domingo, 18 de septiembre de 2016

The Greasy Slicks, crudo rockero

Texto:Noelia Baldrich / Fotos: Muriel ViBa







Noqueados, abrumados, sin dar crédito. De esta guisa se quedaron los que el pasado viernes se acercaron a Razzmatazz para conocer a los británicos The Greasy Slicks. Esta banda, de nuevo cuño, era la primera vez que visitaba España, gracias a Doctor Music, y el  descubrimiento fue mayúsculo. Jack Kendrew (gitarra y voz) Nathan Rasdall (bajo) y Rian 0’Grady (batería y voz) si algo tienen de “mancha grasienta” –traducción que se desprende del nombre del grupo- es lo más parecido a petróleo, crudo. Puro rock asombrosamente bien engrasado que apunta muy alto. Su propuesta, recogida en dos EPs Into the Night y Fool Me Twice y en el eminente lanzamiento de su primer LP -de título homónimo- es compacta, densa, viscosa, refinada y exenta de cualquier contaminación que suene a sucedáneo.  Es decir, que aunque sus referentes sean bandas de los setenta, Led Zepellin, Nirvana o Muddy Warters, o que algunos seguidores vean en su vocalista y guitarrista, Kendrew, ademanes de Jimmy Hendrix –ahí es nada-, su composición suena natural y fresca. 


En Barcelona, el viernes, y en Madrid la noche anterior, suministraron potente química que prendió desde la primera chispa. Abrieron con Hawks, continuaron con Beggars, su reciente Eyes Wide Black , para continuar con una docena de cortes que dibujaron una exhibición épica de rock’n’roll. Hora y media a todo gas intercalando pasajes instrumentales de high blues, a modo de jam session -qué bien sonó Don't Shake my hand- y toques psycodélicos. Una sólida arquitectura sonora con mucha química pero también mucha alquimia: de "mancha grasienta" a material noble. Así suena el crudo The Greasy Slicks.







www.thegreasyslicks.com