sábado, 6 de diciembre de 2014

El guitarrista Toni Cotolí y el ingeniero Luis Nuño fusionan 'Sueños'.




Texto: Noelia Baldrich / Fotos: Toni Cotolí







“Una guitarra en manos de un corazón sensible es capaz de hacerle el amor al alma”, es una cita hallada que armoniza con precisión la experiencia amorosa a la que nos invita las primorosas cuerdas de su guitarra. Por la boca redonda de Toni Cotolí, internacional guitarrista valenciano, se escapa el compás de un corazón emotivo, entregado, delicado, capaz de iluminarnos los recovecos del espíritu. Con una excelente técnica y una exquisita interpretación este virtuoso concertista nos presenta su cuarto disco de ensueño. Con 20 piezas cálidas y románticas que derraman una sonoridad original, sutil e ingrávida que dibuja estados de ánimo y metáforas paisajísticas. Pulsa con maestría y duende las cuerdas de nylon -las de acero están reservadas para su cuarteto- para revelarnos Reflexiones y Confidencias de Aquellos días Mirando al Mar en temas como Parte de mí o Pensando en ti. Con la asombrosa Renovación de su toque clásico nos sumerge en sonoridades más modernas de rhythm&blues como Town Desert y Marengo; con la virtuosidad y velocidad de sus dedos recorremos Yerbabuena, danzamos en Voces del Altiplano, vibramos al son de un Camino al Oriente, nos adentramos en un joropo, Llano adentro; y descansamos en Perlas del Caribe, un vals venezolano. Y para que En el olvido no caiga la canción valenciana para a Tío Toni un tema. Recapitulando: 60 minutos de tonificante y poderoso ejercicio sonoro para darle forma al Silencio aunque sea con una Serenata, pero, siempre, con ternura y ritmo para que la guitarra no se sienta Despechada. Punteada ya la magia interpretativa de Cotolí, que nos embriaga y extasía, rasguemos ahora en la alta ingeniería compositiva de esta obra rubricada por el valenciano Luis Nuño, Doctor en Telecomunicaciones. Su ingenioso magma de combinaciones rítmicas y melódicas responde al cálculo de su novedosa fórmula, unos ábacos musicales que evitan la tinta rancia de los pentagramas y que arroja acordes, escalas, tonalidades, con la precisión de una calculadora. ¿No fue Debussy, que dijo que "La música es la aritmética de los sonidos”? Pues este matemático de las ondas acústicas se ha propuesto demostrarnos todas las operaciones técnicas que ofrece la guitarra: rasgueado, golpes, tambor, pizzicato, ..., así como frases completas en armónicos octavados (el equivalente al falsete en la voz humana). El latido de este instrumento en el intelecto de Nuño y con el corazón de Cotolí esparce una fértil poética guitarrística de efectos especiales que nos toca, acaricia, nos besa,en definitiva, nos hace el amor al alma. Las Seis Cuerdas de Lorca frasean con este verso: “la guitarra hace llorar a los sueños” Cotolí y Nuño hacen llorar, mejor dicho, hacen sonreír a la guitarra para construir sus Sueños (2014, Musice)


"Sueños", 2º trabajo conjunto de Toni Cotolí y Luis Nuño. 20 piezas donde la guitarra clásica baila al compás de ritmos populares bossa nova, salsa, bolero...

“La guitarra es poca leña pero arde bien si se sabe prender sus cuerdas”. ¿Cómo consigues que la guitarra prenda tan bien en tus manos?
Toni Cotolí: Hay quien piensa que con una guitarra buena tocaría mejor, pero, es como si coges un Ferrari y si no sabes conducir, ya puede ser un bólido o un 600. ¿Cómo? Por un lado el trabajo técnico, de albañil, obrero, estar diariamente trabajando la técnica, y, por otra parte, aprender a percibir la percepción de los sonidos, entenderlo en tu mente y darle la vuelta. Mi último maestro, Ricardo Gallén, catedrático de guitarra en la escuela Franz Liszt de Alemania y todo un número uno, no me enseñó a tocar la guitarra, me enseñó a escuchar, sentir y entender la música. Al asimilar este proceso soy capaz de buscar mi propia digitación dándole el camino por donde tiene que sonar.

El conocido músico argentino Atahualpa Yupanqui decía: “Me escucho y no me importa/ que los demás entiendan;/ me basta con sentirme/ el alma en la madera.”
T: Exacto. Es obvio que con una guitarra más buena hay mayores posibilidades, pero, a fin de cuentas, con una guitarra aunque sea muy mala puedes hacer música porque la llevas dentro.

Proyectar tu interior en las calculadas estructuras del doctor Luis Nuño, ¿arduo trabajo?
T: Una de las cualidades que me han destacado mis maestros es mi capacidad interpretativa musical. Logicamente, tengo mi técnica pero lo que realmente me hace destacar a la hora de interpretar es mi sensibilidad. La he ido desarrollando a lo largo de los años. Cuando cogí la música de Luis era como una estructura más rígida y le di la vuelta a todo. Le cambié todas las digitaciones para que el ideal musical fuese el que creía que debía ser. Cuando Luis lo escuchó le gustó la mejora.

Unas piezas construidas mediante unos ábacos musicales que han funcionado como unas cartas astrales.
Luis Nuño: Sí, ja, ja, y además lo parecen. Primero quisiera desmitificar un poco el concepto musical. La música tiene una parte artística, pero, luego tiene una parte sistemática bastante importante donde están escalas, tonalidades, arpegios, acordes, intervalos… Esta parte sistemática es la que he implementado en estos ábacos. La parte creativa de momento no he sabido hacerlo, ya me gustaría. Tienen un aspecto de carta astral donde están representadas las notas, las tonalidades, los acordes. Tradicionalmente, el ciclo de quintas mostraba las tonalidades en una línea (una dimensión), y, yo en la Rueda Armónica lo he representado en una superficie circular, y se ven todas las relaciones de unas tonalidades con otras. No sólo el circulo de quintas, sino, también unas consonancias que son terceras menores, que he visto, luego, que coincidían con los ejes de Béla Bartók; y, la otra, que son las terceras mayores, que también coinciden con los Cambios de Coltrane. 


Ábaco musical
Matemática pura.
Es super matemático. En mis composiciones los utilizo un 5%. La mayoría son creativas. En alguna de ellas, utilizo el ábaco para hacer algo raro, para que vean que no sólo compongo lo natural sino que también puedo hacer algo diseñado de forma artificial.

'Renovación', suena a estructurado diseño.
L: Efectivamente. La primera parte no puedes saber en qué tono está porque no está en ningún tono. Recorro las doce tonalidades de una forma rapidísima y lo he hecho utilizando esta rueda.


Luis Nuño, ingeniero de Telecomunicaciones, ha diseñado tres ábacos musicales que condensan de manera estructural y útil la teoría musical. 


El resto suenan a la luz de más de una inspiradora ‘Puesta de Sol’ (2011), título de tu anterior disco.
L: Sí, muchas.

La musa acude en ‘Sueños’.
L: Sí, sí, la musa acude porque sino vamos mal.

Con tus conocimientos en ondas expansivas has conseguido que este nuevo instrumento musical llegue a un radio muy amplio.
L: Ja, ja, sí. En mi web www.ruedaarmonica.com recibo unas quinientas visitas al día. Las ruedas se comercializan como un libro con su ISBN. No es una venta masiva pero casi tengo más venta en EEUU que en Europa. Están castellano (Do, Re, Mi, Fa, Sol, La, Si) e inglés como Harmonic Wheel (A, B, C, D, E, F, G).

Son ‘Sueños’ donde “fusionart” lo clásico y lo popular, sin complejos.
Toni: Sí, sí. Empecé con la guitarra eléctrica, tocando en bandas de heavy, y, de ahí, a la guitarra clásica, me fui a Alemania y de repente era un guitarrista clásico. También tengo un dúo con un guitarrista flamenco, Javier Zamora, llamado Guitarras del Mediterráneo. O sea, la música me gusta toda mientras me llegue, esté bien hecha y le encuentre un sentido, me da igual el estilo. Para mí un disco de guitarra clásica como es éste, con músicas con ritmos populares -blues, tango, habaneras-, es algo que lo tengo interiorizado. Y es una música que llega a todos los públicos. Tiene su complejidad en cuanto a composición pero es sencillo de escuchar. Son melodías muy agradables, muy bonitas y con ritmos muy marcados. El problema de alguna música es que le quitan el ritmo, demasiado rubato, el tiempo se pierde. En la actualidad, se escucha música con mucho ritmo, con batería. Si a este disco le quistases los ritmos el público se aburriría, se ha de poder bailar. Si puedes bailar y cantar la música, te llega. Si tú tocas flamenco y no llevas el compás no vales, puedes tocar muy bien pero no llega. Hay que combinar la melodía, la armonía y el ritmo, es básico.

¿El ritmo de este albúm te ha apretado más las cuerdas?, ¿te ha puesto, Luis, el listón cualitativo más alto?
T: Se lo he puesto yo. Por ejemplo, en la pieza ‘Sueños’, se reproduce la sonoridad de una caja de música. Luis me pasó una propuesta y yo, con mi experiencia, introduzco detalles y matices. Por ejemplo, para reproducir el sonido de esa caja de música cada nota, en lugar de tocarla en la misma cuerda, voy cambiando de cuerda para que se produzca un legato, fusionando todos los sonidos y creando ese efecto. Eso Luis ni se lo imaginaba, no sabe el tiempo que me costó estudiar ese recurso. Pero el resultado es muy bueno. Cuando lo escuchó Ricardo Gallén, me dijo “¡qué gran trabajo has hecho ahí!”. Aporto toda mi experiencia y le pongo las pilas a Luis, por decirlo de alguna manera. En el blues, he tocado mucho con mi grupo de rock y hago muchos arrastres, algún “bending” (coges la cuerda y la estiras para cambiar la afinación), algún vibrato; detalles que he trabajado con la eléctrica y los aplico a la interpretación. Los dos nos hemos aportado.
L: Es lo mismo que coges una obra de Lope de Vega o de Calderón, está escrita, pero faltan los actores que le den vida. El texto por si solo esta medio muerto falta quien sea capaz de interpretarlo.
T: A diferencia de otros artes como la pintura, la escultura donde una obra siempre es la misma, no cambia, lo que varia es tu experiencia cada vez que la contemplas; en la música debido a mi interpretación nunca va a sonar igual. En cada concierto, según mi estado de ánimo, mi inspiración, lo voy a tocar más rápido, más lento. Voy a darle un matiz diferente. Es un arte que está muy vivo.


Toni Cotolí, ha editado otros tres discos: 'Toni Cotolí' (2003), 'Entre amigos' (2007), 'Puesta de Sol' (2010).

¿Hay algún tema que te haga sentir muy vivo?
T: El primero, el tango ‘Despechada’, lo grabé directamente e hice el vídeo porque me encantó. El ritmo que tiene, la melodía…, supe que abriría el disco y aún no había grabado nada. Entre esta pieza y el resto del disco pasaron dos años porque tengo otras obligaciones: mis actuaciones o mis alumnos de música. Es mi tema preferido. 

Aún sin letras, vamos a tratar de desvelar algunos secretos que esconden tus notas, Luis.
L: Algunas tienen letra.

¿?
L: Sí, el tango ‘Despechada’ lo compuse con letra, pero luego la omití, y por eso el título.

¿A quién va dirigido?
L: Pone que a nadie porque alguna se daría por aludida (risas).

¿Qué ‘Parte de ti’ entregas a Claudia?
L: Uf! Mucho, ella ha sido mi segunda esposa. La escribí con letra y se la dediqué a ella, es colombiana; ya no estamos juntos. Al grabarla para el disco la convertí en un bambuco, una música muy apreciada en Colombia.

‘Reflexiones’ ¿por dónde andaban tus cavilaciones?
L: Se llama así porque hice un análisis geométrico de los armónicos (risas). Fueron reflexiones de onda no de pensamiento.

¿Y qué ‘Confidencias’ haces a Victoriano?
L: Uy! Victoriano es mi padre. Falleció este año y le había dedicado esta pieza, pero no llegó a escucharla. Es una historia un poco triste. Es del tipo que a él le gustaban, tocaba el violín.

‘Aquellos días’ me suena a días de vino y rosas.
L: Sí, sí. Es una bossa nova que empecé a componer en EEUU, estaba en una estancia de investigación en Boulder, Colorado, donde conocí a unos músicos, uno brasileño que tocaba ese estilo y comencé a estudiarlo. Ahí compuse la primera parte. El resto lo compuse después en Valencia dando mucha complejidad a la armónica, síncopas, el ritmo, pero no se nota que fueron compuestas en un lugar y tiempo distintos.

Una salsa con guitarra, ¿algún tema especialmente complejo de tocar?
T: Precisamente ‘Aquellos días’, es un rompe manos, hay que estudiarla con mucho cuidado porque te puedes lesionar.

Para evitarlo el Curso de Guitarra y fisioperapia que impartís.
T: Sí, exacto. Los músicos somos como deportistas de élite, que están habituados a tener su fisio, sus sesiones de estiramientos, se cuidan. Hay muchos músicos que tienen dolencias, patologías y es como un tabú decir que te duele algo o que no te encuentras bien, es como si tocases mal. Lo que ocurre es que tenemos un exceso de tensión por estar muchas horas sentados, con posiciones un poco forzadas, con tensión, el estrés de los conciertos… En algún momento puedes sufrir alguna patología y hay que tratarlo y sobre todo saber prevenirlo y para eso hacemos este curso todos los veranos. Colabora Ricardo Gallén y los fisios Merche Cotolí y Joaquín Moya.

¿Con que ejercicio distensionas tu cuerpo?
T: Pilates, pero un buen pilates, donde trabajas la musculatura interna, la flexibilidad y el control de las diferentes partes del cuerpo.

Haces, también, otros ejercicios: testeas guitarras.
T: Sí, trabajo para una fábrica de guitarras en Valencia, son dos marcas Juan Hernández y Francisco Esteve, llevo desde el 2004, exportamos a todo el mundo y lo que hago es control de calidad de los instrumentos.

¿Qué características tiene que tener una guitarra para enamorarte?
T: ¡Qué pregunta! No llegamos a la siguiente entrevista, ja, ja. Diferentes características; por una parte, ha de ser fácil de tocar. Por otra parte, ha de proyectar el sonido, y muy importante que pueda expresar lo que llevas dentro, que tenga calidez en el sonido, una parte la llevas tú pero también el instrumento. No te sabría explicar, el aspecto físico es lo que menos me importa, me interesa comprobar cómo reacciona en mis manos, como me siento yo. Ha de tener alma el instrumento.


Cotolí, además pasa control de calidad de guitarras. En EEUU testeando una Dulcinea


Muéstrame la suya.
T: Es una guitarra de Manolo Adalid, una copia de un modelo de Antonio de Torres Jurado, padre de la guitarra clásica actual. Es una guitarra histórica, tiene un centímetro menos de tiro, un poco más pequeña de caja, muy cómoda de tocar y la sonoridad es muy cálida. Me permite tocar este tipo de música, me inspira.

¿Requiere de cuidados especiales?
Como una persona, ha de estar en un lugar donde tú te encontrarías a gusto.

¿Te encuentras a gusto un día sin guitarra?
T: Sí, puedo estar algún día sin guitarra, ja, ja.

La más fiel compañera, confidente de muchas penas.
T: Sí cuando toco la guitarra se me va un poco todo, me evado del mundo.

Vibras de otra manera con Cuerdas de acero.
T: Me encanta la música potente y hace unos años en un garito de rock en Valencia, el pub El Asesino, en la presentación de mi anterior disco ‘Puestas de sol’ invité a unos amigos músicos como Javier Zamora, a subir al escenario, a interpretar diferentes temas, y los que tocamos de rock con adaptación clásica a la gente les encantaron y a partir de ahí montamos el grupo Cuerdas de acero. Somos un cuarteto de violín, cello, percusión y guitarra, yo me encargo de hacer los arreglos y funciona. Hacemos clásicos de rock y heavy, a la gente le encanta y disfrutamos mucho.

¿Qué pieza no puede faltar en tu biografía?
Asturias de Isaac Albéniz y Recuerdos de la Alhambra de Francisco Tárrega, suelen ser dos obligados porque además de que me han marcado en mi formación, a mis padres y a mi abuela les encantaban y al público también.

El público chino tiene el paladar educado para apreciar el potencial de tus piezas?
T: Sí, sí. Es muy buen catador. Además de porque les gusta, creo que me ven exótico. Les llega mucho en Japón y en China, sobretodo ahí, es espectacular la acogida de ‘Sueños’.


Ha visto cumplido todos sus sueños. Ha tocado en Francia, Suiza, Alemania, Estados Unidos, Japón, Inglaterra, Italia, China y Emiratos Árabes.

¿Hay algún escenario que sueñes tocando?
Los sueños que tenía ya los he cumplido. Empecé a tocar la guitarra con 16 años, y a los 22 dejé la ingeniería industrial, me quedaba un año y medio para ingeniero superior, y decidí dedicarme a la música porque era en ese momento o nunca. Soñaba con ir a París a tocar, soñaba con tocar en China y los he cumplido todos. Ahora mi sueño es seguir, ir progresando poco a poco, sacar el siguiente disco que ya lo tengo grabado. Es un disco muy bonito, en una torre del siglo XV, cerca de Valencia con clásicos de la guitarra, algunas composiciones nuevas de un amigo compositor holandés. Queda poco. Así que mis ‘Sueños’ como se titula el disco es lo que estoy haciendo realmente.

Profesor de ‘Propagación y Radiación de Ondas Electromagnéticas’ ¿en qué onda están tus hijos, Luis, en la telecos o en las musicales?
L: Con mis dos hijas Sara, Beatriz, he intentado inculcarles la música, pero sólo lo he conseguido con mi hijo, Rodrigo, de ocho años, al que he puesto a dar clases de guitarra con Toni.

La lección, Toni, más importante de tu amigo y gran guitarrista Ricardo Gallén.
T: Amar si cabe más la música, a escucharla, a entenderla. Ha sido mi gran maestro. 


 Cotolí y Nuño,  presentando en Barcelona 'Sueños'. 


El videoclip de ‘Despechada’ lo grabáis en ‘Villa Andrea’, casa familiar donde pasaste tu infancia y adolescencia. ¿Quieres decir que la villa no está despechada por tus ausencias?
T: Andrea era mi abuela y le dedicamos la casa poniéndole su nombre. Mi abuela ha sido una persona muy importante para mí. Sí, claro, cuando eres adolescente te vas de tu casa para volar… pero no está despechada Villa Andrea. Es un recuerdo haberlo hecho allí por la memoria de mi abuela.




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