lunes, 27 de junio de 2016

[MJU:ZI<]: algoritmo de teclas y samples

Texto: Noelia Baldrich / Fotos: Universal Music





 


“If you ask me something light, something right, to break through, you listen [MJU:ZI<]”, porque como decía Walt Disney: “Puedes diseñar el mundo más maravilloso y mágico, pero se necesita gente para hacerlo realidad.” Y en eso están Ariadna Castellanos y Ed is Dead. Virtuosa pianista y compositora ella, la parte elegante; rompedor y sideral, productor él, venido de Marte; se unen y comparten arte en un disco experimental y vanguardista para transmitirnos La vie en rose desde otra perspectiva. Ortodoxia clásica, toque flamenco, improvisación jazzística y galáctica electrónica danzan en el piano de esta Alpha Women. Con un Bösendorfer Imperial, la joven y guapa madrileña gata de moda y felina arañando las teclas, nos sumerge en un estado Melomaniac masterizando sensaciones etéreas. Al toque de un Zapateao, de un Blu improvisado, de una armoniosa Nana, una quebradiza Milonga, o un cósmico Circle sonoro descubrimos una música con alma y mucho talento. Dos becas, la Guildhall School of Music & Drama, de Londres, y la Presidencial Award de Berklee avalan a esta excelente pianista, que prefiere tocar el axioma Robert De Niro para hablar de su sonido que suena incluso en Juego de Tronos: “El talento está en la elección que hagas”. Pues, su carrera está trufada de elecciones acertadas: ha grabado y colaborado con prestigiosos artistas como Niño Josele, Pepe de Lucía, Alejandro Sanz; ha compartido escenario con músicos de la talla de Paco de Lucia, Michel Camilo; ha tocado en algunos de los mejores Festivales del mundo y su primer disco Flamenco en Black and White, producido por Javier Limón, a los Latin Grammys fue nominado. Ahora escoge al músico y dj Ed is Dead, dos discos de Oro, n1 en Itunes y por Vicius Music Awards galardonado, para producir ese Change musical de sonidos orgánicos y electrónicos que ofrecen un discurso nuevo, como en Walking on sand, o rapeando incluso con Nach. Sí, nuestro rapero más punzante, que dispara con El Idioma de los Dioses, también se une a esta aventura con Eyes like Weapons, con la única pistola de su mirada cargada de pólvora. Ya ven todo un tinglado de precisión y presión, de teclas y de samplers, de armonías, revers y delays Cubase 7 que nacen en la Intro y continúan más allá del álbum y sus 11 temas. El Fashion Beat Team de Ariadna Catellanos y Ed is Dead viaja en la improvisada vanguardia fonética de [MJU:ZI<] (2016, Universal Music)




[MJU:ZI<], ¿cúal es su transcripción conceptual?
Ed is Dead:
Como concepto sería: en el siglo XXI dan igual las etiquetas o los géneros, lo sustancial es lo que transmites. Parece como algo transgresor juntar flamenco con electrónica pero tendría que ser lo más normal del mundo. Tienes unas herramientas, una historia musical, ella tiene su background, yo tengo el mío, nos juntamos y creamos [MJU:ZI<]. No nos hemos planteado si estábamos mezclando algo que “estaba vetado”. No. Se trataba de transmitir, da igual la forma.

Ariadna, Venus; tú, Marte; pianista de flamenco-jazz y dj de electrónica ¿cómo surge esa conexión?
Ariadna Castellanos: Obviamente algo hay en común porque de lo contrario no llegas a esto. Yo estaba buscando un productor de electrónica, una música que desconocía bastante y empecé a preguntar. Coincidimos en un festival y fui a conocerle. Y como no soy tímida ni él tampoco, surgió. Al principio se trataba de una canción, pero fue algo tan natural, con dos mentes muy abiertas, que el resultado ha sido todo un disco y mucho mejor de lo que había imaginado.

¿Por qué una pianista de formación clásica andaba buscando un productor de electrónica?
Ariadna: Estaba buscando en la producción sonidos y frecuencias que con el piano no estaban y empecé a escuchar electrónica y dije: “Esto, esto es lo que a mí me falta”. Sonidos que no son de instrumentos acústicos y se escuchan en la electrónica, en el cine, en muchas producciones de pop… Es decir, que no buscaba la electrónica como estilo sino que cuanto más escuchaba más quería saber de las posibilidades de sus locuras sonoras. Fue como abrir la primera puerta y ya.





















¿Y cómo recibe un dj sideral la propuesta de una virtuosa pianista?
Ed: Al principio con mucha prudencia. No nos conocíamos y lo primero que me planteé era qué entendía Ariadna por electrónica. Porque lo triste es el estigma de “pum, pum, pum” y eso es la punta del iceberg. La suerte ha sido que, venida de una formación tan clásica, sea tan abierta de mente. Pasábamos muchas horas escuchando sonidos y ver sus ansias por aprender y abrirse a otros sonidos, que para mí ha sido increíble. Luego era ella la que demandaba más. No pasa mucho.

Ed is Dead con más de 600 producciones ¿alguna tan sorprendente como esta?
Ed: Hay de todo, no sé si tan sorprendentes, pero raras unas cuantas. Ahora con la calidad de esta, en mi humilde parecer, poquitas. Es el mejor músico con el que he trabajo y que, además, hemos tenido manga ancha, sin ningún tipo de prejuicio al hacer nada, eso te pasa pocas veces.

¿Cómo ha sido ese modus operandi para transcribir fonéticamente esa “manga ancha”?
Ariadna: Tenía unos temas compuestos que al final no es lo que ha quedado. Hemos hecho un trabajo de reducir. De lo que tenía escrito íbamos quitando y produciendo, además, los colaboradores, como Zara FacFarlane, nos iban mandando “barbaridades”, que luego al montarlas había que cambiar la estructura… y al revés. Otros temas los tenía Ed, como Melomaniac, me lo dio y yo empecé a meter el piano, junto con la colaboración de Covey.

Ed: Ari traía mucho escrito, pero de piano. Y lo que nosotros acordamos era transmitir sensaciones, desestresar a la gente para que llegue a un punto de calma y sea bonito. Ok, vamos a ver qué elementos disponemos para que surja algo bonito, sin detenerse en pensar si son notas, si son instrumentos o si utilizo sonido de un espacio que de repente se cierra. Es la ventaja de la electrónica, que es infinita, todas las dimensiones que tus oídos pueden captar, no solo las notas musicales con las que parte un piano.

¿Un Bösendorfer para grabar [MJU:ZI<]?
Ariadna: No, pero es mi piano preferido y, de hecho, el que usamos en la presentación del disco, en el vídeo, etc. Tiene unas notas extras por los graves, por lo que la caja de resonancia es más grande de lo normal y a parte son pianos artesanos. Cuando digo que es el mejor piano del mundo no es una apreciación personal es que es increíble y no hay tantos. Más en el norte de Europa porque se fabrican en Viena. El disco se grabó con un Yamaha.

¿Programa electrónico?
Lo has dicho bien, con el Cubase7. Ahora voy por el 8.5, pero es Cubase, sí, sí.

¿Ha inspirado el piano de Ariadna una nueva filigrana sonora?
Ed: Hay mil anécdotas. La mejor es que de todas las opciones que teníamos para grabar pianos, al final, decidimos grabar con el piano de su profesor de música, cuando era pequeña, porque era el que mejor resonaba. Fuimos a su casa y resultó. Es un Yamaha. Me llevé los previos, la tarjeta, los micros y grabamos el piano en la casa del profesor. El resto de instrumentos, cajón, contrabajo, baterías… en otros estudios. Lo importante es que se decide por lo que transmite el sonido y si ese piano suena bien ahí, no me tengo que ir al estudio de no sé dónde. Quiero ese piano porque es lo que manda.

¿Qué características tiene que tener un piano para reproducir el flamenco, jazz, la electrónica de Ariadna Castellanos?
Ariadna: Vamos a tocar a muchos sitios que tienen el piano que tienen pero, además, hay que tener en cuenta el ingeniero de sonido, de cómo proyecta el sonido al exterior. Esto para mí es bastante nuevo, aunque en jazz se amplifica, porque en clásico si el piano está bien y la sala tiene buena acústica ya está. Ahora en nuestros directos hay muchas pistas, tiene que sonar en conjunto bien. Pero, hablando solo del piano, yo tengo problemas con las secuencias agudas que me dan como dolor y, por ese motivo, no puedo con los pianos que suenan metálicos, me chirrían. Me gusta como aterciopelados, con graves, con sonidos redondos.

¿Se toca diferente [MJU:ZI<] al anterior de jazz flamenco?
Ariadna: No, creo que lo que vas es añadiendo recursos. De ritmo, hay cosas en el jazz, como el swing, en el que improvisas y hacemos cosas más negras en el que el tiempo se divide en dos. Lo que si es que ahora llevamos el teclado y, por ejemplo, en Circle hacemos como una conversación, hay una parte piano y luego un solo de teclado y se crean dos sonidos que antes yo no usaba. Luego un sample pequeño que tiro efectos: tocas el teclado luego pulsas y metes como un rever, texturas.... Tocas y pulsas y a la vez creas atmósferas nuevas. Me hace mucha ilusión.



















¿Está hecha una experta de la electrónica, Ed?

Ed: Sí, ja, ja, la oigo hablar de “hay ciertas frecuencias…”

Zara FacFarlane, Tremendita, Covey, Odille Lima y Nach, ¿por qué son los escogidos para las colaboraciones?
Ed: Odille es como mi protegida porque tiene una energía en directo, la ves y nos das crédito, esa apariencia frágil y sobre un escenario es una bestia. Zara, es obvio, es una primer nivel mundial de jazz, para nosotros ha sido un lujo. Cuando nos mandó las pistas, ella grabó en Londres, fue ¿en serio? El tema subió a tope. Y con Tremendita en Milonga, te diré que si mi primer tema era Circle creo que va desbancarla.

Ariadna: A Zara y a Nach los conocí en un programa de Canal+ que juntaban a artistas de estilos diferentes, y con ellos me pasó como con Ed, hubo conexión. Luego me enteré que Zara también había estudiado en Guildhall, así que hay como una admiración mutua. En seguida aceptó la propuesta. Y Nach me parece, además, tan buena persona, tan humilde llenando estadios aquí y en Sudamérica, súper trabajador. Esa parte humana me puede mucho. Intento, siempre, no acercarme ni en el trabajo ni en la vida a gente que no es así, o sea, gente arrogante, egoísta. Se lo comenté y fue sí.

También te caracterizas por notas de humildad pero no podemos obviar tus dos becas, la primera, la de Londres, elegida entre 4000 músicos, y la Berklee, de sólo dos plazas. ¿Cuáles son tus notas fuertes como pianista?
Ariadna: Decir lo que uno tiene… Supongo que es la pasión que le pones a las cosas, para mí la música es todo. En Londres no me acuerdo porque era más pequeña, pero en Berklee buscan cosas originales porque hay tanta gente que toca tan bien en el mundo. No digo que sea tan original pero sí busco interpretar cosas con el piano que no estén tan hechas. Es lo que me motiva más. Tocar otra vez Chopin, no lo haría bien porque se ha hecho mil veces muy bien. No es mi labor. Siempre estoy inventando cosas y eso lo premian mucho.

¿La originalidad que presentaste?
Ariadna: Boston era jazz, me presenté tocando flamenco y eso gustó. Eligen gente de todo el mundo que toca muy bien algo de sus orígenes, de su país natal. Es muy divertido e interesante porque hay gente de Pakistán, de Hawái, de Arabia Saudí…y son los propios nativos que te enseñan su música, no un profesor que se ha aprendido las tablas. Además, yo escribo la música que toco y eso lo valoran mucho, la gente que está creando la música de ahora, que no sólo son interpretes. Y luego es suerte, los astros se unen para que te toque a ti.

¿Se conjugaron los astros para tocar delante de Paco de Lucía?
Pues hay un destino o algo porque yo estuve en Berklee dos años y coincidió con el año que Paco fue doctor honoris causa, el primer español que era investido, y mi ídolo. Es como un regalo de la vida.

Ese día tú le regalaste La Barrosa.
Hicimos La Barrosa con el piano, luego Solo quiero caminar con cuarteto y Zyryab lo hicieron con arreglo de orquesta. Ese día lo conocí, luego volvimos a coincidir en Puerto Rico, en festivales.

Entrevistando al guitarrista Toni Cotolí comentaba que Los panaderos flamencos de Paco era la pieza que mayor dificultad le presentaba, ¿hay algun tema del maestro que en el piano suponga demasiadas teclas?
Ariadna: Fíjate que esa pieza, Los panaderos flamencos, para piano no es tanto, supongo que es más complicada para guitarra. La Barrosa es complicada, y hay palos de flamenco que quedan mejor que otros. Las alegrías quedan muy bien, pero los tientos, las seguidillas, lo más lentos, para mi gusto, no suenan tan bien en piano.

¿Y cómo suena el Change (2015) electrónico de Ed is Dead?
He estado haciendo música con o para otros. Aunque yo tenía unas 300 canciones hechas por mí, como Ed is Dead tenía muy pocas, así que fue la primera vez que me senté y dije “Se acabó”. Y con la filosofía de [MJU:ZI<], voy hacer lo que me dé la gana. Durante mucho tiempo he estado adscrito algún tipo de escena, que si electro que si dubstep…, y ahora con el conocimiento ya adquirido mi propósito ha sido querer contar historias. Change fue eso, un cambio en mi manera de abordar la música. Esta es mi historia, a quién le guste bien y a quién no, también. Me da igual mi estilo.

And I.
Ed: Jolín, si ha salido hoy, 23 de junio (risas). Madre mía, impresionado. Es una colaboración con dos artistas, con Womoh, un dúo de Madrid y Amsterdam, con Nora Norman cantante de soul. Y es un reflejo de esa batalla que libro por dejar a un lado las etiquetas. En electrónica el 90% se basa en el tempo, la velocidad. El house va a 120 bpm, el techno a partir 125, el downtempo a 90, y qué absurda la etiqueta, lo que yo quiero es una canción que me transmita. Es tan arcaico, a veces.






















El 23 de mayo [MJU:ZI<] se presentó en directo, ¿con tantas pistas se puede improvisar?
Ed: De hecho ha sido uno de los retos que teníamos en el directo. Que las rondas de solos que teníamos, que en el jazz es lo más habitual del mundo mirarte y decir “aquí entramos” y entramos, en la electrónica es un Cristo. La electrónica va programada, llevas unas secuencias y dile tú al ordenador y al multipistas que ahora nos miramos y cambiamos. Hemos creado nuestro sistema para poder hacer eso, queríamos que fuera tocado. Que la electrónica que hago tenga margen de error, porque uno de los estigmas es que apenas puedes hacer cosas sobre un play y eso no es tocar. Así, que hemos ideado una fórmula en la que yo mando a Ariadna una señal, a través de una claqueta guía, y ella decide. Tengo que estar en órbita para resetar y decirle a la máquina ahora salimos, ahora entramos, mientras, estamos tocando. Lo último ha sido un pedal, llegado desde Japón, para poder hacer esos cambios con el pie derecho mientras tengo las manos libres para tocar. Igual que Ariadna lleva cada vez más artilugios. Y esos es lo bonito porque tienes la sensación de crear algo que no está hecho.

Ariadna: Lo mío es más fácil, es improvisar en un piano pero que en lugar de darte la ronda de acordes un bajista te la da un sample. Es muy divertido y no quería perder esa improvisación que te da el jazz. Es la parte que más me gusta, más que el estilo en sí. Salir al escenario y decir me invento lo que quiera, más divertido que eso. Nunca te aburres, no haces la misma canción exactamente igual.

El modelito para tocar no parece improvisado.
Ariadna: No te creas soy muy desastre. No creas que lo tengo pensado de días. Mi madre me ayuda. Siempre llevo dos o tres, porque nunca sabes el sitio, la energía. Ahora viajamos a muchos lugares distintos y todo es diferente. Lo que parece que es muy frívolo, como la ropa, para mí forma parte de un todo, todo es comunicación. Es un mensaje que mandas. Si cuido tanto todo a nivel musical, busco que la parte estilística también impacte visualmente.

¿Tu vestido preferido es el de Ion Fiz?
Ariadna: Es mi diseñador preferido, pero no ese vestido para tocar porque es muy corto. Para vestir normal es espectacular.

Tocas con altos tacones, algunos zapatos fetiche.
Ariadna: Me gusta mucho Jimmy Choo.

El día 21 tocásteis en la Sala Riviera, Madrid; antes en Ibiza ¿cómo está siendo la respuesta del público?
Ed: Muy positiva porque cada vez tenemos un marco distinto, y lo sorprendente es que, al principio, iba con algo de miedo por si el público más electrónico lo iba a encajar bien y te llevas alegrías, que alguien de tecno te diga: “me lo pongo todas las mañanas”. ¡Qué bien!, además, te demuestra que tenemos prejuicios absurdos con lo que llega y con lo que no. Por ejemplo, flipé, cuando tocamos en India, el respeto que tienen por la música es brutal y con una avidez por escuchar, ya podemos aprender un poco, y lo abrazan sin prejuicios, para mí es increíble.

Una pieza.
Ed: Mi artista fetiche durante mucho tiempo ha sido Björk, y cuanto más mayor, más la admiro. Que alguien, que igual me saca 20 años, tenga un chip tan transgresor e innovador me fascina y, como pieza el Nocturno de Chopin, es algo que siempre me ha encantado. Sin pretender ser un alarde de demostración qué paz transmite. De electrónica nos faltaría entrevista para comentártelas.

Ariadna: Te podría decir como mi referente a Paco de Lucía, pero como soy mucho de lo que me pasa ahora mismo, estuve viendo a Bastille en el Mad Cool y me encantó, me gustó mucho ese sonido. Chet Baker, el trompetista de jazz y un disco el de Love Supreme de John Coltrane… Pero hay muchos, La vie en rose me gusta mucho, es infinito.

¿De [MJU:ZI<]?
Ed. Hasta ahora Circle, porque combina muy bien todo, por su intro lenta y ese desplazamiento del sentido del ritmo, es con la que más me identifico. Al principio yo era muy barroco en los arreglos y en las capas y en la producción y tocando, con los años empiezo a valorar mucho los silencios, un sonido de una nota que deje mucho espacio y que llegue, y te ponga los pelos de punta.

Ariadna: Ahora mismo Alpha Women, es mi primera canción, no había compuesto música con letra. El otro día, en la Riviera, una chica cantaba el estribillo y me emocioné porque no había escrito nunca un tema. También, por el mensaje.

Emotivo el mensaje que dejaban en las redes “Después de leer la entrevista, en mi mente solo estaba tu abuela, Carmen. Qué orgullosa estaría viendo a su nieta famosa y a su hija hinchada como pavo real." Carmen Abad. 
Ariadna: ja, ja, ¡qué bueno! Es una amiga de mi madre. No conocí a mi abuela, Carmen, pero por lo visto era muy avanzada a su época, muy adelantada.

¿Dónde se va a adelantar [MJU:ZI<] en directo?
Ed: A corto plazo tenemos Suiza, Ibiza, Santander, Pamplona, Galicia Sevilla, Munich, Londres.

Contentos, ¿no?
Ariadna: Es muy divertido. De pequeña era muy transcendental, mi padre es filósofo, y pienso en aquello de si te murieras mañana ¿qué harías? Yo haría lo que hago, es mi mayor ejemplo de ser feliz. Me lo he pasado muy bien, lo intento cada día y no quiero que me quede nada por hacer.

Por eso recogías la cita de Sancho Panza: “La mayor locura que puede hacer un hombre en esta vida es dejarse morir, sin más, sin que nadie le mate, ni otras manos le acaben que las de la melancolía.”
Ariadna: Sí, claro no me dejes nunca que me queje, que muera poco a poco, y hay tanta gente que vive así. No nos damos cuenta pero hay luchadores, gente motivada que vive la vida de verdad, pero también hay mucha gente… Que te cueste algo no significa que sea malo, es una energía que pones en algo. Nosotros somos conscientes que vivir de la música bien, llegar a que la gente te conozca es muy, muy, muy difícil, y si quieres algo muy difícil tienes que asumirlo y puede que no pase, pero, mientras, lo estás luchando, estás motivado.



¿Metas musicales?
Ed: Poder vivir bien haciendo musicalmente lo que me dé la gana, con lo que representa. Dedicarme a componer y que esa música se proyecte. Lo que me agota es todo lo extramusical que conlleva la música. Tocar es facilísimo, en un escenario estoy contento y componer lo necesito, pero todo lo de mánagers, agencias, rueda de prensa, promoción, discográfica eso me agota. Llegar a un punto que esto no importe, que me dedique hacer música y comunicarla, me haría tan feliz.

Ariadna: También a mí. Además, mi reto ahora es más público porque yo vengo de conciertos íntimos y cuando experimentas los grandes recintos, con tanto público moviéndose, me motiva mucho, hasta ahora no lo había hecho. Obviamente, haciendo la música que tú crees que es buena. El público me da mucha energía, ver que emocionas a tanta gente a mí me sobrecoge. 



                  



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