viernes, 18 de marzo de 2016

Alba Molina: "Vamos a darle otro rato a Lole y Manuel"

Texto: Noelia Baldrich / Fotos: Alba Molina


Alba Molina recoge el legado de Lole y Manuel en un disco
con los temas más universales del dúo que dio alas al flamenco.



No hay manera más hermosa de enfrentarse al duelo que con el ungüento de la música. Todo es de color cuando una Voz y una Guitarra flamenca cuentan sus alegrías. Dúo genial, arte y poderío, que abrió espacios infinitos al cante más expresivo. Cantaba a la flor y al Romero verde, a la Mariposa blanca y al gorrión, a la albahaca y a las Hojas de Menta, a la campiña y al agua. En 1975 el pueblo se desperezaba con un Nuevo Día para el cante jondo. Lo que se escuchaba por los altavoces de aquel lorquiano Balcón flamenco a los puristas confundía. Fresca bohemia, savia nueva, nacía El origen de la leyenda, el dúo Lole y Manuel, tradición y vanguardia. De la cantaora de voz prodigiosa decían que si Oum Kalzum fue el astro de Oriente, Lole es el astro de Occidente. Del tío Manuel, gitano poeta que acopló, desde la difícil sencillez, un río de verdad y sabiduría en una nueva rima. El río de mi Sevilla, de su Triana, conquistaba al mundo con el toque de su guitarra. Un pájaro flamenco con los dedos muy largos que tocaba las seis cuerdas al estilo de Picasso. El guitarrista ciego, se llama el lienzo. Cantaban y tocaban a su antojo: “¿Cuál hacemos? -La que tú quieras”; y de aquel antojo de arte, amor y pasión nació su mejor canción, Alba Molina. Una gitana de ojos grandes que hacía bailar de noche a las estrellas por tango, por seguidillas, por bulerías y Al Alba con alegría. Dulce y habilidosa como su madre, fuerte y serena como su padre. Manantiales de Casta Molina y Montoya que pronto surcarían nuevos mares. Empezó Despasito (1997) que diría Alejandro Sanz, bajo la tutela de Manuel y los consejos de Lole: “Tienes que ser tú, no acostumbres al público a un solo género, canta por bulerías, por salsa o baladas. En España tienden a encasillar a los artistas”. Presentó un disco donde la sirena mora reinvindicaba Déjame surcar una vez más por bulerías y otros cauces estilísticos, travesías que pronto alcanzarían un segundo disco, Alba Molina (2001). Y entre “lolaloley” y “porompompero”, en 2003, Ojú compartió Savia negra (2005) con Las Niñas. Letras políticamente incorrectas que les cerraron puertas pero no le dio Pereza para después colaborar En donde estés con Leiva. Y metida ya en el rock decidió remover las aguas de 0’Funk'illo con Andreas Lutz, un cosquilleo entre flamenco bolero, ritmos brasileños y caribeños, donde recitaba en Tucara dame un Beso de Desayuno. Andalucía la besaba como canción de su campaña turística No puedo quitar mis ojos de ti (2008) y en el jazz, también, se zambulló en el proyecto Divas del flamenco, Maravilloso Sinatra. En estos últimos años estuvo acompañando al genio, al amigo de penas alegría, a su padre, sobre los escenarios hasta su última interpretación Déjame surcar una vez más a la deriva. Ahora, casi año de su partida, quién mejor para cantarles que la que sale de los altavoces de su sangre con a afinación de un Longines. Porque ella es de Lole y es de Manuel, y canta ahora a y para ellos sus himnos universales. Dime tú, Mira, Cuento para un niño, Al Mutamid…, y lo hace con el mismo cariño, cuidado y dedicación que hacían en sus grabaciones. A la guitarra del maestro, su fiel escudero, Joselito Acedo. Alba Molina canta a Lole y Manuel (2016, Universal) libre como el viento y con el canto abierto para demostrar como el llanto se hace canto. Las palabras de un hombre profundamente sencillo que encajó poesía y flamenco: “Que nadie vaya a llorar el día que yo me muera es más hermoso cantar aunque se cante con pena”.


A un año de la muerte de su padre, Alba Molina interpreta con hondo sentimiento su disco más flamenco.

¿Cómo canta este disco Alba Molina?
Bueno, cómo puedo. Es difícil este proyecto, bastante difícil en cuanto a todo. Es un momento delicado y obviamente sale. Tengo un mezcla de rabia, pasión. Por otro lado, también, estoy dulce, sosegada, de todo un poco. Pero creo que era el momento de hacerlo y no podía ser de otra manera. Lo he cantado con el alma.

¿Sirve de ungüento para el dolor del alma?
Sí, sí, es como hurgar en la herida y darle besitos a la misma vez. Es agridulce pero me quedo con lo dulce, no hay manera más hermosa de recordar a un padre y a una madre que aún la tengo aquí.

Barcelona debe traerte muchos recuerdos: con Lole un concierto homenaje a Manuel; con tu padre, el recital Molina; y Lole y Manuel daban su último concierto como dúo artístico en el Tívoli, en el 97.
Ya ves. Pues sí, la verdad que esta ciudad me gusta por muchas cosas. Tengo recuerdos...¡imáginate! he venido aquí ¡un millón de veces! para promoción, conciertos, para todo y me trata muy bien Barcelona. Son gente muy culta musicalmente y esperamos venir pronto a presentar este disco, estamos en ello.

Decía Manuel: "Si el flamenco hubiera sido de los catalanes, otro gallo cantaría. Sería una cultura intocable. Son gente que se toma las cosas con tanta seriedad y respeto. ¡Cómo les admiro! Soy capaz de ir a Barcelona o a Tarragona sin contrato porque sé que me van a pagar. Y así no voy a ningún otro lugar del mundo.
Ja, ja ¡Qué arte, tenía!

Lole y Manuel fueron los pioneros en establecer un contrato con clausulas innegociables. ¿Alba Molina, también?
Ja, ja, bueno, verás se intenta porque está la cosa regular, pero de alguna manera es un forma de asegúrate tu pan, yo lo entiendo así. Pero ese recuerdo tiene gracia.

¿Enfrentas el escenario con más miedo cantando por tus padres y con piezas tan universales?
Sí, mucho, tengo vergüenza y miedo, estaría loca si no lo tuviera, pero es el momento. Antes, no lo era, y más tarde, tampoco. Es ahora y no creo que vaya hacerlo más veces. Verás, quiero decir que defenderé este disco en directo y ya veremos que pasa después pero es un momento de mi vida bastante especial. Y claro que me da miedo que me comparen con Lole, mi madre, es una tontería, porque no tengo comparación con ella, vamos en nada. Ni tengo su voz, ni su talento, ni su afinación, ni su energía, ni su nada. Sí se nota que soy la hija de ambos, no sé en qué pero se ve, me estoy piropeando a mí misma. Creo que estas canciones merecen ser cantadas siempre, entonces vamos a darles otro rato.

Sería legítimo que contestarás con tus letras: “Porque quiero y porque puedo”. “Alba afina con la precisión de un Longines: pones un palillo de dientes y delante una cuerda, y solo ves uno: esta es la afinación correcta”, explicaba tu padre.
Mi padre, tu sabes, le gustaba decir esas cosas, pero la que afina bien es Lole. Afinar no afino mal, pero no sé, es que mi padre supongo que me quería mucho (risas).

¿Qué opinión le ha merecido a Lole el disco?
La verdad que como es tan complicado el momento que no hemos hablado mucho, lo escuchó, lloró bastante y me dijo que era precioso, no hemos hablado mucho más.

¿Se va reponiendo?
No. No lo vamos superando ninguno de la familia.

Más un hombre tan querido por el público que siempre lo recuerda.
Y, sobre todo, si haces un disco homenaje a Lole y Manuel.

Cuando mejor se canta es con los sentimientos a flor de piel, te vas a romper más de una vez sobre el escenario.
Sií, si me rompo sin cantarlo ¡imagínate cantando!

Al Teatro Lope de Vega de Sevilla quieres llevarlo.
Sí, porque Lole y Manuel tocaban mucho allí y me parece un sitio muy romántico precioso.

¿La elección de los temas ha sido difícil?
Difícil dejarte temas fuera. No ha sido difícil escoger estos temas, nos hemos basado en los que nosotros teníamos en nuestras vidas, que nos daban añoranza o lo que fuera, y, después, un poco los que pensamos que la gente quería escuchar de nuevo.

Al Mutamid es un tema complicado y ¿por eso lo grabasteis rápido?
Sí, esa canción es fuertísima y no se puede pensar mucho. Nunca pensé que la iba a cantar y la verdad es que es acojonante cantar eso.

¿Sabían el clan de las mujeres Montoya para qué eran convocadas al estudio?
Sí, sí, vinieron al estudio mi madre con su hermana, mi tía Carmelilla Montoya, y Angelita y grabaron las palmas, pero ya te digo que no hay mucha efusión. En estos momentos ni me va a dar un abrazo... nos podemos morir las dos. Ahora mismo lo estamos llevándolo como podemos, ya es suficiente este disco, bastante doloroso.

Y con una guitarra muy especial.
Una guitarra de mi padre preciosa, de palillos, que utilizaba normalmente. En su sonoridad es única tiene un sonido muy peculiar. Suena a Manuel Molina.

¿Por qué Joselito Acedo y no Rycardo Moreno?
Rycardo tiene otra cadencia, Rycardo es mi hermano, lo adoro, y pienso que toca mejor que nadie pero para este proyecto el idóneo es José porque tocaba con Lole y Manuel y se lo sabía de pe a pa, ese aire de Triana lo tiene él. Rycardo es de Lebrija, tiene otra cadencia otra forma.



Alba Molina se acompaña de Joselito Acedo, discípulo del maestro, para mantener la esencia del toque de su guitarra.


Se incorpora a la entrevista el guitarrista Joselito Acedo.
Una guitarra llena de sorpresas, José.
J.A: Esa guitarra es muy especial, parece que tengo al lado a… (se emociona).

A Tío Manuel.
J.A: A mi gato, yo le decía mi gato y el me llamaba a mí, también, gato, por los ojos.

¿Por la mirada felina?
J.A.: Sí, y verdes, y porque era un gato, era genial, por su punto chulo, así vacilón, muy nocturno.

¿Cuál crees que era su mayor virtud con la guitarra?
J.A: Que te transmitía del tirón y los silencios. Tenía silencios de oro, donde dejaba el silencio te removía por dentro. Lo ponía ahí y era como una guinda.

¿Una guitarra de palillo suena muy diferente?
J.A: Sí, totalmente.
 Una guitarra de palillo, al no tener ningún tipo de mecanismo por medio de hierro, solamente es madera y cuerda, suena más a madera y, sobre todo, la que él utilizaba, la de Francisco Barba, hechas con un tiempo, muy “mijitas” como a él le gustaban las cosas, muy cuidadosa.



La chaqueta de Joselito grabada con el rostro y versos
de Antonio Molina.

¿De quién surgió este proyecto?
J.A: Salió de Alba, me comentó que le encantaría hacer temas de Lole y Manuel, y como, en alguna ocasión, ya habíamos hecho alguna pincelada cantando el Dime o Todo es de color, entonces me dijo “Mira” y yo le dije “Vámonos”, ¡claro!

¿Váis a ir con las dos sillas acabadas de pintar en cada recital?
Alba Molina: (Risas) No sé, si llevamos algún día un camión, como llevaban ellos, pues sí, seguramente.

Muy curioso ese aspecto y la alfombra que siempre llevaban.
A.M: Sí, cosas de mi tío Jesús, que es más “mijita” que mi padre, y que les hacía de mánager. Pero ya veremos si llevamos sillas, ¿por qué no? En Las Niñas llevábamos bancos. No lo había pensado.
J.A: Lo de la sillas es muy bonito, la verdad. Era muy significativo como el mantón que llevaba Lole, que lo ponía en la silla. Es un sello. Si ves los vídeos en el escenario son ¡uff! Súper vacilón la forma de vestir, de ponerse en el escenario, es completo. Es una marca hecha de una vez, ahí se queda y ya está, y no tocarla, porque como la toques vas a estropearlo, a otra cosa, otra cosa mariposa.

¿Pudo haber un plan B para una Alba nacida en la saga Molina Montoya?
A.M: Música seguro que hubiera hecho, no sé cómo ni de qué manera. No sé, siempre me ha gustado la psicología, me hubiera gustado ser psicóloga.



Desde la psicología removamos el cajón de tus recuerdos. Nacida en cuna de artistas ¿muchas Noches de Bohemia?
A.M: Sí, estaba bastante acostumbrada, para mí era normal que siempre estuvieran cantando, componiendo y mi padre detrás de mi madre con la guitarra por todos lados. No lo he vivido como algo especial. Ahora, sí que lo pienso y soy más consciente, me asombra “madre mía, qué fuerte”, pero entonces lo veía natural.

¿Qué momentos han marcado tu trayectoria?
A.M: Suelo hacer siempre lo que me gusta, eso es importante, siempre me marca. Con los primeros discos era más inconsciente pero ya con Las Niñas todo me ha marcado. Hay un antes y después. Luego TUCARA también es un proyecto chulísimo, donde he aprendido y he disfrutado muchísimo, y cantar con mis padres por separado y juntos a la vez, pues son momentos cumbres.

¿Hay alguna actuación con tu padre que recuerdes de manera especial?
La última, fue en Madrid, un poco antes de morir.

¿Él vestido de blanco y tú de negro?
A.M: Sí, esa es, justo esa. Pero la última, la última, fue después en Lebrija, que fuimos a una peña a cantar tres canciones. Tanto una como otra fueron… ¡imagínate! Ya sabíamos todos y fue bastante heavy.


Alba Molina cantando con Manuel Molina, en el último recital del maestro en Madrid.


Trovador de verdades, de pensamiento hondo, recojo alguna de sus frases y que Alba Molina haga su particular lectura.
“Aprendí a desconfiar con lo que me gustaba fiarme de los demás”
A.M: Ya ves, pues eso es lo que pasa.

¿Con el tiempo aprendes?
A.M: O desaprendes. Aprendes lo que tienes que hacer y lo que no tienes que hacer también.

Pasados los treinta y con perspectiva ¿cantarías ahora Se alquilan años, por esa loca juventud o una es la suma de todo?
A.M: Ese tema es de Alejandro Sanz para mi primer disco. Por supuesto, todo lo que ves en mí es producto de lo anterior, si me hubiera metido en una cajita de cristal no sería lo mismo.

Después de los trasteos estilísticos ¿tienes ya definida tu ruta musical?
A.M: Que va. He hecho lo que me apetecía, con O’Funk'illo voy cuando me da la gana y canto, pero yo ahora no tengo más espacio. Ahí estoy, no sé que va pasar mañana, no tengo ni idea. Abierta musicalmente.

“Para mí, la música es como un beso: si no es puro, no es un beso, es una pura mierda”, aclaraba Manuel, ¿y para Alba Molina?
A.M: Ja, ja. La música es una forma de vivir, parece una frase hecha pero no lo es. Viví en una casa de artista, imagínate la vida que puedes llevar.

¿Sigue tu vena compositora como en aquel tema Verde Aceituna: “Te voy a bordar tu nombre en la trenza de mi pelo con hilillos de colores pa’ que veas como te quiero”.
A.M: Sí, con mi padre sí lo hacía, ahora ya sola tengo mil cosas que escrito y he tirado. Soy muy pudorosa, me da vergüenza, bastante. Mi padre siempre me ayudaba un poco, pero, hoy por hoy, no creo. Bueno, no sé, igual me salta la vena y escribo un libro, pero creo que no.

¿Ni terminarás la letra por bulerías que encontraste hace poco en tu messenger que tu padre te devolvió?
A.M: No la terminamos. Fue un trocito de letra que yo tenía y el puso otro trocito pero es muy cortita y sin terminar no podría cantarse así, y si no está él, pues, ya la dejamos así.

José ¿te has hecho tuya la costumbre de llevar las letras en la funda de la guitarra como Manuel?
J.A: No, yo no utilizo nada de eso. Manuel utilizaba cosas muy curiosas. En casa tengo una guitarra, que utilizaba, también, para Lole y Manuel, que es igual que esta porque grababa con varias, y esa guitarra tiene de todo, ja, ja, te puedes encontrar hasta un cepillo de dientes sin abrir.
A.M: Un cepillo de dientes de los hoteles.
J.A: Una rama de romero.
A.M: Un alfiler de esos chiquititos, mini, mini.
J.A: Un poema a su nieta Lucía escrito en un servilleta. Es increíble. No, yo no suelo meter muchas cosas en la funda.

“Las penas con mi Lucía/son menos penas/ El llanto se hace canto/ Si estoy con ella”.
A.M: Sí, está escrito en el disco y es el de la servilleta que está en casa.

Alba dedicas el disco a tu hija Lucía ¿el niño tendrá celos?
A.M: El niño es muy chico, tiene cinco años, y no se ha enterado.

Él, al baloncesto.
A.M: Sí, le gusta bailar y al baloncesto.

¿Continuarán la saga flamenca?
A.M: No lo sé, mi niño es como su padre, funky total, y mi niña le gusta el flamenco pero no tengo ni idea por donde saldrá.

"Tiempos extraños para la peña cómo luchamos por nuestros hijos para que puedan seguir chupando de la teta”, cantabas con Las Niñas, ¿Cómo ves el futuros de los hijos?
A.M: No tengo ni idea, me da miedo pensar en eso, cualquiera sabe. La barbaridad que estamos haciendo de traer niños a este rollo. No sé, ni quiero pensarlo mucho, quiero pensar que todo se va arreglar, la verdad. Esta la cosa tomatosa.

Manuel buscaba a Dios en la música, en el agua, beso, en la verdad, ¿En qué credo te refugias?
A.M: He tenido una relación con Dios bastante rara, porque he estado muchos años enfadada con él por muchas cosas. Ahora mismo estoy bastante más sosegada, bastante más tranquila, no tengo esa sensación de ansiedad que tenía este año pasado con lo de mi padre. No sé donde está, a veces, pienso que se pasa un poco si es verdad que está. Por otra parte, quiero creer que está porque muchas veces lo siento, pero me confunde bastante, es juguetón, ja, ja.


Lole y Manuel en Hojas de Menta, un tema muy especial para el dúo
Dos meses antes de su muerte en el bar Botellita’s, Manuel coge la guitarra mientras Lole interpreta Hojas de menta, ¿se pensó en el retorno de Lole y Manuel?
A.M: Bueno, yo creo que mi padre sabía lo que estaba haciendo, quería tocar con ella, sabía que esta malo y quería tocar con ella.
J.A: Yo me doy cabezazos ahí (señala la pared) lo has dicho y me ha hecho la mente “zas”, me ha trasladado aquel día. ¡Hostia! Es que ellos se admiraban artísticamente ¡uf! Verlo ahí queriéndolo los dos, fue un subidón muy gordo.
A.M: Hay fotos por ahí ¡madre mía! salgo yo llorando como un grifo. Era un deseo que él tenía. Eso es Amor, no enamoramiento, no, Amor.

Se separon siendo tú muy chica ¿te afectó?
A.M: No lo han hecho mal del todo, no, se han llevado más o menos bien y eso es lo importante para los niños. No tengo una sensación de pena por eso. Seguramente, si se hubieran quedado juntos y se hubieran peleado mucho hubiera tenido más pena.

¿Qué significado tenía el anillo que siempre llevó en el meñique?
A.M: Se lo regaló mi madre, con un brillante, no se lo quitó nunca. Ahora lo tiene su mujer. Ese anillo me lo regaló a mí cuando yo tenía 18 años pero me dijo: "Déjamelo de mientras que sin el anillo no puedo estar", por el peso del anillo para tocar. Y ya después se lo ha quedado Lola.

El color blanco ¿a qué te remite?
A.M: A la ropa de mi padre. Es uno de los colores más bonitos, aunque, también, me gusta el azul y el negro. El blanco siempre representa pureza. Manuel era muy blanco y Lole, también.

Lo llevas tatuado.
A.M: Sí, es un león. Veo aquí a mi padre ya elevado, ya en el cielo, en paz, veo su nobleza. Me lo hice rojo por la sangre y como el vino, tengo una cita bíblica, Cantares I y II: “Besame con tus besos porque tus amores son como el vino”. Eso se lo digo a mi padre.

¿Qué opinaría Manuel del disco?
A.M: Espero que le guste, me encantaría saberlo.
J.A: El disco está hecho para todo el público pero lo hemos hecho pensando continuamente en ellos, cómo lo cantarían, cómo lo tocarían, donde le gustaría tocar, con que guitarra, entonces está hecho para ellos muy especialmente.

Me dormí para no pensar y….
A.M: "Me dormí para no pensar y soñé precisamente con lo que no quería olvidar”.

¿Sueñas últimamente? 
A.M: Sí.

¿Con?
A.M: ¡Uf! muchas cosas. Sueño bastante, más en siestas de cinco minutos que por la noche. Soñar bonito…Pues mira he soñado con mi padre que estaba con él y me he levantado con la sensación de haber estado con él. Lo he abrazado.

Un sueño despierta.
A.M: No sé, creo que quitando lo de mi padre, estoy bien. Un sueño: cantar con Caetano Veloso. Pero, que verás tú, tampoco lo veo tan lejos. Después de este shock lo veo todo desde una perspectiva más tranquila, no le doy importancia a según que cosas. Suelo quitarme las cosas de en medio que me dan mal rollo, aunque, algunas aún tengo que solucionar, pero bueno. No soy mala persona, soy entregada y eso es chulo.

En Sevillanas de esta vida, cantabas: “Me enamoré, me enamoré, me enamore…” ¿finalmente del hombre que anhelabas?
A.M: (Risas) Yo me enamoro y me desenamoro como un hotel, eso decía mi padre. Pero, sí, la verdad que elegí a Andreas como hombre, y lo quiero mucho y me gustaría que me durase siempre, ojalá.

¿Te gustaría casarte?
A.M: Me hubiera gustado casarme, ahora, ya no. Me he vestido muchas veces de novia para desfilar, y me hubiera gustado vestirme de novia, sí, pero ya no, tendría yo que sé… (risas). Ahora mismo no tengo yo muchas ganas de casarme.


Alba Molina y Lole Montoya, hija y madre, cantaoras con una afinación prodigiosa.














¿Lole os acompañará en alguna actuación?
A.M: Sí, yo supongo que en algún concierto haremos que suba ella, la presentación, a lo mejor, en Sevilla en un lugar característico. Siempre está haciendo cosas artísticas.

¿Qué tendría que ocurrir para sentiros totalmente agradecidos con este disco?
A.M: ¡Ya! yo ya estoy agradecida, no se tiene que dar nada.
J.A: Yo también. Y con muchas ganas de ponerlo en escenario que la gente vea que es un buen trabajo, que merece que pongamos los temas de Lole y Manuel en pie otra vez y que digan “¡hostia!”, sería bonito. Por parte de ellos su trabajo va perdurar siempre.

Si pudieras mover las manillas del reloj del tiempo ¿dónde estaría tu manilla en este momento?
A.M: ¡Uf! No sé, más para atrás. Tengo mucho momentos, pero volvería unos añitos. Quisiera estar con mi padre, pero, no desde la pena.


 Alba Molina recupera la sonrisa cantando a sius padres Lole y Manuel

Algún consejo que te dejase.
No daba consejos pero siempre me decía: “Haz lo que quieras pero intenta arrepentirte las menos veces posible.”

De este disco no te vas arrepentir.
No, en absoluto.

“Cuando mi voz calle con la muerte, mi corazón te seguirá hablando”. Tagore, lo leía mucho.
Ya ves, que te voy a decir de eso. Está conmigo, con nosotros.



Alba Molina y Joselito Acedo, en Barcelona, promocionando 'Alba Molina canta a Lole y Manuel'

www.albamolina.es
facebook:AlbaMolinaOficial

sábado, 12 de marzo de 2016

Deparamo: "La música con límites es un error".

Texto: Noelia Baldrich / Fotos: Deparamo







-“Papá ¿qué es rendirse?” –“No lo sé hijo, somos músicos y la música no tiene límites”. Máxima que atomiza el juicio de este pianista transgresor que revoluciona con un show rompedor. Una especie de Bohemian Rhapsody compuesta por una pirotecnia de hits clásicos contemporáneos y nuevos, como Stop&Love, ensamblados con una sinfónica, una banda, un dj, sonidos electrónicos, voces, proyecciones visuales y en donde un poderoso piano tuneado lleva la voz cantante. “Esta reinventando la música”, ha dicho de él la soprano Barbara Heindricks. Cierto es, porque que una mujer 60 años pase de dar las palmas con Manuel de Falla y acabe bailando techno pasando antes por el pop de Michael Jakcson y el rock duro de Queen, en el Auditorio Manuel de Falla de Granada, es de traca. Su trepidante espectáculo abandera generaciones de música, como una yukebox de todos los tiempos en formato medley. Bien lo resumen sus seguidores: "Después de su show siento haber escuchado la banda sonora de mi vida" o “Es mi lista preferida de spotify”. Pero no se engañen, reconocerán todos los temas pero una puesta tan innovadora, espectacular y con tantas notas no la han visto antes. La aventura musical de este músico granadino, afincado en Barcelona, reza en su disco: “If you have a dream go after it and don’t stop until you get it”. Tenía un sueño a lo Peter Pan -un surrealista pentagrama - que tomó alas el día que, sobre la cama y bien despierto , le dijo a su esposa: “Mañana es el día de dejar el banco” Sí , porque a pesar de que este compositor autodidacta dio muestras de su don de oído con apenas 7 años, frente a un antiguo piano familiar, tuvo que recorrerse la facultad de derecho, licenciarse en la universidad electrónica de la noche, y hacer un máster como gestor de banca privada antes de hipotecarse el futuro en su efervescente concepto musical .Y digo hipotecarse porque lo que le deparó su alocada pero meditada decisión fue, a primeras, un inversor a la fuga, un parto adelantado y un préstamo ICO que otro banco le concedió. Ahora bien, una vez trazada su ruta musical ni una traba, asegura que la música le ha quitado todos los dolores de cabeza. Tiene la mente muy bien estructurada, con visión empresarial y una amplitud de miras internacional. No se casa con ningún estilo, solo lo ha hecho una vez con la estilosa Greta de los MTV Awards y como maestro de ceremonias en una boda regada con cava. El rega su propuesta con clásico, pop, rock, tecno, trance, dupstep; un balanceo estilístico de sonoridades contrapuestas y partituras taquicardicas que laten en su piano provocando una escalada emocional que acaba en un crescendo épico. Turn it up. Nadie se queda clavado en las butacas: palmas, coros, saltos, contorneos, un status colectivo que pierde la compostura -que no el ritmo- entra en trance y se acopla al show vibrante. Sobre las tablas un éxtasis, una comunión de 30 músicos poseídos por el canto de este loco que sin palabras afina un Poem without words. Es una máquina o un Metallica de las teclas, un robocop de Titanium, un showman que se cambia sobre el piano para dejar patente que en esta celebración todo sorprende. Cuando esperamos lo inevitable sucede lo inesperado. Nada ocurre donde te lo esperas ni cuando te lo esperas. Deconstruye para construir una sonoridad inédita, que diría un gurú de la gastronomía. Su cocina musical es la moto o la ducha donde hierven sus mezclas. En América ha empezado a servirlas. Hizo su entrada a lo grande en Miami, con Pitbull, ante 200 mil personas, dando las campanadas. Una pasarela que espera que le lleve en un futuro a liarla gorda en Las Vegas y a vestirse con smoking en el Albert Hall de Londres. Mientras es embajador de Musicathon de SEAT España, un concurso en busca de talentos para crear el sonido de esta marca. Su marca es la libertad al servicio de la creatividad. Ventanales de ingenio y genio que Deparamo abre en Music has not limits.



El pianista Miguel DEPARAMO con su efervescente espectáculo en las fiestas del Pilar, Zaragoza.



¿Por la sinfonía familiar pondría Deparamo límites a su música?
Sí, lo más importante para mí es la familia, lo primero. Pero si es cierto que hay que saber compaginarlo, el apoyo es fundamental. También creo que esta música, este trabajo, este proyecto, hace feliz a mi familia.

Greta, como el Red Bull, ¿te da alas?
Siempre, ella a mí y yo a ella. Ha sido fundamental, no solo ahora que se puede decir que es fácil porque está todo en marcha, no digo consolidado porque eso ni al 1%, pero para dar el cambio fue fundamental, su apoyo fue ultra necesario.

¿Muy necesario para un músico Peter Pan?
Sí, sí, yo soy super Peter Pan, de hecho, mi película favorita y la de mi hijo es Peter Pan. El otro día le comentaba en broma: “Me quiero tatuar algo de Peter Pan”, y me decía: “¿Por qué no te haces un barco pirata en el pecho”. Imagínate la locura de él. Me considero muy Peter Pan en ese sentido, en lo que tengo que ser Peter Pan, pero muy maduro y concienciado en lo que hay que estar para que no se te vaya la cabeza, para seguir. 

Un Peter Pan estructurado tras pasar por un banco.
Me gusta que me comentes mi etapa en el banco. Dejé aquella etapa, ni buena ni mala, porque le vi un límite: “¿Qué hago aquí?, ¿Dónde estoy?” Hay una frase de Walt Disney genial: “Pregúntate si lo que estás haciendo hoy te acerca al lugar en el que quieres estar mañana”. Ahora estoy, como mínimo, en ese camino lo que pasa es que estoy aquí (pone la mano a ras del suelo) de lo que puedo llegar a ser. En cambio, en esa etapa en el banco no le veía ningún sentido.

Tienes un Peter, Miki, al piano, y una Pan, Julia, a las maracas. 
Ja, ja, estoy montando una banda por si me falla la mía (risas).

¿Dan muestras de las mismas cualidades de aquel Miguel de 7 años tocando un viejo piano familiar?
No lo sé, no lo sé. Tampoco yo tengo unas cualidades excepcionales, tengo las cualidades que tengo como músico, como compositor, hay pianistas mejores, hay diferentes. Lo que sí sé es que con mis cualidades estoy disfrutando la música cada día y me da la posibilidad de haber montado este espectáculo. Pero, también, siempre digo que me considero más creador del espectáculo. La palabra productor suena muy empresarial, pero, es más producir, crear, estoy continuamente queriendo crear y hacer más, a parte de ser pianista. Me lo paso super bien en el escenario, pero te aseguro que me lo paso mejor montándolo. Ahora bien, cuando subes al escenario es una hora y media que no se puede comparar con nada.

Es habitual, sobre todo, en el show ver al músico sobre el piano.
Me negarás que tienes un duende en el oído, tocando tan pequeño y sin partituras.
Sí, mi fuerte es el oído, el sacar la melodía y el saber con qué melodía se puede acoplar la siguiente. Es como si fuera un dj, los hay buenos y malos. Tengo muchísimos amigos dj, y de los buenos, que dicen que saber que tema funciona en cada momento es lo que hace que ese dj sobresalga. Creo que eso ha sido lo que ha hecho que el espectáculo funcione, porque, al fin y al cabo, no son covers, es jugar continuamente con la sensibilidad de las personas, esa es la clave. Hace un momento estábamos aquí, he tocado un poco dos “tonterías” y a Merche le han llegado hasta el punto de emocionarse, y son dos temas que los has oído toda tu vida pero la música son sensaciones y si tocas esa fibra…

Hablando con Toni Peret y Mike Platinas, dj’s creadores del Max Mix, comentaban las travesuras sónicas con las que innovaron ¿qué juegos sonoros te permite el piano?
La armonía que tiene el piano es espectacular, lo único,que le falta al piano es poder aguantar las notas. Con la voz, cuando cantas una canción como Tittanium, de David Guetta, por ejemplo, sostienes “tittaaaaaaanium”. Eso no lo puedes hacer con el piano, en un violín, sí, te puede aguantar la nota el rato que quieras, por eso te tienes que apoyar en el violín. El piano lo que te da es la posibilidad de coger todos esos instrumentos e ir guiándolos, ahora cojo vientos, electrónica… La electrónica siempre ha estado relacionada con la noche pero es un tipo de música que se acopla a todos los géneros y eso permite incluso que la gente joven se acerque a la clásica, a un auditorio, a ver un pianista que está tocando con una sinfónica.

¿Cuál es la tecla para saber qué temas y de qué género casan?
Es muy heavy, pero lo que has comentado de la ducha es ahí donde cocino las ideas. Ahora hace un año que no tengo moto -soy muy motero y ya caerá una Hardley cuando Miki sea más mayor- pero conduciendo son momentos que estás como “out” y ahí “pam” me vienen muchas ideas. Entonces, ¿encontrar cuál va a enganchar? No lo sé, es la que a mí me apetecería que entrara en ese momento. Es como la sensación de estar en una discoteca pensando que gustaría que sonase tal tema y si se da la casualidad que el dj la pone, te vuelves loco. Pues imagínate, elucubrar: “Después de esta va entrar Bohemian Rhapsody y no se la esperan”, y entra y se cae el teatro. Jugar con ese factor sorpresa, y cambiar de estilo, de un rock a un dance, me ayuda mucho conseguir esa montaña rusa de sensaciones. Pero decirte como lo encuentro ¡buff! no lo sé.



En el Teatro Manuel de Falla, de Granada, el granadino desplegó todo el arsenal "technosinfónico".



¿Cómo encontraste la semilla del espectáculo?
Me licencio en derecho, me colegio, todo, y voy compartiéndolo con piano y música electrónica. Voy tocando en clubes pequeñitos, más grandes, super bestias, como Amnesia de Ibiza, me voy a Punta Cana, Cabeza de Toro, todo muy noche. Aprendí mogollón, aprendí lo que realmente es espectáculo, lo que son las sensaciones del público, un público que no está tan atento como un teatro, está más a su rollo, sin prestar tanta atención al maestro de ceremonias. Y es en estas sesiones con un dj, tres pases por la noche, de 3 a 5 de la madrugada, antes del cierre cuando pienso que hay que darle una vuelta, hay que intentar hacer un show de propio de eso. Fue tan rápido, hace ya unos cuatro años y fui creándolo. Elegí 12 temas, Tell me why -ahora ni siquiera está-, Sultan of swing, y otros. Al principio era tema por género, pero pensé “¿y por qué no dos, y por qué no hacemos la mezcla de tres?”. Horrible. Más de 200 canciones escritas en una lista que aún tengo guardada. Pensé en mezclar cosas de películas, con visuales, que fuera un espectáculo. Iba empapándome de shows de ir a ver a Rihanna, etc. La verdad es que desde la presentación del espectáculo, el día 15 se cumplen tres años, a hoy no creas que ha cambiado tanto, ha cambiado la potencia, es brutal, pero la esencia es la misma, la de crear un show que no exista, es que no existe.


Más potencia con temas nuevos e inéditos.
Exacto. En estos años la gente ha ido pidiendo mis propias producciones y es algo que me ha hecho ilusión crear una cosa de cero. Pero cuando creo un medley también lo considero mío porque aunque me apoye en las melodías de otros es solo como una referencia. Me hace la misma ilusión que no se esperen cómo va a sonar ese tema, se va desarrollar y cómo se va a mezclar con el siguiente que crear uno propio. Hicimos Stop&Love y Mission muy rollo funky, muy negro, que me gusta muchísimo con dos artistazos, Noah Francis y Prodigal Sunn, uno de los integrantes de Wu Tang Clan, grupo mítico de los 90, de Brooklyn, de hip hop de los mejor que había. Y pensar que ha estado cantando conmigo, es 15 años mayor, cuando yo de él tenía posters. Las vueltas que da la vida que he acabado grabando un tema con él. Han sido dos temazos, los dos de amor. Stop&Love habla del amor a las mujeres, a tu madre, a tu hermana, novia, hija, etc., y encima con un toque algo agresivo: “Cómo no las ames, ven aquí que te vas a enterar”. Cómo una defensa. Mission habla de amor más de pareja. Están gustando y Mission no la ha escuchado en directo nunca nadie, la vamos a interpretar, por primera vez, en el Barts y, además, hay preparadas sorpresillas que no te puedo contar pero van a flipar, temas que me los pide la gente.

 


¿Es para flipar el tiempo que tardas en crear un medley?
Ocupa mucho tiempo hacerlo, puedes estar 20 días. La base la hago yo, siempre, desde principio a fin, con piano y con electrónica, claquetas… A partir de ahí empezamos a elaborar con la banda. Digo como quiero que suene el bajo, hago las cuerdas con el piano para que la viola haga lo que tenga que hacer, la batería toco para componer, pero todo es de oído.

¿Qué instrumentos te acompañarán en el escenario del Barts?
La banda la forman: el dj, Rubén García, que se ocupa de toda la parte de la electrónica, no solo pinchar, locuras… sonido, etc.; batería, Eloy López; Hayro Cabrera, saxo, trompeta y flauta; bajista, Rubén Alcázar; la cantante Yolanda Sicara, y Eulália Garcia, viola. La integración nueva, que viene, es la espectacular guitarra eléctrica de uno de los mejores que tenemos en el país, Danny Gómez, ha hecho los arreglos de Brian May, Queen, una bestia. Se ha unido a la banda y se estrena en Barcelona. Hay que tener en cuenta que el escenario del Barts no es muy grande, no te cabe una sinfónica. Si haces el Auditorio, que es una boca que flipas, metes a 25 cuerdas, cuando tocamos en Zaragoza tocamos con toda la orquesta Reino de Aragón, no hay problema. El show está preparado en ese formato, de hecho, a mí me gusta así, con violines, vientos,… pero depende del sitio.

Vamos a tu plato fuerte el piano, ¿qué piano te acompañará?
¡Bueno! Aunque no te cases con marcas es como decir que no te gusta un Ferrari. Es el Steinway & Sons, serie D. Es una maravilla. Hablamos de un piano de 150 mil euros. Está en el Barts. 


Muchos Red Bulls para "volar" en un trepidante show de casi dos horas lleno de energía y emotividad. 


¿Y en esa joya te subes encima?
No me dejan, la directora está enamorada del espectáculo pero no me deja. Mi mánager se ha inventado una estructura que crea el efecto óptico que desde los asientos parece que estés sobre el piano. Pero ¿alguien querrá al piano más que yo? Pero no va poder ser.

¿Tendrás joyas de tu propiedad?
Tengo varios pianos. Este, que tengo en el estudio está muy bien es un Shimmel de cuarto de cola, tiene casi 30 años; tengo un Pleyel en Granada que no tiene precio, una joya; un  Steinway & Sons de pared y, luego, electrónicos. 

¿Conservas el que tocabas de niño?
Es ese Pleyel, de Manuel de Falla tocado por él y Albéniz. Lo abres y tiene una medalla de oro de la exposición de París. Una maravilla. Es el piano que había en mi casa, pero se compró como antigüedad porque en casa no había ningún músico. Mi padre tocaba muy bien la guitarra de joven. Se compró por tener la oportunidad de tenerlo en casa. Estaba ahí, lo levantaba y sonaba fatal, suena fatal, porque son de marfil.

Tienes otro piano más.
Sí, sí, lo llevo tatuado en el brazo, todo un piano que me dibujo un amigo, Manuel, y aquí llevo las iniciales de los niños, MJ, Miki y Julia. Mucha gente me dice: “¡Ah! Michael Jackson” Y aunque digo que no, insisten, así que ya ni desmiento. 

¿Qué me cuentas de tus vistosas gafas, sello Deparamo?
Ya no me las puedo quitar, claro, ja, ja. Pero nunca lo hice con esa intención. Había llevado lentillas toda mi vida, pero llegó un punto que se me caían los ojos. El oculista me aconsejo que me pusiera gafas. Probé con unas rojas…

¿A juego con la corbata del banco?
Sí, sí, muy corporativo parecía un monigote. Un día me fui a comprar estas en transparente y sólo quedaban en amarillo. Y dije: “Bueno, va dámelas”. Me las gradué y me las puse y aquí se han quedado porque son las mismas, ya no las hacen. A veces, a guasa, me dicen: ¿Y Okley no te paga? No, no, qué pesados, ja, ja hago lo que me da la gana. 

Deparamo actuará el 18 de marzo en Barts y
el 3 de junio en el Teatro Nuevo Apolo de Madrid
Entradas: www.deparamo.com/tour





























¿Ganas de tocar con Pitbull?
Una de las experiencias de mi vida. No por tocar en un sitio más grande, para mí, es más heavy. A veces, he hecho alguna cosa en
casa, en Granada, en Albaicín, para 20 personas, o eventos privados, que es una pena que no puedas poner en las redes porque son particulares o marcas, pero en sitios espectaculares de patios de casas y menudo espectáculo. Pero hay que decir que el desembarco en Miami fue inolvidable. Primero ir con la intención de tocar en Miami y ver que lo vas a conseguir y, después, que no es solo tocar sino hacerlo el fin de año, con 7 artistas, tocar antes de Pitbull, ¡uff! fue una locura. Más de 200 mil personas. Es como cuando veía por vídeo, siendo un enano, a Freddy Mercury en Wembley, que eran menos. ¡Claro! que venían por Pitbull, pero tocas delante de ellas, la subida de redes sociales, a la semana siguiente entrevistas… Parecemos tontos aquí, vienes de tocar allí y es como que te respetan más. “El espectáculo que compartió escenario con Pitbull”, muchos titulares de ese estilo. Todo lo que ha traído después de esa actuación, todo ha sido positivo.

Todo eso ¿cómo te retroalimenta?
Me influye positivamente. No puedo decir que sea ego, porque no tengo tanto ego de artista, sino más ego de que funcione el espectáculo. Eso sí lo tengo, soy muy exigente si algo falla… Me molestaría que el espectáculo no funcionara, independientemente de toque como toque. Y veo que la reacción de la gente ayuda una barbaridad a seguir, a seguir. Por ejemplo, lo de Barcelona no es normal. Es muy difícil llenar un teatro de arriba a bajo sin promo. Porque, claro, tu puedes hacer que te coja una productora, que te meta gas, y te llena el teatro, pero es que nosotros no hacemos promo. Hacemos una cuña en una radio y las redes sociales y se llena, se llenan las butacas. Eso, eso, no tiene precio. Me regañan porque agradezco mucho en las redes sociales pero lo agradezco porque la gente ha venido confiada a ver el show, con su niño, con su padre…Me influye positivamente y, también, necesito estar en contacto con la gente, aunque sea por las redes sociales. Las personas que me siguen están contentas de todo lo que estamos consiguiendo. 


Además de banda, dj, cantante y sinfónica, los medleys se acompañan de proyecciones y efectos.



¿Un creador con una mente tan estructurada suscribe: “No hay mejor improvisación que una buena preparación”?
Totalmente, la improvisación es como un espacio, un gag, que tú dices “de aquí a aquí me muevo”, pero, no te vayas de ahí. Tú puedes improvisar pero hay que estructurarse. Un espectáculo es una empresa, cada uno tiene que marcar su rol. Desde los 20 años, ahora tengo 31, que formé una empresa de organización de coches deportivos, con 3 socios más, sin haber estudiado EADE, mi mentalidad se ha organizado, me ha dado orden, respeto a los demás socios, que si las actas, los objetivos, los balances, el “cuidado que esto va mal, esto va bien” Es un bagaje que, cuando monto el show, con 28 años, me hace estar más curtido en ese sentido y luego, personalmente, siempre he estado muy centrado. Me acababa de casar, tengo la misma novia desde los 18 años, con 31 tengo dos hijos. Esto me ha ayudado y siempre digo “Y lo que queda”. Quiero que el show sea mucho más conocido, poder hacer 50 espectáculos al año, colaboraciones, es una cadena que hay que ir poco a poco.


El músico es el embajador del concurso Musicathon Seat España.

Tendrá razón tu señora que todo está conectado porque una empresa de coches deportivos y ahora embajador del concurso Musicathon de Seat España. 
Soy un loco de los coches, corro en circuitos a nivel amateur, alquilo un coche, depende de lo que te puedas gastar, si alquilas un mini formula, una pasta, y te pegas unas vueltas, o te vas a karting, algo más asequible. Me apasionan también las motos pero tuve un accidente y llevo toda la parte superior de la espalda de titanio.


Por eso lo de Robocop.
Sí, sí, todo de titanio, 12 vueltas de campana, tremendo. 

¿En qué consiste el concurso Musicathon de Seat?
Es un orgullo que una multinacional, su sede española, confíe en ti como su imagen musical. Estoy muy contento y agradecido. Ahora lo que tengo que hacer es darle a la marca lo que ellos esperan. Dentro de un rato me voy a una de sus presentaciones, el Seat Ateca. La competición es espectacular, vamos a competir contra 5 países de todo el mundo México, Holanda, Inglaterra, Italia, Francia. Todos los músicos que quieran, de cada país, van a mandar sus temas y vamos a crear el logo de Seat, lo que salga en el anuncio. A mí, me toca elegir cuales son los mejores de España. De ahí, a Berlín a competir con el resto de países. Y quién gane, que vamos a ganar nosotros, nos vamos a los Ángeles a grabar. Hoy me han pasado el repord, pistoletazo de salida, y España, sobre puntos, 5000, México 4900 y el tercero estaba con mil puntos. O sea, que la reacción de España ha sido muy buena.

Y pensar tus primeras carreras fueron con un Suzuki rojo.
¡Ostras! (risas) Pareces mi madre. Sí, sí, ja, ja ¿de dónde has sacado esa información? Yo los coches, ¡uf!, y a mi padre siempre le han encantado y ha tenido de chulos. Sí, sí Suzuki rojo, lo tengo, lo tengo guardado. No sé qué edad tenía, unos tres años.

¿Para MiKi?
A Miki le compré otro, un Hummer porque corría más, muy gracioso.

Siguiendo con las conexiones ¿con qué otros músicos te gustaría conectar en tu espectáculo?
Una locura. Es uno de los objeticos del show que músicos grandes puedan colaborar porque el espectáculo no está cerrado a nada. Si puedes acercarte a los Reyes Magos pues ¡imagínate! intentar meter, digo actuales, un Bruno Mars, un Michael Bublé, Adele, Rihanna, no sé. Ya no solo músicos muy conocidos, que es fácil pedirlo, sino gente que, cuando el espectáculo sea más grande, pueda ayudarles a darse a conocer. Evidentemente, queda mucho camino para que sea una plataforma de lanzamiento pero por qué no. Dándole vueltas a la cabeza a eso. 

También da vueltas en bodas.
He tocado en tres bodas y han sido tres espectáculos igual o más divertidos que los que puede tener un teatro. La boda de las cavas, eso no fue una boda. De hecho, otro de los hermanos se casa ahora y toco en su boda, el día 17 de junio.

¿Ninguno de los RTP te pide como maestro de ceremonias?
Esto es impresionante que lo sepas, ¡wow! RTP es mi grupo de toda la vida de amigos. Tengo la suerte de tener mi grupo de amigos de verdad, somos 13, cerrado, y ahí no entra ni Dios. Miki fue el primer RTP engendrado, ja, ja. Viene de que con 14 años éramos unos locos de las motos, hubieron accidentes de amigos que se perdieron por el camino con las Scoopy, en la Arrabassada. Nos reuníamos siempre en un placita y se llamaba Racing Team Placita. Esto nunca lo he dicho en una entrevista. Luego se llamó Road to Paradise. Y mi sociedad de 6to6, la de los coches se llama Road to Paradise, S.L. Fíjate lo que ha dado la vuelta ese nombre.

Te voy a dar vueltas a la cabeza con frases célebres sobre la música.
Adelante.

Tolstoi: “La música es la taquigrafía de las emociones”, un tema que te toque la tecla emotiva.
Poem without words, de Anne Clark. Por lo que ese tema representa, uno de los temas con los que empecé y con los que acaba el show.

“La máquina del tiempo existe y es la música” ¿Qué músicos forman parte de tu patrimonio sentimental?
Michel Jackson, absoluto. Freddy Mercury y me ha influido mucho James Brown.

“La vida sin música sería un error”, Nietzsche. ¿Y la música con límites?
Otro. Es imposible encontrar un límite a la música. 


En el Auditori de Barcelona, cantando 'We will rock you' y Deparamo interpretando el solo de Brian May




















La vida es una sinfonía que intentamos componer con razón y pasión. ¿Qué elementos componen la sintonía de tu música?
Muchos elementos. Más de sensibilidad que de razón, y pasión, también, pero sobre todo mucha fuerza. Esta movida, show, disco, me da la posibilidad de pasar de un extremo a otro de ánimo. 

Un abanico de emociones.
Eso, un abanico de emociones que me permite ir a mi bola, con un orden. Es decir, ahora voy a tocar este tema solo a piano que vais a soltar la lagrimilla, ahora este que querríais estar sin camiseta y con una copa en la mano. 

Se pueden vivir esas emociones con la reedición del disco Music has no limits.
Total. Se grabó sin intención de hacer un DVD porque siempre me ha gustado documentar, en la medida de lo posible, todo lo que vaya haciendo. Hay vídeos de casi todos los conciertos. Me fui a Miami y me llevé a mi cámara, me hizo un reportaje. Grabamos un show en el Bars, con grúas, cámaras, pero sin propósito, que salió tan bien que se reeditó el disco, que ya está en la calle, se remasterizó, se añadió Mission, Stop&Love y se hizo el DVD. Es una pasada.

 Music has no limits, ha sido reeditado y contiene
nuevos temas y un DVD con el show en directo.
¿Y la camiseta que te regalo una espectadora, Maribel?
¡Ah! La tengo guardada, y menos mal que tuve dos porque este estudio se inundó entero en julio y tuve que volverlo hacer, la de cosas que tuve que tirar.

Si fueras mi gestor de banca ¿cómo me convencerías para que invirtiera mi dinero para unas entradas para tu show?
(Risas) Te convencería fijo porque era super buen gestor de banca. Serían los mejores
30 euros –lo que valga la entrada- que hubieras invertido porque invertirías en felicidad.


Frente al piano, en su amplio y completo estudio de Barcelona, donde Deparamo cocina sus creaciones. 





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martes, 8 de marzo de 2016

Álvaro Díaz conquista 'Con nombres de mujer'


Texto: Noelia Baldrich / Fotos: Álvaro Díaz







Mi pasión de cada día es la música” afirma este cantante de Huelva de recorrido flamenco y coplero que ya en el 2013, con su primer disco, deja grabada su intención. Desde sus inicios cantando por Joselito, con apenas 10 años, ha ido abriéndose camino. Desde Bollullos Par del Condado ha recorrido el Canal Sur, con Granada y a lo Nino Bravo, en programas como Veo Veo, Menuda Noche, Se llama copla (fue el sultán de la 5 edición), y ha recibido innumerables premios como el Melón de Oro o el Cabria de Plata. Y es que este jilguero trompetista, de 27 años, alumno del cantaor y paisano, Ildefonso Pinto, es “un hombre de palabra que, cuando quiere de veras como él quiere a la canción, rompe y hace lo que le da la gana y arregla”, como lo definieron en un programa. Porque si hasta ahora le conocíamos por sus Noches de bohemia y pasión con espectáculos de flamenco, coplas y fandangos, en este segundo trabajo no comulga ya Con ruedas de molino, rompe con estos palos para traernos su melódica voz. Su sentimiento onubense se mantiene intacto, de hecho, en sus conciertos, suma más de 200, Las campanas de Linares o Tres puñales siguen repicando y habituales son sus fandangos que afilan puñales; pero Curiosamente cuando toca abandonarse a la corriente de cantaor, sus melismas vienen con otro son. Con un sonido más melódico y moderno, esta vez, el intérprete se entrega a las mujeres, dedicándoles sus canciones. Sabíamos de su fama de galán -como modelo de colección de verano bien se apañado- y su asomo a Luis Miguel, pero creíamos que su Cobardía del amor por ellas le llevaría a tirar la toalla antes de darles cuerda. Todo lo contrario, las adora a todas: A Malena, la que canta el tango como ninguna; a Santa Lucía, la que recuerda a Miguel Ríos; a Lía que lía con sus brazos un nudo de dos lazos y a Penélope, sentada en un banco del andén. Pero también tiende la mano a las inéditas: Al Amor de una noche, a la que ama con toda el Alma, a la que enciende su Luz, a la Estrella que lo embrujó y a la Luna que lo esperó. Ya se pueden esperar que la copla no podía faltar: vestía de una solea por bulerías, interpreta una historia antigua de viento y sal, Alfonsina y el Mar; y acaba con Dolores, pidiéndole Limosna de Amores. Un ramito de violetas con perfumes de mujer y regadas con el sabor de manzanilla de su voz aterciopelada. En cuanto al traje sonoro podríamos decir que algunas vienen hasta con piel rokera, liadas con telarañas de guitarras flamencas, aireadas con un abanico de percusiones, orquestados arreglos, y pliegues rectos por las notas de un prominente piano. Entre las musas de este Apolo encuentro a faltar la que siempre ha estado a su vera y sujeta sus riendas, Mercedes. Ahora, que está de promoción a Barcelona, voy a preguntarle Con nombres de mujer (2015, Adriático Records) a Álvaro Díaz el por qué.


Con nombres de mujer, son 12 temas de éxitos de siempre
y otros inéditos con ecos sureños y su melódica voz.



¿Con nombres de mujer y falta Mercedes?
Bueno porque no hemos encontrado ningún tema que se llamará Mercedes y que fuera acorde con el estilo del disco. Hay alguna canción que tiene el nombre de Mercedes pero muy antigua, muy folklórica, que no pegaba mucho con el disco, pero ese nombre lo llevo en mi cabeza y mi corazón porque es el de mi madre y el de la patrona de mi pueblo. Mi madre es un pilar fundamental de mi vida y en mi familia y, la verdad, que me ha ayudado muchísimo, lo poco o lo mucho que soy es gracias a ella.

Cuando uno está “mareado como una gallina turuleta” ella te pone recto.
Sí, la misma que me ha subido cuando ha hecho falta bajarme, me ha bajado. Es una mujer muy positiva, realista y cuando me ha visto un poco de bajón me ha empujado, y cuando me he estoy más chulillo de la cuenta me ha dicho: “Chsss, bájate los pies al suelo”.

Aunque no la hayas nombrado ¿qué opina del disco?
Una madre te mira con unos ojos especiales y no me fío mucho, porque tú sabes cómo son las madres, pero a ella le encanta, le parece muy interesante el hecho de dar un paso hacia delante, de hacer algo distinto. Creo que un disco es una oportunidad para mostrar un estilo tuyo que no habías mostrado, enseñar algo de ti que no habías dejado mucho enseñar y este disco hemos intentado hacer, manteniendo mis raíces flamencas, algo nuevo e intentar conquistar un público diferente al que ya teníamos.

Malena cantan el tango al son de las palmas, Santa Lucía nos cita en una noche de orquesta, Lía se enmaraña con las cuerdas flamenca y Penélope se viste de pop.
Las versiones, aunque a veces cueste trabajo, deben ser versiones. Si hacemos una réplica de los temas que ya están hechos y con los mismos arreglos es repercutir sobre lo mismo y carece de personalidad. Tanto el productor, Alberto Miras, como yo hemos intentado hacer algo distinto. Es difícil porque son temas muy populares, casi himnos para las personas que los tienen asumidos de una manera, y ahora tienen que asimilarlos de otra, pero ha sido un trabajo muy divertido, distinto y se trataba de dar un poco la vuelta a estos temas. En mis directos empiezo más melódico con los temas del disco y, después, recorro mi trayectoria porque mi público me lo pide, hago algunas versiones de baladas flamencas, de copla y acabo cantando flamenco.

Descubrimos un Álvaro Díaz más melódico y por primera vez compositor con Alma, Luz y Estrella.
Sí, eso ha sido una aventura. Empecé componiendo una canción que me pidió Juan José Román, una persona que me ha ayudado muchísimo, un tema para un especial sobre el Rocío en el Canal Sur. Hice una plegaria, que gustó mucho y a raíz de ahí empecé. Es algo que siempre me había llamado mucho la atención pero lo veía muy complicado porque componer y llegar al corazón de las personas dentro de una melodía es algo muy especial y muy difícil. He compuesto estos temas con todo mi cariño y es una aventura nueva.


El cantante onubense se estrena, en este disco, como compositor.
Alma con videoclip.
Sí, es el single del disco y nos divirtió mucho, una experiencia nueva en todos los aspectos. La monotonía es algo que me aburre en todo los aspectos. Tanto en lo laboral como en lo personal odio la monotonía, me gusta ir cambiando por eso todo este trabajo me está resultando muy bonito.

Nada tiene de monótono ir a actuar a Portugal.
De verdad, y, además, con una sorpresa tremenda porque me contrataron para un día y en quince días se agotaron las entradas, tuvieron que poner un segundo día y, también, se agotó. Así que, hemos estado dos semanas seguidas, el día 20 y 28 de febrero, con dos llenos, increíble. Dos conciertos mágicos, no te esperas ese recibimiento del público. Es un cambio muy importante en mi carrera por lo que me da de cara al exterior y a nivel personal, me da mucho ánimo y fuerza.

A partir de este disco ¿ya no comulgas Con ruedas de molino?
Yo me siento más identificado con mis raíces, el flamenco y la copla y no lo voy a dejar nunca, lo que sí que es cierto es que hay que apostar por lo que escucha la juventud, incluso yo, en el día a día. Yo escucho a Marc Anthony a Luis Miguel…

¿Son tus referentes?
La verdad que sí, no tengo un género de música, estoy en el coche y lo mismo escucho a Michael Bublé, a Whitney Houston, a Camarón… y todo eso, después, me gusta plasmarlo en mi trabajo.

Plasmas Mi humilde oración de Luis Miguel, pero afirmas: “A él no lo imito yo”.
Ja, ja, es verdad, Mi humilde oración fue una canción de navidad que grabamos con una letra muy bonita: “No más guerras, no más vidas rotas”, y le hemos dado un toquecito flamenco un poco sutil. Imitar no me gusta. Si me obligan a tirar por un sitio, tiro por otro, soy muy contrario.

Siempre tiras a la vera de tu ídolo de carnes morenas, Lola Flores.
Sí, sí, estuve en Qué tiempo tan feliz, T5, dedicándole una copla muy bonita A tu vera, que hicimos a guitarra y voz. Me aporta muchas cosas bonitas porque la primera vez que salí en televisión, en Andalucía y una de las primeras veces a nivel nacional, fue con esta copla. Tendrá algo especial que cuando la canto me motiva.

Algo especial y os une el signo zodiacal, acuario. Felicidades.
Muchísimas gracias.

Muy revolucionarios, vendavales. ¿Cómo se define Álvaro Díaz?
Muy loquillos, bohemios, pero creo que es una suerte porque una vida monótona y demasiado tranquila es muy aburrida. Soy amigo de mis amigos y tengo cierta templanza pero tengo aspecto de bohemio, de perderme de vez en cuando por ahí en mis cosas.

¿Dónde encuentras esa bohemia, en Bollullos?
Sí, vivo allí, está muy cerca de Sevilla, de Huelva, de la playa, a 20 minutos de casi de todo. No estoy siempre, por el trabajo estoy viajando mucho, pero mis momentos de tranquilidad están allí. Me gustan muchos los animales, cojo mi caballo, Apolo, y me pierdo por el campo, la playa. No me hace falta mucho, soy de detalles pequeñitos que dejamos pasar. Hoy mismo venía en el avión y llegando a Barcelona, casi amaneciendo, un paisaje precioso y yo, con estas cosas, muero. Miraba alrededor y nadie miraba por la ventana el amanecer tan bonito que se estaba produciendo, la gente con sus iPad sus auriculares, hablando… ¿cómo nadie prestaba atención a la maravilla que se estaba produciendo fuera?

Estarás disfrutando con las vistas de este lugar. 
Es un sitio precioso, de vez en cuando la mirada se me pierde con esta panorámica.

Buena vista tienes que tener para el tiro al plato, ¿aficionado?
Desde pequeñito me han llamado mucho la atención las armas pero no relacionado con el tema bélico sino como coleccionista. Me gusta el tiro deportivo que es lo que más práctico, el tiro al plato casi todo los fines de semana y no se me da mal. Ser muy bueno es difícil, son 25 platos los que hay que partir en una serie y es muy complicado pero se intenta. Todo lo que hago intento dar el 100% de mí, me divierto que es lo importante y las cosas se hacen por echar un buen rato.



Alvaro Díaz, en el teatro de Huelva presentado su disco Con nombres de mujer, un espectáculo en el que combina temas melódicos, coplas y flamenco. 


Vamos a seguir partiendo el plato del CD. ¿Algún tema por indicación de Manolo Briones?
Manolo Briones es una persona muy especial en mi carrera y es una enciclopedia de la música. Tiene una mente muy abierta, una discografía increíble y desde que me conoció, cada quince días me manda un paquete por correo con discos, por ejemplo, de Camarón de los años… de Marc Anthony de… De todo, lo más nuevo sea Carlos Rivera, Laura Pausini o Miguel Poveda. Lo que él cree que me puede venir bien de escuchar me manda un paquete. He aprendido muchísimo, como paso mucho tiempo en el coche, voy escuchándolos y rescato un tema de aquí, otro de allí. A nivel profesional y personal he aprendido mucho con este gesto que tiene. Ha sido cantante en una orquesta y toda su trayectoria ha estado muy ligada a un importante teatro de Huelva por el que han pasado muchos artistas. Intenta transmitirme toda su amplia experiencia.

¿Y de la experiencia de Idelfonso Pinto?
Ganó la Lámpara Minera, del Festival del Cante de las Minas, era un gran entendido del flamenco y los primeros años que empecé con el flamenco puro los inicié con él.

También Álvaro Díaz va bien servido de premios ¿cuál has recibido con más ilusión?
Lo que más ilusión me ha hecho es a lo que me han llevado los premios. En cada festival de flamenco donde me presentaba necesitaba aprender cantes distintos, por ejemplo, en Málaga te exigen cantar por Malagueñas, si vas a Murcia, por Mineras y Tarantas, que son los cantes de Levante; en Cádiz, por alegrías por Mirabrás por Caracoles. Toda esa base y enseñanza del flamenco que he adquirido durante esos tiempos es el premio que me llevo. Hoy me ayuda muchísimo porque cualquier tema que hago puedo aportar esa raíz flamenca. He ganado muchos, otros no he tenido suerte, pero en esta vida hay que insistir mucho y trabajar mucho para recoger frutos. Y me han enseñado a ser humilde.

¿En qué momento profesional te encuentras?
Estoy en un momento dulce. Una de las cosas más bonitas que estoy recibiendo con este disco es que, viviendo de la copla y el flamenco donde el público suele encasillarte y está muy centrado en ese género, la gente que viene a mis conciertos está asimilando este tipo de música, la está aceptando con muchísimo cariño y eso era una meta que quería recorrer, porque no me gusta encasillarme en ningún género. Estamos atrayendo a un nuevo público y esto hace que viva un momento distinto, un paso adelante.

La voz también se ha acoplado. 
Intento adaptarme, puedo cantar una balada muy moderna, como si me dice el músico que lo hagamos por flamenco o por tangos, con la guitarra y las palmas. Puedo hacer la balada flamenca o si se ponen arreglos poperos, la hago moderna. Soy camaleónico.


Además de una gran voz,  hace gala de un físico muy seductor.
¿Te imaginabas Alma, Luz y Estrella brillando en las camaleónicas manos Alberto Miras?
No, y, además, uno de los procesos que más he disfrutado ha sido componer un tema en casa, grabarlo de malas maneras, llegar al estudio y Alberto, que es un fenómeno, meter instrumentos y en una hora hacer una maravilla de un tema que yo tenía en el móvil desnudo. Es una satisfacción.

¿Has tocado la trompeta en el disco?
No en el disco pero sí en un espectáculo que hago con el tema Abrázame, tiene un solo de trompeta al inicio. Me llevé 14 años en el conservatorio tocando la trompeta y en el último año me surgió toda esta historia y tuve que aparcarla.

Abrazar el himno de Andalucía en Portugal debe ser muy emocionante.
Sí, y muchísima gente lo cantaba conmigo, muy emocionante. Me siento orgulloso de mis raíces, me gusta llevar este tema por bandera y cuando ves que el público lo canta me pone los pelos de punta.

Un momento profesional qué te emocione.
Han sido muchos, pero uno de los más significativos cuando empecé a darme a conocer por la televisión, el recibimiento que tuve en mi tierra en Huelva, en mi pueblo Bollullos. Ni siquiera era cantar, fue un especial que grababan en Canal Sur y era el recibimiento de mi tierra al…

Al sultán de la copla.
(Risas) Me faltaba la alfombra y volar, ja, ja. Sí, más o menos, fue como un recibimiento, un apoyo y fueron muchísimas personas. Era en la plaza grande del ayuntamiento y nunca me esperaba lo que allí me encontré. No se cabía en la plaza, había miles de personas y me hicieron salir al balcón del ayuntamiento…, esas cosas que se hacen. De la nada a encontrarme con eso, fue muy emocionante, uno de los momentos más emotivos de mi carrera.

En ese especial tus familiares te definían como caprichoso y cariñoso.
Sí, sí, soy muy cariñoso y caprichoso, también, lo reconozco. Soy muy cabezón y una cosa va detrás de la otra, cuando se me mete algo en la cabeza lo tengo que conseguir sí o sí y ya, tampoco tengo mucha paciencia, ja, ja.

¿Tu último capricho?
Apolo, mi caballo. Tiene un castaño muy especial, tonos oscuros pero también un castaño tirando a alazán, es muy bonito. Es como una personita para mí, no entendemos muy bien, es muy noble. Lo he dejado allí con todo el dolor de mi corazón.

¿Y el corazón lo tiene Álcavo Díaz desbocado por un amor?
Ja, ja, he estado enamorado pero ahora mismo no. Estoy enamorado de muchas cosas pero no de una mujer. Tengo fe en volverme a enamorar, soy muy romántico, mi música transmite mucho mi personalidad y estoy viviendo momentos mágicos pero el corazón anda libre.


Enemigo de la monotonía, siempre echado pa' lante.  
¿Eres de pedir citas o a ti te lían?
Cuando veo el camino claro sí las pido (risas), pero tengo que verlo claro porque el “no” no me gusta por respuesta. Mis amigos me dicen “tú podrías ligar más de lo que ligas”. Sí pero cuando ligo ligo bien porque no me equivoco voy a lo seguro.

“Perdido con las alas de tanto volar” ¿te asusta perderte de éxito?
Miedo, no, soy mucho de dejarme llevar y de tirar para adelante pero sí que es verdad que puede haber circunstancias negativas que te perjudiquen. Y se piensa en todo eso.

“La posibilidad de realizar un sueño es lo que hace la vida interesante” Paul Coelho, escribes en las redes. ¿A qué te atreves a soñar?
Soy muy soñador y de pequeño tenía un mote “el ilu” de ilusionado porque siempre estaba con algo en la cabeza “pues te imaginas que voy a cantar a tal sitio…” muchas ilusiones tenía. Ahora mi mayor ilusión y meta, siempre lo digo a boca llena, es dedicarme toda la vida a la música, no busco nada más, que sea lo que tenga que ser, no tengo miedo a nada. Conocer gente interesante, sitios nuevos, viajar…es lo que más me llena.

¿Qué plato te llena más?
Como bien y mucho. Soy mucho de cuchareo, un potaje de berza, es como una hortaliza, ese plato tradicional me encanta.

¿Por quién te decantas Sevilla o Betis?
No soy anti sevillista pero desde pequeño soy bético. De chico lloraba cuando el Betis perdía, pero no soy antideportivo, si juega el Sevilla contra otro prefiero el Sevilla, pero simpatizo con el Betis.

¿Se dice del Betis aunque pierda?
“Man” que pierda, fíjate si somos brutos.

Bruto y a vez sensible, llamar al disco Con nombres de mujer.
Mi público mayormente son mujeres, me dan un cariño tremendo, y viven a su artista de diferente modo que los hombres. Ese cariño queríamos agradecerlo y surgieron varias versiones como Penélope, Santa Lucía y dijimos: “¿por qué no dedicar todo el disco a nombres de mujer y llamarlo Con nombres de mujer?” Y de ahí.

Una artista con nombre de mujer.
En el flamenco Estrella Morente y en la música moderna, por ejemplo, Withney Houston me encanta y, ahora, hay una artista joven que tiene una voz que me enamora Jesse&Joy.

Un nombre de mujer que te enamore.
Andrea, Candela y, sin embargo, no he conocido ninguna Andrea ni Candela que me gusten.

Para terminar,  el disco hubiera sido redondo si hubieras dedicado un tema a “esa chica que es igual pero distinta a las demás”.
¡Ah! Noelia (risas) Pues lo he cantado. No lo he hecho porque lo veía demasiado clásico para incluirlo en el disco, pero es un tema muy bonito.




En Barcelona, durante la entrevista, Álvaro Díaz reconoció estar en un momento muy dulce.




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