ópera. Empezó con ‘Summertime’ para continuar con  ‘Habanera’ de Carmen de Bízet. Por lo menos con el estribillo “l’amour, l’amour, l’amour, l’amour” nos atrevimos todos, no importaba si desentonábamos, la voz de la Hendricks lo llenaba todo. Buscó a Pascual Maragall desde el escenario y le recordó que siempre han luchado por los derechos humanos y que en la lucha contra el Alzheimer también están juntos. 


Ulf Englund, guitarrista y marido de Hendricks, interpretó el medley 'Down in Mississippi' haciendo una virtuosa demostración del modo 'steel guitar' con la guitarra sobre las rodillas.

Lo que sonó a continuación fue indescriptible. Las notas de un blues sureño tapizaron el Palau. Su marido Ulf Englund,  tocaba la guitarra al modo ‘steel guitar’. ¡Dios!, qué sonido más profundo, parecía extraído de las profundidades del Mississipi.  De hecho era un ‘medley’ (conjunto de canciones) entre las que se encontraba ‘Down in Mississippi’.  El estadio olímpico sucumbía al suburbio de New Orleans.  La virtuosa soprano puso el colofón final con un himno que no conoce de fronteras, ni raíces el ‘Himno de la alegría’ de Beethoven. El mestizaje artístico subió al escenario y los cinco se fundieron en el lenguaje de la música. Pero la gala no concluyó hasta que otro himno se hizo escuchar. ‘Mediterráneo’ con Serrat. Fue excelso, perfecto.

El póquer de voces subió al escenario para interpretar como final de la fiesta solidaria ‘El canto de la alegría’. Irrepetible mestizaje de un talento incalificable. Sublime.

Y la nota final la pusieron Maragall y Diana sobre el escenario flanqueados por el magnífico elenco de artistas y músicos, y en las gradas un público solidario abrazaba la causa solidaria.  Un inédito e irrepetible recital que a partir del sábado compartía otra causa comuna: sus inolvidables melodías evocarán un concierto memorable en la memoria colectiva. Encendamos, pues, la música para conectar la memoria.

Pasqual Maragall y su mujer Diana Garrigosa flanqueados por Elena Rakosnik, mujer del presidente Mas, y Xavier Trias, alcalde Barcelona. Al concierto asistieron una nutrida representación política: los consellers  Boi Ruiz, Mas Collell i  Ferran Mascarell. Expresidentes como José Montilla y Jordi Pujol junto a su mujer, Marta Ferrusola, y del mundo cultural: Ángels Casas, Pilar Rahola, Jordi Évole y Risto Mejide fueron algunos que se dejaron ver en el photocall.