domingo, 25 de octubre de 2015

OBK, electrónica 'De corazón'.


Texto: Noelia Baldrich/ Fotos: OBK.




Mirando atrás, descubro que en su trayectoria musical solo hay una Contradicción. Dijeron por aquel entonces, el año 91, que no querían ser bandera de nada, por ese miedo de ser el primero en un género por el que nadie apostaba, pero, año tras año, fueron robándole al tiempo grandes momentos de escena musical y pasaron a convertirse en el centro de atención del universo pop-electrónico español. 1,5 millones de copias vendidas lo avalan. Emergieron con el acrónimo de un pueblo luxemburgués, que una icónica banda británica con nombre de revista de moda francesa, Depeche Mode, puso en el mapa. Aquel tema instrumental de inspiración se llamaba Oberkorn y corrían tiempos para enloquecer. LLámalo sueño (1991) o Momentos de fe (1993), pero el dúo de Sant Feliu de Llobregat, formado por Jordi Sánchez y Miguel Arjona, tiró una moneda al aire para trazar su futuro y en un acto de o Lo tomas o lo dejas, en las dos cara de la moneda no hubo cruz que impidiera su carrera. La razón de ser de la esencia obekera quedaba definida por una clara Triología (1995): Magia, pasión y Dónde el corazón nos lleve (1996). Con esta contraseña nos adentraron en el Antropop (2000) y el Extrapop (2001), universos sonoros que sonaban a ciencia ficción en un mundo de Babylon (2003). No es gratuito este silogismo, la formación ya rodaba sus videoclips bajo las órdenes del cineasta Bayona al que ellos llaman J. Hubo mucho Feeling (2005) y guionizaron unos cuantos temas. La clave de su singular partitura ha sido siempre el impacto visual que a modo de Ultimatum (2008), y tras más de dos décadas, 20BK (2011), sigue provocando una Revolución (2013) electrónica. Una inaudita y sorprendente corriente sonora trae ahora Jordi Sánchez, voz, compositor y productor. Siguen siendo las exitosas y ya clásicas Historias de amor, imposibles de borrar como La Princesa de mis sueños, Días de lluvia o De qué me sirve llorar si Amar siempre es sufrir y, no hay Canción para un cobarde que dé consuelo. Tal vez sea porque El cielo no entiende de qué lado late el corazón, aunque se lo cante en francés Coco&Co. En el fondo el individuo no es más que un Naúfrago en un mar de emociones donde Nunca jamás se rinde uno a la Resignación. Ese amargo sabor que siempre da para Otra canción de amor. Y aquí viene la inédita, la que nunca Jordi ha querido componer, Perdimos la batalla, y en la que oímos bien su voz clara, limpia, nítida, desnuda. OBK sintetiza más, en esta producción, en Umberto Tozzi que en David Gahan. La amalgama electrónica se atomiza en un llamado electo pop. Se condensa el tecno en una luminosa música clásica contemporánea que se distorsiona en un pop balada. Junto a sus músicos, Sergi Pérez Berk y Fede Rímini, enredan sintetizadores y samplers, en un bucle orquestral que los beats de un medio tiempo modulan. Impulsos eléctricos con interludios de banda sonora que Benet Roman plasma en un surrealista videoclip al estilo de Magritte. Ernest Rubio impacta con el logo personificado de la portada y el objetivo de Mariano Herrera captura la esencia obekera. Dejénse llevar por esta obra de sonoridad original que potencia la emotividad, y pone de manifiesto la honestidad de un músico que no entiende de Falsa Moral. Así está hecho el nuevo trabajo de OBK, De Corazón (2015, Warner).
    




De corazón, con una portada muy icónica, presenta 14 de los mejores
temas de amor de OBK, más uno inédito, en un nuevo traje sonoro.



OBK, late ahora muy melódico ¿De corazón responde a una corazonada?
Me apetecía, siempre he sido muy sincero con mis gustos. Me apasiona la electrónica pero esto no deja de ser algo que siempre me ha gustado, las canciones desnudas. La idea principal era un disco a piano y voz, o guitarra y voz,  pero tal vez era demasiado poco. Nos metimos en la producción con la intención de que todo fuera muy pausado. El objetivo ha sido revalorizar esas composiciones y al mismo tiempo volver a crearlas, cuando tienen muchos años de vida, para estar en la onda sonora del 2015. 



¿En busca de un impacto sonoro o una conquista comercial?
Siempre he tenido la libertad creativa y la suerte de hacer lo que me apetece. Después de lanzar Revolución hace dos años, con temas inéditos, me rondaba por la cabeza desde hacía tiempo, editar una producción con las mejores canciones de amor de OBK. Fui alimentando el proyecto y ha terminado materializándose en este nuevo álbum.


De corazón suena, aún siendo conocidos hits, más revolución sonora que el propio Revolución, que seguía la nota eclectrónica.
De corazón, es un trabajo donde la electrónica no es, por primera vez, la protagonista. No es un “hitazo” super bailable.

En todo caso un éxito melódico romántico.
Exactamente, aquí estoy apostando por todas esas composiciones, algunas muy populares y otras, más conocidas por el fan seguidor, como Canción para un cobarde u Otra canción de amor, para que el público que no ha entrado nunca en el mundo de OBK, a lo mejor, sea con este disco con el que entre en el universo OBK. Demostrar a la gente la emotividad que hay detrás de cada tema no solamente en las baladas. Tú sigue así, es un corte rápido y contiene mucha sentimiento. Para componer, la música me tiene que emocionar siempre, las notas me tienen que decir algo especial.

Jordi Sánchez, voz, compositor y productor de OBK 
¿Con qué instrumentos has buscado esa emotividad?
Con mis músicos hemos tratado de encontrar caminos diferentes. Trabajar con teclados Norlite y otros sonidos muy orgánicos para encontrar otra sónica, que no sea todo electrónica.

Hay temas que suenan a acústico o a demo.
Quiero hacer notar la tecla compositiva y emocional de OBK, la esencia. Un millón y medio de copias vendidas demuestra que hemos hecho un buen trabajo a nivel compositivo y emocional, y que tal vez a OBK no se le ha valorado suficiente. Había que desnudar los temas, quitarles el traje de la electrónica para resaltar esos dos aspectos y demostrar que todo no es electrónica en OBK.

Buena materia prima que se sostiene en cualquier género. ¿Estamos ante una nueva realidad sonora de OBK?
No, para nada, seguiremos en lo natural. Esto ha sido como un homenaje a esos grandes temas.

¿Te ha sorprendido la dimensión sonora de cortes como El amor no entiende junto al cantante Coco&Co o Días de lluvia producida con Apollo Vice?
Con Coco&Co se me ocurrió el rap en francés, y estoy encantado, es una manera de que el público conozca mi creatividad. Los proyectos de este estilo me seducen porque al inicio los concibes de una manera y cuando estás trabajándolo surgen propuestas muy atractivas. Tenía la base de El cielo no entiende y de repente encontré esa base un poco hip hop pero manteniendo en todo momento la emoción, que la producción no despiste la emoción. Y se me encendió la bombilla, e hice un rap en francés a mi manera.

¿A tu manera?
Soy un buscavidas, no soy músico, soy autodidacta, siempre lo he dicho y estoy muy orgulloso de mí mismo, tengo tanta pasión que sé cómo conseguir o acercarme a eso y llevarlo a mí mundo. Por eso OBK es tan personal, no suena a Depeche Mode o Umberto Tozzi, no, OBK es OBK, es mi manera de concebir la música. La idea con Coco&Co que creo que va a gustar, de hecho, a mí me gusta, y ya no hay más que hablar porque yo soy el primer fan del grupo y, además,  sé que notas como esta me dan personalidad. La producción de Apollo Vice es totalmente suya, me enseñó la propuesta y me pareció maravillosa y por eso ha entrado.

La más bella historia de Falsa Moral sigue latiendo muy bella.
Es complidada Falsa Moral. Las más difíciles de este disco son las más conocidas. Es mucho más fácil y más divertido jugar con El cielo no entiende, porque el cambio es radical. Pero Falsa Moral, La princesa de mis sueños de alguna manera ya son baladas. A Falsa moral le tengo un cariño, es una historia tan bonita y me enorgullece que tanta gente la reconozca como una gran canción.

Viendo el videoclip de Otra canción de amor, se llega a la conclusión que el responsable de la creatividad visual también es OBK, siempre sorprenden los ruede Bayona o Benet Roman.
Sí, en este en especial, más, porque tenía muy claro lo que quería, y con Benet Roman ha sido posible tener el vídeo con el que me siento a gusto. Soy virgo y tenemos fama de ser muy perfeccionistas. Tengo sentido del humor pero en mi trabajo soy muy obsesivo y detallista. Igual que le doy importancia a un bombo o a un bajo le doy igual a la portada, al vídeo, a la fotografía, todo me atrae. La parte creativa, todo el concepto del disco habla de mí, de mi manera de ser. Y, delego mucho, aunque al final opino y decido.

¿Un artista de otra disciplina que te inspire?.
Soy muy fan de Antonio López, pintor hiperrealista, y también Barceló. Me atraen, me gustan muchísimo porque los entiendo.

Para interpretar la realidad musical de OBK hay que aproximarse en su totalidad, escuchándola y viéndola.
Eso es, me gusta el concepto muy limpio y a mi manera. Una influencia muy anglosajona, realmente todo lo que he bebido en cuanto a creaciones es anglosajón, siempre me han encantado el trato que le han dado a las portadas, el tacto del papel…hay una gran diferencia a los grupos españoles. Es como decirte “yo soy de Apple, no soy de Windows”. Es el detalle de Apple lo que atrae a muchísima gente. Me gusta ese detalle, el cuidado, desempaquetar la caja ya es una maravilla. Dentro de mis posibilidades intento tratar la obra a ese nivel.


Un disco muy orgánico, directo y cuidado para resaltar la emotividad
 de los grandes temas de amor de OBK.
24 años de carrera, saltaste a la escena con 23, 1,5 millones de copias vendidas, más de 200 canciones, muchas historias de amor, vaivenes de la industria, un divorcio musical ¿Tus ojos miran con la misma ilusión?
Me están diciendo que sí. Estoy con muchas ganas de hacer cosas pero los tiempos están muy apagados. Soy una persona que no busca la fama con escándalos, ni provocaciones, siempre he renegado de eso, por eso, no doy titulares. A mí, me interesa que OBK emocione, eso me hace sentir orgulloso. Me han enseñado que hay que trabajar duro para tener buenos resultados y una buena recompensa, y la vida me ha demostrado que es cierto. No he estudiado música pero ha sido tanto la pasión y el esfuerzo que estoy hablando contigo después de 24 años, que es impensable, hablamos de música electrónica. Pero, también es cierto que hay realidades que te desarman como, por ejemplo, que en el Sónar nunca van a contar con OBK. No tiene sentido, si el público empatiza más conmigo que con toda esa crítica especializada y esos artistas que viajan en jet privado.

Jordi Sánchez de OBK no es cool.
Sabes la canción, ¿no? Si eres normal, no se te escucha. Tienes que ser un broncas, un canalla para que hacerte oír.

Utilizar el altavoz de la provocación.
Exactamente hacer tonterías en youtube para tener más visitas, y entonces, se empieza a hablar más de uno, ¿estamos locos o qué?

Se trata de dar sonoridad a una escandalosa producción mediocre, o lo que es peor, a veces oscurece una creación luminosa, si la hay.
Claro. Yo quiero sentirme orgulloso de mi música no de salir en un reality. Sé que pierdo muchas oportunidades, pero no va conmigo. 

¿Si te llamo artista alboroto tu ego?
Es que no me considero artista, me considero artesano. Porque con mis manos, mi cabeza y mi corazón hago cosas que a la gente le emocionan y en ese sentido me siento cómodo. Un trabajador, con un trabajo privilegiadísimo, afortunadísimo que hace años que vive de la música. Mi sueño se hizo realidad, pero hay que entender que ahora es mi trabajo y quiero seguir trabajando en esto, aunque la realidad actual es muy ingrata. Si no sales en radios o en la tele todo se queda entre tú y yo. Notas que la gente conecta contigo pero si no puedes llegar a ellos las canciones no cumplen su fin. Tengo 47 años pero te está hablando aquel niño que con 15 no le dejaban que su maqueta fuera un disco. Al final, tuve suerte y esa maqueta se convirtió en álbum. Un primer trabajo Llámalo fe que estaba destinado al fracaso: Blanco y Negro no confiaba, ni tenía dinero para la promoción. Pero sea Dios o lo que sea, dijo: “estos chavales se lo merecen, tienen algo”. Tenía magia e ilusión, la misma que pongo en este disco. Los mismos nervios que pasé allí los he pasado ahora. Tengo experiencia, por supuesto, he pasado muy buenas vivencias, por supuesto, pero no me conformo con eso. Tengo hambre, hambre de hacer más cosas, conciertos en muchos sitios, de colaborar con gente…



OBK actuará el 28 de noviembre,
en la Sala Salamandra, L'Hospitalet,
en el Ultranight Pop Festival


Presentación en acústico de De corazón, el pasado sábado en FNAC (Arenas), Barcelona.


Vamos, como diría Depeche Mode, a “strip”, la cara oculta del show bussines ¿qué es lo que llevas con peor Resignación?
La indiferencia. Que haya interés sea porque he vendido, o porque no. Revolución era un gran disco, después de la separación con Miguel, el videoclip tenía su impacto, porque era pionero con el momento de revolución social y política que estábamos viviendo con Podemos, pero por ser OBK no hubo repercusión, lo hacen otros artistas y sí. Hemos grabado 12 o 14 vídeos con “J”, una barbaridad, cualquier artista que hubiera hecho 12 vídeos con Juan Antonio Bayona vive el resto de su vida y hace entrevistas todos los días hablando de esto. Es un poco esa buena mala suerte. La buena porque conseguí mi sueño pero la mala suerte cierta indiferencia.

Sin embargo, tu trayectoria no inspira Canción para un cobarde.
No, porque soy un currante, muy normal y políticamente muy correcto.

Políticamente incorrecto es el concurso de Gente Joven impulsado por Carlos Bayona, gemelo del cineasta, donde se debuta sin instrumentos y se lanzan cubatas. Has participado como jurado junto a Lucía Etxebarria y Samanta Villar.
Mi amigo Carlos Bayona me invita, me lo paso bien, conozco gente, es muy divertido. Pero es más para el divertimento. No hay una finalidad.

¿Qué canción te hubiera gustado firmar?
Somebody, Depeche Mode. Te amo, de Umberto Tozzi.

Aprensivo a los pinchazos, pero si te decidieras por un tatuaje ¿qué sería?
¿¡Cómo sabes tú eso!? 23, que es la fecha de hoy, además. Con 23 años triunfamos, el 23 de octubre del 88 fue la primera vez que vi a Depeche Mode en Barcelona, 23 octubre fue la primera vez que vi el vinilo de LLámalo sueño en el almacén de Blanco y Negro, el 23 de julio nació Martin Gore.

Y el nombre de La princesa de tus sueños.
No, fue mi primer gran amor, pero no. Si tuviera que tatuarme, el 23.

Tiempo de revolución electoral ¿te produce ni frío, ni calor?
Me cansa un poco, porque no me lo creo ya, y soy una persona que me gusta mucho la historia y lo que veo es que todo es cíclico, al final todo es lo mismo, es super aburrido.

Eres malageño y catalán de adopción, ¿Y tú qué piensas del indenpendentismo?
No lo acabo de entender, soy anti banderas, ni la española ni la catalana, odio eso, creo que ya estamos marcando algo con lo que no me siento cómodo. Siempre he pensado que si me tengo que ir a vivir a Londres pues me iré, o a Tailandia, o a Nueva York, me encanta viajar y creo en la gente. Esta situación lo único que me produce es la palabra miedo. No lo entiendo.

Hablando de buenas personas y separaciones, hace ya 4 años de la salida de Miguel Arjona de OBK, ¿ha escuchado el nuevo trabajo?
Una buena persona pero no tenemos mucha relación.

¿Ya no quedaban sueños juntos por cumplir?
Sí, y no hay que darles más vueltas. Forma parte de mi vida, siempre será el mejor amigo que he tenido. Lo conocía antes de formar OBK, con 12 años, lo mejor de nuestra vida lo hemos compartido juntos, eso siempre nos va a ganar, pero entiendo que con el tiempo las personas nos podemos distanciar, no pasa nada, somos personas.

Con 24 años de carrera, OBK es reconocido como el máximo
exponente de la música pop-electrónica en nuestro país. 
Vamos a algo menos terrenal, la fe, con vuestro I feel Jesus, ¿tienes “your personal Jesus"?
Creo, aunque a veces me decepcionan, en la buena gente. Y las decepciones, con los años, son lecciones de vida que te ayudan a reflexionar sobre lo que pasa y, sobre todo, por qué pasan las cosas.

¿Cuál es la mayor lección que has extraído de tu trayectoria y que le transmitirías a uno de tus hijos si se dedicara a la música?
Pasión, si tienes ese sexto sentido que yo he tenido, síguelo. Mi madre siempre me decía “deja el teclado y ponte a estudiar”, si le hubiera hecho caso no estaríamos hablando. No es decir "me gusta", sino tiene que apasionarte. Sea lo que sea. No he hecho nada en la vida que me haya dado resultado si no ha sido con pasión.

¿Alguno de tus hijos siente esa pasión?
Uno está muy bien encaminado, sí, sí. Y tiene talento no lo digo porque sea su padre.

Perdimos la batalla, tema inédito, ¿has sabido retener a tu lado al ser que más has amado?
Sí, pero la en las relaciones de pareja se pierden y se ganan batallas. Es una lucha constante. Todas las relaciones te van a poner a prueba tarde o temprano, es ley de vida, o tiras la toalla o luchas por las emociones y yo estoy en este bando.

Entonces, ¿seguirá OBK escribiendo otras canciones de amor?
Sí, pero hacer un disco de OBK no es tan fácil, cuando te dedicas a la música electrónica, ¡cuidado!, los arreglos, los sonidos, la producción cuesta, tienes que estar alerta de que tu mundo sonoro de alguna manera está actualizado y conserve tu personalidad. Es un compuesto complejo formado por letras y sonidos.

El tiempo, el mejor juez, ¿tiene una sentencia justa OBK?
La vida me ha tratado muy bien, hay que ser justo, soy un privilegiado, he hecho música electrónica que ha gustado a muchísima gente, y me gustaría hacer mucho más.

¿Qué es lo que persigues de aquí en adelante?
Quiero más, porque mis canciones llegan a la gente, de lo contrario hubiera durado sólo dos años. El público se siente identificado con OBK. Si me dieran la oportunidad desarrollaría toda esa creatividad que tengo, pero me he sentido muy Juan Palomo.

Un Juan Palomo ahora con barba, ¿este nuevo look lleva mensaje dentro del concepto global de OBK?
Es un nuevo look que me acompaña en una nueva etapa y con el que me siento cómodo, ya está. A ver si ahora me van a meter en el rollo de los hipsters (risas).

¿Has brindado De corazón con campagne francés por este disco?
No, ha salido hoy y aún no he llegado a casa.


Jordi Sánchez ilusionado, promocionando De Corazón el 23 octubre, día en que salió a la venta .


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Twitter: OBK oficial

viernes, 16 de octubre de 2015

Pablo Moro y el enigma de un músico listo


Texto: Noelia Baldrich / Fotos Pablo Moro






Con él comenzamos la entrevista bailando como artistas. Interpretando su vivificante tema She’s The One y por un momento nuestro imaginario vuela a ese bello Hotel Balneario Palacio de las Salinas, donde el videoclip se ha grabado. Hermosa melodía haciendo estragos que te pone a temblar y te corta la respiración. ¡Ay, amigo! Así la cosa cambia, cuanta luz irradia la quinta referencia de este cantautor ovetense. Llamadme optimista pero esta nueva entrega apunta al Fin de ciclo de un músico que aún teniendo La vida Solucionada (2013) con su anterior disco, siempre los acordes de la nostalgia le acompañaban. Vuelve a la escena siendo el mismo, pero ha cambiado los agoreros principios: El día más triste del año es un corte que desprende positivismo. Adiós al denso barroquismo formal, estético y conceptual, ya no hay tregua para tanta lluvia y tristeza aunque uno sea asturiano. ¿Nos vamos a pasar El resto de la vida mordiendo el polvo del camino? ¡Que no hay nada más triste que dejar el mundo como lo encontramos! Así que, impregnado por una nueva racha de euforia, este compositor aprieta su pluma y con ella perfila Tu trocito de gloria. Para hallar su edén musical, ha recorrido El camino de la costa, hasta llegar a Cantabria donde ha encontrado la senda adecuada para renovar mitos. Ha sido en los estudios Guitar Town Recordings, del productor Hendrik Röver, líder de Los Deltonos, donde a 12 temas han puesto tono. El buen momento de Salud (2015) que toca Röver, con su vibrante steel guitar, junto al calor de una Luz de gas inspiradora – un Jack Daniels viejo pero cañón- han dado rienda suelta a un rock clásico, con aromas americanos y directos de garaje. Como dioses inventando la vida, Los chicos listos se han regido por una única premisa: que la obra suene sencilla y que solo la perseverancia mantenga la estructura. Se liman letras, melodías y armonías dejando alguna arista a modo de enigma. Porque si algo destaca sobremanera en el estilo del cantante de Oviedo es ese juego por dejar en la Punta de la lengua el significado explícito de sus temas; le divierte sumergirnos en el jeroglífico lírico en el que versa su cínico simbolismo. Llueven extraños relatos como El habitante, un personaje que con los dedos amarillos de liar cigarrillos prepara el equipaje para ir a ninguna, ni siquiera a un Smoking Point (2007) donde saborear esos Pequeños placeres domésticos (2009); o la pieza, Llueve por nosotros dedicado a esos jóvenes y orgullosos que se resguardan bajo el paraguas de la nostalgia. Cierra el círculo de este trabajo redondo unos redobles de tambores que anuncian la Canción borracha de la despedida. Tras una detenida escucha, descubro que cuando todos nos hemos vuelto algo locos, Pablo se nos ha vuelto cuerdo. Ahora vive en La casa de la esperanza regida por tres soles, sus mujeres que le cuidan y corrigen su error; la nana Ana y el mundo al revés sana su corazón. Siempre hemos sabido que este bonachón del norte, reflejado en el espejo artístico de Toño Velasco como El Principito de Saint-Exupéry asturiano, tenía y mantiene firme una misión: “Mientras queden fuerzas y esté vivo intentaré cumplir lo prometido”, es decir, “hacer ruido porque no hay nada más triste que el silencio anónimo del olvido”. Encontró fuerzas y casi a grito hizo una llamada para rastrear financiación, la respuesta fue un éxitoso crowdfounding que le ha permitido sacar el disco hasta en vinilo. ¡Quién se lo iba a decir! Si hace 10 años empezó en formato Emepetreses (2005). Se lo decían las líneas de la mano que dibujan el horizonte del destino pero él solo da crédito a un valor seguro: “Un hombre solo es el valor de las promesas que cumplió”. Visto de este modo, con esta quinta promesa publicada su cotización está en alza. ¿El secreto? Una respuesta clara: Si quieres cumplir objetivos, sé inteligente con Una forma rara de ser tonto, (2015 Boomerang Discos) la de Pablo Moro y Los chicos listos.


El quinto disco de Pablo Moro y Los Chicos Listos, es un trabajo muy cuidado hasta en el diseño


¿El día más feliz del último año?
Podría tirar de tópicos y aunque el año ya se cumplió que fue cuando nació Ana, pero si nos referimos al año en curso y centrándonos en lo musical supongo que cuando recibí el disco físico. No sé si el más feliz pero sí el más especial.

¿Qué ha operado en la vida de Pablo Moro para encontrarme con un músico mucho más optimista?
Pues supongo que la cosa va por rachas. Se trata de estar dos días en la cima, dos en el agujero, y saber manejar esa balanza. En resumen, la vida de todos es un poco así. Regodeándote en el barro no vas a ir a ningún sitio, como dice una de las canciones, El habitante, al final nada es tan importante como para preocuparse tanto. Tomarse la vida con algo de filosofía y sentido del humor.

¿Quién te inspiró El habitante?
Es la canción más vieja del disco, tiene muchos años, ha sobrevivido a muchos discos y no sé porque no la grababa. Los amigos, me animaban a hacerlo, pero nada. Era una canción muy introspectiva inspirada en un personaje de Oviedo, un vagabundo, muy conocido sobre el que circulan muchas historias y leyendas pero no se sabe a ciencia cierta ni de dónde viene ni a dónde va. Nos decidimos a grabarla y Röver sugirió meterle ese riff de guitarra y me encantó. Al verla renovada me vine arriba. Además nos vino muy bien porque las canciones estaban siendo muy tranquilas y con este tema imprimía más energía al disco.

Como eres de Pequeños placeres domésticos -te gusta la cocina- se me antojó un símil: el disco podría ser una fabada asturiana con un compango americano y mucho cariñín.
Sí, sí, así es. Es un buen símil porque la fabada es un plato muy sencillo de hacer pero hay que darle cariño, hay que vigilarlo, poco a poco, a fuego lento, despacito, mirando el agua. Con cariño de abuela. Sí, el disco entero es un poco así. Busca la sencillez del producto, es decir, que sean las canciones las que hablen por sí mismas sin demasiados arreglos ni demasiados artificios pero sí tratándolas con cierto mimo y con detalles muy sutiles y muy pequeñitos, inapreciables al principio, pero que están ahí y son los que hacen que al final salga rico.

¿Y cómo se han cocinado esos tonos americanos de Röver Hendrik de los Deltonos?
Nosotros ya viajamos por esos caminos del rock americano, la música anglosajona, eran nuestras referencias, por eso lo llamamos, coincidíamos mucho en influencias y en la forma de entender todo el proceso de la grabación: ir al estudio, buscar el mejor sonido, tocar las canciones y sacar una fotografía de lo que está sucediendo. Compartimos esa idea, sin artificios absurdos, ni parafernalia, nada.


La banda al completo: Álvaro Bárcena (guitarras), Antón F.Caballos (bajo), Richard García (teclados) y Alejandro Blanco (batería) en los estudios del productor Röver Hendrik grabando el disco.







Pero habéis incorporados nuevos instrumentos.
Sí, eso, sí. Hemos metidos los instrumentos muy clásicos del rock americano y del folk-rock como el pedal steel, mandolina, dobro… No los habíamos incorporado y tampoco sé muy bien porque, Álvaro también toca el pedal steel. Tal vez Hendrik tiró mucho por ahí porque está muy familiarizado y a las canciones les pegaba ese aire.

Una experiencia muy en directo: por la grabación y por hacerlo en Cantabria.
Sí, solo por el hecho de salir aunque fuera cerquita, a Cantabria, con toda la banda junta, grabar, convivir unos días, se nota. Hacíamos algo distinto que nos daba un plus de ilusión. Esa energía, esa actitud de estar sonriendo mientras tocas se percibe, se nota la sonrisa en las canciones.

¿Cómo encontraste energía para hallar crowdfunding?
Fue por dos razones. La primera, y es, sinceridad absoluta, que no creo que hubiéramos tenido la oportunidad de hacer el disco como lo hemos hecho. Cumplíamos los diez años, y el trabajo de todos los que hemos estado implicados merecía un respeto, no hacer ahora las cosas de cualquier manera. También la gente que nos sigue lo merecía, ofrecerles algo bien hecho, de calidad, que el disco pudieran tenerlo con un buen diseño. La opción que teníamos era intentar conseguir una cantidad de dinero que en otras circunstancias, y sin utilizar la ayuda de los mecenas, no hubiéramos podido. Por otra parte, también era como, después de una década, lanzar una llamada, una sonda al espacio y decir: "¿Hay alguien allí fuera que quiere escuchar canciones de Pablo Moro y Los chicos listos?" La verdad es que la respuesta fue muy buena y también nos sirvió como un empujón, un encendernos la llama otra vez y decir: “oye sí, somos unos cuantos que queremos que hagáis el disco”.

Tu perfil me inspiró la premisa del filósofo italiano Antonio Gramsci: “Practiquemos el pesimismo del intelecto pero el optimismo de la voluntad”.
Sí, está muy bien, sí, señor, efectivamente.

También eres mucho de promesas, recurres mucho en tus letras: “Un hombre solo es el valor de las promesas que cumplió”.
Me gusta mucho esa frase, la verdad.

¿Has cumplido muchas?
Trato de cumplir las que hago, seguramente habré incumplido, pero mi intención es cumplirlas. Al final se trata de ser persona, de darle importancia a las cosas que realmente importan. Separar el grano de la paja y tratar de cumplir lo prometido hasta las últimas consecuencias.


El cantautor firmando una copia en vinilo.
¿Te has prometido algo a ti mismo?
No, no, hablo mucho conmigo mismo.

¿Y eso?
No, no lo sé, no me gusta hablar conmigo mismo demasiado (risas).

¿Tampoco te gusta mirarte en el espejo? ¿Por qué, qué te dice?
No, no. Como dice la canción “Te estás haciendo viejo” -Y yo le digo- ¿Y tú de qué lado estás cabrón?" La gracia es eso, que está del otro lado (risas). No, no me he prometido demasiadas cosas a mí mismo porque me sería más fácil incumplirlas.

Con 35 años ¿y preocupado por el paso del tiempo?
Pero yo llevo preocupado por el paso del tiempo desde que tenía 14. No sé, es una especie de obsesión que tengo de que la vida te pase por delante y no hayas hecho…

Elucubrando sobre el porvenir, se te esfuma el presente.
Lo sé, lo sé. Es uno de los grandes temas del arte. Esa inquietud de que la vida es finita, pasa el tiempo, hay muchas cosas por hacer y no sabemos si podremos hacerlas. Es una preocupación a la que intento dar respuesta: “no te preocupes tanto por eso, vive el momento, aprovéchalo.

Buen provecho le sacas al amor en este trabajo. En el anterior había una referencia casi solapada “construiremos juntos un mundo perfecto” y ahora te desbocas “voy a comerte el alma”, “tú y yo cuando estamos juntos somos un cañón”.
Desde luego, pero ya era hora. Y, también es visto de otra manera, no es el tipo de amor romántico aunque haya alguna frase grandilocuente. Porque en el fondo, el tema sobre el que versa el disco “la perseverancia”, “salir adelante”, se sustenta en un bastón que cuando llevas muchos años con alguien te das cuenta y es el de la pareja. Es en quien te apoyas para salir adelante. Cuando uno pasa una mala racha en el principal sitio donde se agarra es el amor, pero no en el amor idílico de "quiero vivir una aventura todos los días". Todo lo contrario, yo soy un defensor del amor rutinario, de ese que parece que es aburrido, de matrimonios de muchos años viendo la tele. Evidentemente, el amor hay que regarlo a diario pero no se trata de “vámonos al fin del mundo” eso es para los adolescentes. Al final, es ese amor de todos los días el que nos aguanta, nos aconseja, nos dice las verdades a la cara, ese es el que defiendo y en el que nos apoyamos como bastón.

El bastón está en La casa de la esperanza.
Sí, es una canción que me dio impulso para seguir escribiendo. Y hablo de eso, del recorrido de alguien que se hunde y que sale al mundo y trata de encontrar algo que no sabe que es, dice el estribillo: “Cuando me vuelva a marchar/ huyendo de mis demonios,/ en mis delirios de insomnio/ veré la casa de la esperanza”. La esperanza, después de todo, está más cerca de lo que creemos.

Verte en tu casa de la esperanza rodeado de tus tres mujeres, Eva, Julia y Ana debe ser un espectáculo, las tres con canción.
Ja, ja. A la pequeña le canto su nana Ana y el mundo al revés pero con trece meses no se reconoce, pero da palmas. Entonces, salta Julia pidiendo que le ponga la suya. A ella le gusta mucho la música, es muy teatrera, le encanta vestirse, se sube a la mesa y al escenario y empieza “Pablo Moro, soy Pablo Moro”.

Y es de suponer que She’s The One, Eva ¿está contenta?
Sí, sí, claro (risas) Espero que esté contenta. Me dice “después de tantos años por fin el amor” y le digo "pues claro que sí".

¿Dónde encuentras tus canciones?
En cualquier parte. La música es finita son siete notas pero nunca se acabará la manera de hacer canciones porque de lo que se trata realmente no es de la cosa en sí, sino de cómo la mires. Todo depende del cristal por el que se mire. No se trata de hablar de amor, sino de cómo hablas de amor. No se trata de hablar del paso del tiempo sino de cómo lo haces. Esa es la grandeza, que todos somos distintos y a la vez muy parecidos. Trato de buscar lo que a todos nos une y a la vez nos diferencia.

¿Qué poemario hay en tu mesita?
Últimamente leo poco, la verdad. Tengo un libro El mayor poeta del mundo de Julio Rodríguez, un escritor asturiano, es lo que ahora tengo sobre la mesita de noche pero he de reconocer que tengo poco tiempo para leer.

Me pusiste en la senda de un poeta paisano tuyo Ángel González. No te voy a preguntar cómo hacéis el amor los artistas, es otro enigma de tu canción, pero González dice en su poema A veces: “Escribir un poema se parece a un orgasmo…” ¿Escribir una buena canción produce sensaciones similares?
Hombre, yo prefiero el orgasmo (risas) Pero es verdad que hay una especie de búsqueda del placer intencionada cuando uno se pone a escribir una canción y que cuando la encuentra la satisfacción es muy grande.


Pablo Moro presentando el disco este pasado viernes en Barcelona.


Satisfecho con todo el trajín de la promoción y los directos, Madrid, San Sebastián, Barcelona...próximos Ruente, Bilbao, Zamora...
Sí, sí, tenía ganas de volver a tocar y salir a la carretera, enseñar las canciones nuevas, bien, bien, con muchas ganas.

¿A Los chicos listos cuando los enseñarás?
El 16 de diciembre en Madrid y el 26 en Avilés (Asturias) y en alguna ocasión más.

Bautizaste el álbum en La Catedral de Oviedo, en las fiestas de San Mateo.
Sí, fue una buena manera de empezar, un concierto muy guapo, se llenó la plaza. Todo el mundo me decía cuando acabó que les había encantado y “se te veía muy feliz”. Lo pasé muy bien y fue una puesta de largo para el disco muy buena.

¿Cómo anda la polémica surgida en Oviedo con la música en directo?
Como diría el otro “estamos trabajando en ello”. En Asturias resulta que estamos regidos por una ley absurda que permite a los bares, que son la base de la cultura musical de un territorio, poner música grabada hasta 90 decibelios pero si la música es en directo aunque no llegue a ese volumen no se puede, simplemente porque los bares no está dentro del catálogo de los recintos donde se puede ofrecer conciertos en vivo. Lo que tratamos de decir a los responsables que las leyes absurdas hay que cambiarlas.

Lo que no es absurdo es Una forma rara de ser tonto.
No, está muy bien. Hay que perseverar. Esa forma rara es eso, cuando uno está empeñado en conseguir un objetivo de la manera que uno cree, de manera honesta y sencilla, trabajando por ello y haciéndolo lo mejor que puede y a veces no lo consigues siempre hay alguien que bien intencionadamente te aconseja “¿Por qué no cambias y lo intentas de otra manera, haz otra cosa, no seas tonto?”. Pues... no, vamos a seguir así porque creemos que así se deben hacer las cosas y por lo menos seremos tontos pero una forma un poco rara. Y enlazándolo como la otra parte que era lo del amor, fíjate tú si habrá forma más rara de ser tonto, no creo que la haya, que enamorarse y hacer cosas por amor.

¿Es amorosa la Isla de Colunga?
Es entrañable una maravilla. Es un refugio de paz y belleza.

Tambien es una maravilla el Palacio del videoclip.
Sí. También trato en el disco, no sé si lo consigo, que haya cierto sentido del humor y en el vídeo tratamos un poco eso, plantarme a mí como si fuera un ricachón y tal. El sitio es estupendo el Hotel Balnerario Palacio de la Salinas en Medina del Campo que nos lo cedieron muy amablemente y que venía muy a cuento para hacerlo. Ha quedado simpático.

¿Qué te gustaría experimentar con este disco?
Nada especial, y a la vez lo de siempre. Que la gente escuche las canciones, que las disfrute y que sea cada vez más gente la que viene a los conciertos, que se une a esta causa y entiende esta manera que tenemos de hacer las cosas. Simplemente, poder seguir tocando.

¿Así te gustaría pasar el resto de la vida, haciendo ruido?
Haciendo ruido, sí, sí, está muy bien. Me encanta que hayas destacado esas dos frases porque son de mis favoritas del disco. Es una canción muy sencilla de letra, estructura y melodía pero las cosas que dice son exactamente lo que quería expresar. La primera frase “Pasaremos el resto de la vida/ siendo un desastre./ No hay nada más triste/ que dejar el mundo como lo encontraste”, y la última “Pasaremos el resto de la vida/haciendo ruido./ No hay nada más triste/ que el silencio anónimo del olvido”. Aunque digan que somos un desastre, que hacemos ruido, vamos a continuar haciéndolo porque es la mejor manera de pasar por este mundo.

¿Son canciones que cumplen su venganza?
Desde luego. Creo que fue Sabina quien dijo “que no hay mejor venganza que escribir una canción”. Tiene mucha razón.


El músico asturiano demostró en la entrevista que Una forma de ser tonto le reporta muchas alegrías.





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