jueves, 21 de junio de 2018

Manuel Muñoz, en su mejor momento.



Texto: Noelia Baldrich/ Fotos:Manuel Muñoz



    





“¿Por qué no? ¿Por qué no puedo hacer de mi sueño una realidad?” Es el mensaje que se inyecta cada minuto este cantautor sevillano que aprendió a soñar sufriendo y a sufrir ilusionado. Y de momento la cosa va de sueños cumplidos. Formó el grupo Sinlache en 2004 y, tras tres discos y uno de oro, en 2011 llegó el momento de continuar en solitario: “El arte vive libre, alejado de cobardes y chaquetas que olvidan el talento para vivir con sus carteras llenas”. Así que vagabundo de grandes promociones y padrinos -solo apadrinado por el crowfunding- decide hacerse Independiente (2011). La aventura le dio, además, para calzar la campaña Nadie sin sus chanclas. Suspiros de felicidad para quien forma parte del #ClubLuchadoresdelavida, porque la suya, no ha sido una dulce melodía. Su originalidad no crece entre la malahierba de la industria y no es Ni ratón ni culebra, es una ave que busca su nido con una colorida propuesta. Después de mucha desesperación, de aprietos pero, sobre todo, constancia, el karma le recompensa con Todo va y viene. Tras su aparición estelar en La Voz 4, con su original versión de Capitán tapón que arrancó de Alejandro Sanz: “¡Coño!, la canta mejor que yo”, le llega la ocasión de saltar Más allá del infinito. ¡Qué ganitas! tenía de alimentar su verdad, de mostrar su particular voz de creación neo pop. Tras una segunda campaña de crowfunding, superar la cuarentena de la desilusión y el virus que a la música enferma, lanza 10 canciones desacomplejadas, positivas, de superación personal en las que encontramos a la Bailarina vecina; a su más sincera dama, Ella; a los amores fallidos de Caricias perdidas, pero, sobre todo, mucha Humanidad. Tal vez, lo que necesitaba este sensible cantautor era pasar de la autoestima baja a inyectarse una dosis de confianza. Algo que, por fin, se ha atrevido con su single Yo me quiero a mí. Ahora se deja querer por un público entusiasmado con su nuevo trabajo. N1 en Canal Fiesta, apadrinado por Adriático Records y con las colaboraciones estelares de Miguel Poveda y Andreas Lutz… Les sugiero que abran la puerta a la singularidad de este pirata porque Nunca es tarde para sorprenderse. Manuel Muñoz desembarca en la escena expresando la música a su manera, En Cuarentena (2018, Adriático Records).




Bienvenido a Barcelona, acabas de bajar del AVE y, como siempre, llevas una original camiseta con un piano y la inscripción Over the sky (sobre el cielo).
Sí, el piano y la guitarra van conmigo a todos lados. En Barcelona me he tenido que traer un piano más chico.

¿El Rotulking no te acompaña?
No, el de colores, no. No me han dejado.




¡No me has traído la guitarra firmada por Ricardo Arjona!
Ya, me he venido un poco más flamenco (risas).

(Vídeo entrevista)



Hablaremos de tus referentes musicales pero empecemos por el disco En Cuarentena. “En cuarentena dícese de la acción de aislar a personas o animales un período de tiempo para evitar el riesgo que se extienda una enfermedad contagiosa”. ¿Qué motivos llevaron a Manuel Muñoz a estar En Cuarentena
El título parece un poco tétrico En cuarentena pero es muy colorido. Las canciones son muy positivas, con mensajes como querernos, no dejar nunca de intentar aquello que ansiamos conseguir. Quería transmitir que después de pasar esa cuarentena, esos momentos chungos que nos hacen perdernos y desilusionarnos, con constancia, ilusión y ganas podemos salir del bache. Por eso, esa portada. Mi expresión de cara y tanto colorido para reflejar que a pesar de pasarlo mal sigo aquí luchando por lo que quiero.

“Llantos alegrías, desesperación, amor, amistad, trabajo, constancia, agobios y tantos adjetivos y sensaciones que no podría parar…”, escribes en uno de los agradecimientos más emotivos que he leído.
No es todo tan bonito como parece, es muy complicado poder asomar un poquito la cabeza. Hay cantantes y músicos muy buenos, hay modas muy extrañas que te hacen “agacharte” un poco, porque si no vas en el camino que marcan, no estás dentro de lo que se puede vender o poner en la radio, es chungo.

Dicen que los bajones sino duelen no se aprenden.
Sí, sí, se aprende muchísimo.

“Vengo con maleta llena de aprendizajes y el cuerpo repleto de cicatrices”, y añadiría tatuajes que descifran tu filosofía de vida: “Nunca es tarde”. 
Así, es.




Formaste el grupo Sinlache, después editaste tu primer trabajo en solitario Independiente y ahora En Cuarentena. Independizarse está muy bien pero ¡cómo cuesta! 

Sí, muchísimo. Como siempre digo “Quién no madura, muere”. En la música me ha ocurrido eso. En Sinlache viví unos momentos muy bonitos, muy felices y cosas que tal vez no vaya a vivir nunca más, pero sí que llego el momento de decir tengo que salir de casa, tengo que aprender a hacerme la comida solo, a barrer, a ir por la bombona…”




¡Qué ganitas!
Sí, sí. Hay que aprender hacer esas cosas y me dije "tengo que independizarme musicalmente". Era un momento en que el país estaba en plena crisis, pero soy una persona que me guío por lo que siento. ¿Qué está chungo? Me da igual, vamos pa' delante con todo. Fue muy duro pero a nivel personal muy gratificante porque creo que lo que más feliz hace al ser humano es ir caminando con sus principios por bandera. ¿Qué me he equivocado? Bueno, es lo que he sentido y es lo que voy a hacer. Al final del camino, diré que he hecho y he vivido como lo he sentido, para bien o para mal. Eso es el éxito. 

Estar feliz con uno mismo y, a juzgar por lo que transmites en el disco, positividad, superación personal, lo consigues.
En el single Yo me quiero a mí, he intentado plasmarlo todo. Cuando aprendemos a querernos a nosotros mismos, podemos querer a los demás y a conseguir todo. Cada canción he intentado darle un toque de alegría, solo hay una más de desamor.


¿Carícias perdidas?
Carícias perdidas no es tanto de desamor, habla más de ese amor que nos contamina y tenemos que decirle “váyase usted por ahí, que yo me valoro y sé lo que valgo”. Tal vez, con Miguel Poveda, sí que es más melancólica.

Tal vez si hubiéramos puesto más el corazón hubiéramos salvado la situación.
Sí, así es.


Pasar la cuarentena ha costado pero después no has parado de recoger sueños. Dos colaboraciones estelares, la de Miguel Poveda y Andreas Lutz.
No ve voy a resfriar ya ni… (bromea). Miguel Poveda en Tal vez, un tema más lento pero que después le dimos un toque por bulerías cambiándole el estilo, al principio era solo balada a piano.

¡El 25 de diciembre en Barcelona, bajando sólo Las Ramblas!
El 25 lo pasé aquí, yo sólo.

Ahora entiendo lo de En cuarentena.

Me dijo que el único día que podía grabar era el 26. ¡Pues nada!

Con Andreas Lutz el single.
Sí, del grupo O’Funkillo, quería hacer un rollo rap y creo que él tiene un talento y un sello especial. Yo me quiero a mí es muy alegre y positivo y Andreas le ha dado un toque más enérgico.

Cada canción es un universo sonoro y en cada una conviven estilos muy coloridos. ¿Es producto de grabar entre Sevilla y Figueres, con Jordi Cristau, sumando aportaciones?
Soy muy de eso. Intento que cada tema sea diferente al siguiente y que el disco tenga un abanico de sensaciones para que cada canción te lleve a algún sitio. Por ejemplo, Caricias perdidas no tiene nada que ver con Qué ganitas.

No, suena a chirigota.
Ahí está, un cachondeíto. Un amigo por detrás gritando.

“No te queda ná, Manuel”.
Me recordó, una vez terminado, al rollo de Los chanclas. Un tema en el que te ríes.

A cada tema insuflas el sentido de la letra. En la Bailarina, esas cuerdas que nos trasladan al punteo de la danza.
Sí, siempre que la música acompañe a la letra, lo que se está contando en cada tema.

Ardua tarea para quien “Tiene un talento especial para componer y contar historias” ¿sabes quién ha dicho esto de ti?
¿Quién? 

Miguel Poveda.
¡Ah!

Algo tendrá que ver el tener referentes tan genuinos como Ricardo Arjona.
Yo de Ricardo me emborracho de todo lo que hace.

Comprobamos su influencia, sin ir más lejos, en el tema Bailarina, la suya estaba en el 5º Piso.
Tomé nota. Le escuché en una entrevista decir que los artistas deben beber de otros. Él tiene como referentes a Sabina, a Serrat. Es bonito ver algo de otro cantante que te sorprende y adaptarlo a tu sello pero sin copiarlo. Escucho a Arjona y me quedo flipando: Este tipo, ¿cómo puede ocurrírsele hacer una canción al período de una mujer con tanta elegancia? ¡Por favor! ¿¡Qué tiene en la cabeza!? O letras de Armando Manzanero “Contigo aprendí a ver la luz al otro lado de la luna”. Cuando escucho frases así no salgo de mi asombro y admiración.

Manuel Muñoz también crea frases ingeniosas: “No hay curva que me sepa marear y me aleje de su lado”. Ella, dedicado a una bella dama, tu madre. 
Sí, a mi madre. Tenía muchas ganas dedicarle un tema. Ella incorpora un pasodoble gaditano y como dice no hay curva que me mareé y me aleje de ella.

Pero ha surgido una pequeña curva gaditana, ¿no?
Sí, hay una curva gaditana que me tiene…

A la que le dedicas Más allá del infinito.
Sí, pero la mama es la mama.

Pero hemos roto el tópico y, a pesar de los tiempos, uno sí puede enamorarse.
Sí. Más allá del infinito habla de eso. Todavía hay personas que alimentan ese amor verdadero, que se respeta, que te hace sentir cositas diferentes, aunque está un poquito contaminado.

Gracias de los cantautores que nos ayudáis a enamorarnos.
Sí, pero creo que todavía hay amor del bueno, ¿no?

Sí, Manuel, no vamos a estar En Cuarentena toda la vida (risas)
No, no.

Comprometido socialmente, llevaste a cabo la iniciativa Nadie sin sus chanclas con lo que te sobró del primer crowfunding.
Me harté de comprar chanclas. Parece una tontería pero llega el verano y en Andalucía hace un calor increíble.

En este disco encontramos Humanidad, ¿Qué te duele de esta deshumanidad?
Desde que estaba en Sinlache, en cada disco, hay un tema de compromiso social. En el anterior disco Independiente compuse un tema Me da pena





"Me da pena ver la musica en la calle agonizando por una moneda que no puede más".
Es la verdad.


¿Te atreverías a hacer un diagnóstico del estado de la música? Se habla de una leve recuperación en las ventas, especialmente las digitales. 

Hay que avanzar con los tiempos, ahora los coches vienen sin Cd y se recurre a las ventas digitales, pero, por lo menos, se está aportando y comprando música. La gente no sabe lo que realmente cuesta y lo duro que es esto. Solamente ve lo bonito, pero si supieran el trabajo que hay detrás, desde sacar una melodía, escribir una letra, hasta grabar un disco, promocionarlo, crearlo físicamente… La gente diría ¡Hostia! Voy a comprar el disco.

Hay gente muy comprometida en vista de tus dos exitosos crowfunding. ¿Has cumplido ya alguno de los premios: concierto en el salón de casa, componer una canción…?
Sí, sí. He compuesto cuatro canciones: para una persona de Madrid, otra de Cádiz, de Barcelona y de Granada. Me pasaron su historia y la he plasmado en una canción. Han quedado contentos. Y siempre digo que conseguir el apoyo de la gente con el crowfunding, me puedo pegar con un canto en los dientes, con uno, con tres cantos, con un coche, un camión… Me puedo dar con todo en los dientes porque el apoyo es increíble.

En el segundo, la edición especial era una bolsa de Rosa Pedroche con un kit de “supervivencia del fan”.
Muy bonito, un saquito con una batería para el móvil, dos canciones inéditas, una postal, la invitación para la presentación del disco… quedó muy bonito.

Será bonito el concierto en Barcelona, en la Sala Fizz ¿no?
Tengo mucha ilusión porque sólo nunca he tocado en Barcelona, con el grupo sí que vine.  Me da igual cuánta gente asista, si cinco, diez, veinte o cien, me lo voy a pasar igual de bien.

Además de tu repertorio, siempre te acompañan unos covers.
Sí, hago un mix de Alejandro...

Tan emotiva fue tu interpretación de Capitán tapón en La Voz4. que llegaste a abrir uno de sus conciertos de la gira Sirope.
Sí, siempre digo que no sé dónde vamos a estar mañana pero esos momentitos no me los va a quitar nadie. Siempre viéndolo desde casa, deseando algún día poder cantar juntos o estar con él. Esa canción la hice y la subí a internet con la ilusión de que Alejandro la escuchase algún día y, al final, mira tú por dónde, se la canté en directo. Después, estar en Madrid en la gira Sirope, en un escenario donde no he visto tantas luces en mi vida, ni en el Leroy Merlin, son momentos que no me los quita nadie. 





Has desgastado muchos sueños muy rápido ¿Cuáles son los próximos?
Siempre pido salud, lo demás hay que buscarlo, trabajarlo.

¿Por qué no nos interpretas algún tema de En Cuarentena?
(Se arranca con el estribillo de Yo no me quiero a mí)

Juanes explicaba que, alguna vez, se había preguntado qué hacía él en la música, pero ¿qué hubiera sido de Manuel Muñoz sino hubiera sido por la música?
Ahora mismo estoy estudiando Técnico de Emergencias Sanitarias porque no sabemos dónde vamos a estar mañana. También quería hacer un trabajo que pudiera ayudar a los demás y fuera gratificante para mí, porque en una oficina no me veo. La música es parte de ese trabajo, estás con la gente, compartes con ellos. Y sé que si trabajase de Técnico de Emergencias Médicas la música va estar siempre. El cuartito musical que tengo en mi casa no va a caducar nunca, siempre va a estar ahí.

¿Acabamos con Capitán tapón?
Sí, no suelo hacerla con guitarra.


Actualmente para componer ¿guitarra o piano?
Con el piano, aunque saque la melodía con la guitarra. El piano es el rey, te abre mucho la cabeza para melodías… (Se arranca con la guitarra).

No es la que te firmó Ricardo Arjona pero sí de Álvaro Bernal.
Sí, le hace las guitarras también a Alejandro y a muchos artistas. Es de Sevilla, es muy amigo mío.

El luthier de los grandes artistas.

A Ricardo Arjona también le regaló una en Madrid, compinchado con Alejandro Sanz. La de Arjona la llevo también, pero hoy no podía con todo. 

Si algún día necesitas otro crowfunding, con subastar la guitarra de Ricardo Arjona te llega. 
Por lo menos medio crowfunding tengo hecho.



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viernes, 8 de junio de 2018

Sigmund Wilder, psioanálisis musical.



Texto: Noelia Baldrich / Fotos: Sigmund Wilder






"Good things come to those who wait". Bien lo sabe David Martínez que, tras trabajar muchos años por la buena salud de los espectáculos, le ha llegado el momento de hacer de Doctor Music de su propio proyecto. Con un background musical anclado en la new wave y el after punk de los ochenta, su creación sonora se caracteriza por un creativo sello de pelaje muy personal. Una bicefalia doble. Su bautismo responde a la unión del padre del psicoanálisis y a uno de los padres del rock electrónico -algo así como el cazador del psicoanálisis pero en la lengua de Shakespeare-, mientras que su propuesta es una clara confrontación de claroscuros urdida por dos Davides: Martínez y Palau. Su primer trabajo The Art Of Self Boycott, (2017), título bien explícito, nace de la necesidad de purgar, de suturar heridas, de respirar Breathing under the ocean, siempre con un destello de Candle Lights. Doce temas introspectivos y crípticos que respiran redención: Silent girl, Reasons to fall apart, Nothing but shame, Still my red light, Barcode Tattoo, Every word will stay the same. Los amores nocivos en The psyco magnet heart, Secrets about you and me y Only if we try también resplandecen. Una luz que a este cantante y compositor barcelonés pareció apagársele el 10 de enero de 2016, The Day David Bowie Died. Una oscuridad que, a su vez, le brinda un nuevo trabajo, un EP de cinco canciones donde la claridad de ideas vuelve a dejar constancia de esas atmósferas de contrastes en temas como All you ever wanted y A change of skin. Hablando de cambio de piel ¿Han deducido el nombre que recibe el alter ego musical de David Martínez? Sigmund Wilder.




Bienvenido Sigmund Wilder ¿preparado para un psicoanálisis musical?
Sí, suelo ir preparado.

Te has traído a David Martínez, supongo.
Sí, mi padre, entrará luego ja, ja.

(Vídeo-entrevista)


"Good things come to those who wait". Después de muchos años, ¿qué ocurre en 2017 para que Davíd Martínez decida crear a Sigmund Wilder, su alter ego, y curar así sus heridas?
Es una frase que resume todo lo que rodea Sigmund Wilder. Toda la vida he tocado en casa canciones de otros, he tocado con otros grupos. Fue a primeros de 2014 cuando empecé a tocar con la idea de crear y salió algo muy aceptable. A partir de ahí, seguí creando hasta las 12 canciones de The Art Of Self Boycott. Son tres años de trabajo muy al detalle, con ganas de hacer algo que estuviera bien, de no escatimar ningún esfuerzo. Tenía claro que sí decía meterme en esto a los cuarenta tenía que ser algo muy bien hecho, por lo menos a mí, como oyente, que me pareciera muy bueno.

A ti y a la crítica especializada. “David Martínez ha firmado un debut impropio de un debutante”, reseña Alfred Crespo de Ruta 66.
Qué orgullo. Comercialmente Sigmund Wilder no es que no tenga ningún éxito, es que ni se acerca a la idea de tenerlo, entre otras cosas, porque no formamos del circuito. No tenemos compañía discográfica, ni agencia de management, ni de booking, simplemente es un artista con la única intención de hacer arte. Si que he de decir que, que algunos críticos de renombre hayan escrito sobre Sigmund Wilder, para mí pesa más que cualquier éxito comercial. Son gente que nunca tienden a la alabanza gratuita, por tanto, leer algunas cosas me enorgullece.



¿Cómo se llama tu gato?
Fellini.

No soy Fellini pero quiero establecer ese efecto placebo que produce en ti para que nos cuentes qué monstruos habitan en The Art Of Self Boycott y en The Day David Bowie died.
Fellini está aún conmigo, pero cuando escribí el disco eran dos, y no quiero quitarle el mérito al otro por el hecho que ya no esté. Respecto a los fantasmas que hay escondidos en el primer disco son muchos. The Art Of Self Boycott, es lo más asertivo que se me ocurrió a la hora de definir las historias. Casi todas hablan de relaciones rotas, de frustración, de nostalgia… Giran muy entorno a ese momento en el que te preguntas por qué algunas cosas de tu vida no han ido por el camino que tú querías. 

La tristeza, la saudade, es un sentimiento muy agradecido, sobre todo, para los artistas, ayuda a componer.
Sí, lo comentaba con un amigo. Le comentaba que hay cierta preocupación por el día en que las cosas en tu vida se encarrilen, me veo escribiendo cosas alegres y, no me veo. Son sensaciones muy claroscuras pero, al mismo tiempo, tienen mucho brillo, mucha luz. Al final todo en la vida es así. 

En tus canciones es así, a pesar del exorcismo emocional al final hay un destello, Silent Girl, Still my red light… hay un resurgir que a nivel sonoro David Palau acopla muy bien.
Sí. Para mí uno de los puntos más interesantes del disco es que tienes canciones que a nivel de composición son oscuras, cuentan canciones complejas y, al mismo tiempo, la emoción que transmiten cuando las escuchas es muy positiva, también a nivel de producción. Uno de los roles de David Palau en Sigmund Wilder es sacar las canciones de la cueva. Todas ellas vienen de demos grabadas en el momento de esa sensación triste y lo que hace la producción es darle perspectiva. Alguien está metiendo mano en tus canciones sin formar parte de ese universo compositivo-emocional que hay detrás de la canción, con lo cual es el equilibrio perfecto. Partimos de un tema con sus emociones que, cuando termina de pasar su proceso de demos hasta que vas a grabar la producción, tienen un recorrido muy interesante. Los temas son los mismos lo que cambia es la sonoridad, esa personalidad que le da un productor que, en este caso, es uno de los mejores guitarristas del mundo, y, además, tiene un grammy como productor de David Bisbal. Tiene el don de aportarle toda la luz.



¿Te ha sorprendido como David Palau ha resuelto algún pasaje sonoro?
En todos, hay un ejemplo clarísimo en el single Only if we try, del primer disco. Todas las partes de orquestas, tanto en la introducción como en la salida del tema, es una genialidad que apareció en el estudio. Nos complementamos muy bien a la hora de acoplar las ideas. Fue el momento más especial.

El nombre ya lo dice Only if we try.
Only if we try no deja de ser un tema tristísimo, pero los mensajes que transmite son muy positivos. El personaje que está hundido en la nostalgia pero que, al mismo tiempo, se dice podremos con todo pero solo si lo intentamos. La producción de David Palau es magia, es productor y mago.

Conceptualmente ¿cómo definirías el sonido de Sigmund Wilder con sus referentes en la new wave y en la post punk británica?
Se me hace muy difícil. Para mí esas dos palabras mágicas: new wave y si le añadimos “británica” yo ya me rindo. Si escucho los discos de Sigmund Wilder tengo sensaciones muy parecidas a las que tenía cuando escuchaba algunos discos de esa época. Incluso de grupos que han salido en los últimos 15 años como Interpol o The Editors, me siento muy identificado. 

Sigmund Wilder tiene una voz más profunda, más gutural, me ha recordado más a Leonard Cohen o al líder de Bahaus.
A Peter Murphy. La verdad es que me he pasado media vida respondiendo a la pregunta “si eres locutor” y, es curioso, porque soy licenciado en periodismo y era uno de mis objetivos. Pienso que es una suerte tener una voz que te distingue. Hay mucha gente con la que me identifico -no que me equiparo, porque sería pecar de humildad- como por ejemplo Peter Murphy, Nick Cave, Leonard Cohen… la de tardes en mi vida que me he paso escuchándolo. Para mí son ídolos.

La voz te define más que tu huella dactilar, explicaba un especialista. Tienes algo ya muy ganado.
Tengo la suerte que es la que me dieron. Si hablamos de Tribute bands, que está muy al orden del día, se puede tocar como The Edge salvando las distancias, tocar el bajo como Simon Gallup y dar el pego, está bien, ya digo, salvando las distancias. Pero cantar como Bono, es imposible, cantar como Robert Smith, es imposible… Al final lo que distingue a un Tribute band de una banda original es la voz. La voz es la personalidad de la banda. Y como esas frasecitas que corren por ahí si la vida te ha dado limones, haz limonada.



Sigmund Wilder, en el Festival de Pedralbes, el 20 de junio, previo al concierto de Elvis Costello & The imposters.
Es un orgullo increíble. No puedo estar otra cosa que agradecido y súper feliz. Recuerdo el momento en que colgué el teléfono y me vino a la cabeza todas las veces que lo he visto en directo, sus discos, hay uno que me encanta Punch the clock, de los ochenta. Son de esos momentos en que te das cuenta que tienes más que la mayoría de los grupos que intentan hacer cosas, y, lo único que puedo hacer es estar agradecido de que entre tantas propuestas se hayan fijado en esta.

Sin seguir los circuitos del mainstream.
El conseguir sacar adelante este proyecto de forma independiente, sin ningún apoyo ni institucional ni de ninguna compañía, te supone una serie de desventajas porque si no estás dentro hay cosas a la que es muy difícil optar pero, al mismo tiempo, te da la absoluta libertad de hacer tu arte como te dé la gana, de trabajar con quién te dé la gana, de elegir la portada… de tomar tus decisiones respecto a cada detalle de todo. Hay una cosa que digo siempre respecto a un salto al mercado. Estaré encantado de contar con una compañía de discos que lo distribuya, así como que vendamos doscientos mil discos, de lo que no estaré encantado es que alguien quiera condicionar el arte que hacemos. Por eso, un poco el proceso este de “vamos a salir vamos, a contar quiénes somos y esto es lo que somos”. A partir de aquí si alguien lo quiere aquí estamos.

He recordado la frase: “El miedo sale a buscar el valor sabe esperar”.
¡Qué buena! 

Hablabas de las portadas ¿qué inspiró la The Art Of Self Boycott.
Surgió de manera espontánea, en un cambio de vestuario el fotógrafo quiso captar el instante de cambio de suéter. Cuando me la enseñó vi claramente que sería la portada. Transmite el bipolarismo. David Martínez aparece con el pseudónimo de Sigmund Wilder, y este es un colectivo al que pertenezco yo, David Palau, todo el mundo que ha aportado un grano de arena para que esto funcione. Desde hoy tú también eres Sigmund Wilder, bienvenida a la familia. 

The Day David Bowie Died, la espalda desnuda de una mujer, aquí hay tela que explicar.
Sí, El día en que muere Bowie es un día que para mí cambio la historia de la humanidad. Murió el artista más grande que ha existido jamás. Cada cosa que hizo es una fuente de aprendizaje, para mí murió el referente. Tuve la suerte de verlo varias veces en directo, cualquier palabra que utilice para describir lo que el arte de David Bowie ha supuesto en mi vida se quedará muy corta. La canción esconde una historia que sucede el día que murió David Bowie.

¿Es la que refleja el videoclip?
No, por un motivo. Al equipo que produce nuestros vídeos intento no condicionarlo en nada porque pienso que todas las aportaciones externas enriquecen el arte de cualquier artista. 

¿Qué te sucedió ese día?
Es una canción que habla de una historia de amor que nace el día que murió David Bowie. Es difícil de ver porque escribo de manera muy críptica, basando las letras en transmitir sensaciones, cuento más sensaciones y emociones que historia. Describo las emociones que tuve cuando viví la historia de la que hablo y de la que no hablo en la letra. Esto permite que el oyente puede escuchar la canción hacerla suya y sentirse identificado. La portada tiene muchas lecturas, sale de espaldas pero hay un gesto en su cabeza de girarse. Lo dejo al aire para que cada uno la haga suya.

Que cada uno escuche los discos, interiorice las canciones y cauterice sus heridas.
Tal cual, es el poder terapéutico de la música.

Contigo lo ha conseguido.
Cien por cien. Estas y todas las canciones. Bien todas, no. Con todos mis respetos no sé qué poder curativo puede tener Tengo un tractor amarillo.

Si en un momento de pena te produce alegría algo ha sanado.
Y, quién sabe si en tu pasado has tenido uno y no te acuerdas… sería psicoanálisis.

Te parece que hagamos un test de psicoanálisis musical para conocer mejor a David Martínez.
Adelante.

La canción que te hubiera gustado componer.
Push the sky away, de Nick Cave.

El mejor concierto al que has asistido.
David Bowie, julio 1997, Zaragoza. Es la primera que tuve ocasión de verlo y me explotó la cabeza. Recuerdo cuando apareció solo en el escenario interpretando Quicksand, guitarra y voz, me di cuenta que el universo era mucho más grande de lo que yo creía.

El mejor estado para componer.
El desamor y la ira.

Y el mejor momento.
De madrugada.

¿Qué te saca de tus casillas en la música?
La falta de humildad. El arte crea circunstancias y situaciones que ponen en bandeja la falta de humildad. Eso te aleja del arte. Es tan importante darle el protagonismo a las canciones, al arte. ¡Gracias canciones, gracias Sigmund Wilder por elegirme a mí!

¿Cuál es la lección más importante que te ha enseñado la música?
La capacidad que tiene de unir a las personas. Juntar a sesenta mil personas sin que nadie se pelee ni se insulte. Por ejemplo, los deportes, concretamente el fútbol, genera mucho entusiasmo e euforia pero no consigue unificar a las personas, siempre hay unos contra otros… incluso hay enfrentamientos internos. Creo que nada consigue unir a las personas como la música.

Un mantra para los momentos difíciles.
Only if we try.

La última vez que hay dicho “Te quiero”.
¡Uf! Lo digo con frecuencia, de forma muy selecta, a muy pocas personas, pero cuando quiero a alguien no tengo problema en decirlo, es más, lo necesito. Probablemente a David Palau, es que lo quiero.

¿Que te gustaría que sucediera a Sigmund Wilder?
Que llegara a mucha gente, por el éxito de las canciones. 

Tu último descubrimiento musical.
Este fin de semana, en el Primavera Sound, un grupo llamado Car Seat Headrest que me hicieron flipar. Y un tipo que he admirado toda la vida pero que considero un descubrimiento reciente es Coque Maya. Lo que está haciendo en los últimos años me parece brutal.

También te parece brutal Cristina Rosevinge.
Sí, me parece una artistaza, la sigo desde que era adolescente. No llegué a conectar con el proyecto que tenía con Alex, pero desde su primer disco en solitario, Desde que me parta un rayo y Mi pequeño animal, me parece que es una artista que ha sabido mantenerse muy auténtica siempre. Gente como ella, como Mikel Erentxun, Bunbury o Coque Maya son referentes, no porque su música me influya sino porque son artistas que se han mantenido auténticos a su propuesta.

Hay momentos para la música fast food y otros para la música atemporal, obras que te remuevan por dentro.
Tengo que probar el fast food algún día, pero es que el cuerpo no me lo pide. ¿Hablamos de McDonalds musical?

Sí, también hay que soltarse, no todo es sangre y vena.
No, no, evidentemente, pero es que valoro mucho a los artistas que transmiten emociones.

1075, David Martínez-2017, Sigmund Wilder ¿qué le dicen el uno al otro?
Sigmung Wilder pide salida. Hay un momento en que hay toda una serie de inquietudes, de emociones, de vivencias que piden salir. Llama a la puerta y dice David…

¡Deja de boicotearte!
Tal cual. Sí. Me propuso asociarnos y de crear algo que sirviera para canalizar todas estas cosas. Un experto en psicoanálisis me comentaba que lo bueno de los procesos creativos es que cuando dejas que las cosas fluyan lo que estás haciendo es pasarlas del inconsciente al consciente, a partir de ese momento deja de estar escondido y forma parte de tu realidad. Lo que hicimos entre Sigmund y yo me ayudó a sacar las historias y plasmarlas en canciones. En el momento que se pueden escuchar en las plataformas digitales ya es propiedad de todos, entiendes que los fantasmas se han ido a buscar a otro.

Sigmund ha transformado a David.
Desde esa escucha soy mucho más feliz.

¿No tendremos que esperar otro hecho luctuoso para un tercer disco?
No, no. Aunque en los próximos años viviremos muertes muy duras por una cuestión cronológica natural. Estoy escribiendo el segundo disco, haremos la nueva entrega en 2019 y hay sorpresas.


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viernes, 1 de junio de 2018

Abel Romano camela con 'Valeria'.

Texto Noelia Baldrich / Fotos: Abel Romano.




Kapote flamenco en lidia con un pop fresco para sellar una fusión de personalísimo sello. Para hablar de este cantautor hay que tomar Caminito del sur y adentrase en la cuna del arte, Utrera, su ciudad natal y dar tachones de olé, olé y olé. Allí es uno Los Elegidos. Su cante viene marcado por los quejíos añejos de Manolo Caracol y Antonio Mairena, la improvisación en el patio de la escuela, los coros a Manuel Amaya y cantares contemporáneos tan dispares como los de Arcángel y Luis Miguel. El dicho "vísteme despacio que Tengo prisa" resume sus 15 años a merced de la música. ¡Cuánto tiempo ya de la primera maqueta, A mis soledades voy (2005)!, después, en 2015, grabó su disco debut homónimo y, ahora, nos presenta su segundo trabajo con el que corre y vuela. Promoción en los medios de lunes a viernes y citas en teatros, bares y salas los fines de semana. Diferente a todos los demás, su propuesta contiene el quejío de Utrera finamente acariciado por un fraseo dulce, armonías suaves y bellas melodías. Diez temas de flamenco pop que este bohemio compositor compone preso del amor. Deja que te bese, Aquel Beso, Estoy enamorado o Dame de beber, se los dedica a la dueña de su destino; a su perdición, la música, sus aventuras en los Bares de Copas; y a la estrella del disco que ilumina su mirada, Valeria y Tus ojos son pequeños. Una aventura musical que Te debo recordar, ha sido grabada por el elenco de músicos de Vanesa Martín, bajo la producción de Juanlu Montoya, los coros de Los Mellis y en su propio estudio de grabación, Romber Studio, donde este completo músico también produce para otros. Si los miércoles nos deleita con los Miércoles Romanos, hoy viernes, esperamos que Abel Romano nos camele con Valeria (2018).




15 meses tiene Valeria y ya tan popular a ver si después te lo va a reprochar.
Ja, ja, encantado de estar aquí contigo. Sí, mi hija Valeria ya 15 meses y el disco Valeria va por los cuatro, y algo cansadillo de tanta producción. Hemos querido hacerlo a nivel nacional, por eso estamos aquí en Barcelona, porque con el primero no vinimos. En un trabajo que merece la pena una buena promoción porque se ha hecho con más tiempo y más calidad musical.

(Vídeo resumen)


Valeria, tu hija, la responsable de que el disco se llame así.
Está ahora muy canalla, más traviesa que la mar.

Le dedicas dos temas uno Tus ojos son pequeños, pero ¡Abel no nos puedes engañar! (bromeo mientras muestro una foto de Valeria con sus ojos enormes).
Ella tiene los ojos muy grandes, pero como es pequeña. Es mi vida, mi alegría de vivir. Ser padre me ha valido mucho para sacar los sentimientos que tenía ahí, me ha ayudado mucho para componer. Dos temillas son para ella: Tus ojos son pequeños y Valeria. Y el título del disco no me lo pensé ni un momento, Valeria es precioso, es mi hija y así se va a llamar. 

Te lo ha inspirado tu hija, y con el que das tus primeros pasos en algunos aspectos de la música.
El disco no está completamente dedicado a ella porque cuento historias de amor también, historias que me han pasado, el día a día, situaciones como las que recoge el single Bares de copas, cuando toco y hacemos prueba de sonido, viene la gente a verme… 

(Plaff, se rompe una cuerda de la guitarra)

¿Eso suele ocurrir en los Bares de copas?
Esto es improvisar, se coge y se arregla en un momento.

En los Bares de copas has adquirido muchas tablas, son 15 años de trayectoria musical.
El año que viene hago 15 años y a los Bares de copa se lo debo todo porque aunque sean espacios pequeños y que en ocasiones se hace música por hacer, por tener entretenida a la gente, así empecé, cantando rumbas y sevillanas, también en discotecas, en conciertos, en salas rocieras –antes se estilaba mucho por Andalucía. En los Bares de copas ha sido en donde he cogido nombre, ha venido la gente a verme y ¡gracias a Dios! ahora se están haciendo conciertos a otro nivel y se están quedando algo pequeños, pero han sido la gran escuela.

De los Bares de copas al Teatro Enrique de la Cuadra de Utrera donde presentaste Valeria.
Exactamente, lo presenté antes de Semana Santa y muy bien porque estuve arropado de mis seguidores, mi familia, mis amigos, prensa… No es un concierto cualquiera porque una presentación de disco lleva mucho trabajo, también mucho papeleo porque interviene el Ayuntamiento, organización, la prueba de sonido e iluminación tienen que estar perfectas…

¿Qué te impone más un teatro o la cercanía de un bar?
Me impone más cantar a capela muy cerca de la gente, que es lo que más me gusta, en un teatro que hay mucha frialdad. Me gusta más como si fuera una fiesta privada.



Haces muchas de fiestas privadas.
Yo vivo gracias a las fiestas privadas. Me gusta más hacer los conciertos a taquilla que sé que no puede venir todo el mundo, pero creo que la música hay que pagarla, es arte. Una mínima aportación porque voy a cantar mis temas, con un repertorio de una hora y media, siempre traigo una colaboración… creo que eso hay que pagarlo. Prefiero tener rinconcito chiquitito y que venga gente a taquilla -aunque cada vez más se va agrandando la cosa- y cantarles de tú a tú.

Un buen elenco de músicos te acompañan en Valeria.
La verdad que sí, empezando por Los Mellis de Huelva, muy amigos míos, son coristas de muchos artistas como Arcángel, Argentina… artistas consagrados del flamenco. Los músicos también un gran nivel porque son casi todos los de la Gira Munay, de Vanesa Martín, Alberto Mira su director musical. Ahora uno está con Pablo Alborán, otro con Pastora Soler. Está Jose Marín en acústica y eléctrica, Manuel Reina uno de los componentes de Triana, que ahora está con Miguel Poveda… Hay muy buenos músicos. La producción musical de Juanlu Montoya es un gran trabajo, le ha dado un vuelco desde que yo se lo llevé enmaquetado desde mi estudio, lo hizo de otra manera. Se ha logrado una calidad y nitidez de sonido muy buena con muy buenos aparatos. Con tiempo se hacen cosas muy bonitas.

En este disco parece que has acotado más el concepto estilístico respecto al primero de sonoridad más ecléctica.
Sí, sí. Yo soy muy aficionado al flamenco, pero el disco no es flamenco ni es pop en sí, sino una fusión. Vengo de una tierra muy flamenca Utrera, en Sevilla, tierra de grandes cantaores, de gastronomía, cuna del toro bravo, pero he fusionado lo que yo siento cantar flamenco pop porque desde pequeño he bebido de Manolo Caracol pero también canto por Alejandro Sanz, Manuel Carrasco… siempre llevándolo a mi terrero porque intento tener sello propio, sin imitar a nadie. 

A la hora de componer ¿de qué te sirves de la guitarra o el cajón?
Empecé tocando el cajón en un grupo Kapote flamenco con Juanlu Montoya, de rumbitas y sevillanas. Él cantaba y tocaba la guitarra y yo tocaba el cajón cantando, de esto hace de esto diez años. Los dos hacíamos el trabajo de cuatro, cantábamos y tocábamos. Íbamos a todas partes, hemos trabajado muchísimo. Ahora me gusta mucho la guitarra, de cajón hice cursos y demás, porque la percusión me encanta, de hecho las percusiones las grabo yo en mi estudio, unas palmas, un cajón… Pero ahora, que me defino mas cantautor que cantante, la guitarra es inseparable de mí, me siento muy cómodo con ella.

"Poeta de tus versos" ¿cómo compones mejor “navegando en el barco del amor” o la deriva del desamor?
Bueno, son situaciones que describo en cada momento. A lo mejor una discusión y lo quiero mandar todo al carajo.

¿Te inspira una canción?
Sí, el desamor me inspira más. Para componer el desamor y para cantar el amor.

¿Y esto cómo lo fusionamos?
Hay que cantar con amor, con corazón, porque sino no llegas a transmitir.

Dos temas al desamor Te debo recordar y Cuánto tiempo pero hay mucho amor dedicado a la dueña de tu destino, Consolación, que además hace coros.
Sí, ha grabado coros porque afina muy bien, aparece en los temas dedicados a Valeria. Ella no se dedica a cantar pero como es la mami y el tema va dedicado a su niña ella tiene que estar. 

Se escuchan unos coros infantiles también.
Son unas primitas. Conforme se va apagando el tema aparecen ellas y adquiere otro color el tema. Y también está Valeria porque cuando nació, y gracias a que tengo un estudio de grabación, pensé en tener un detalle de ella llorando. La acerqué al micro y salió en el tema Tus ojos son pequeños. Así que esta la mami, el papi, ella y toda la familia, ja, ja. 



A punto de defenderlo sobre los escenarios.
Sí, ahora tengo una gira por Andalucía, abro el 13 de junio, en Carmona, seguirá Sevilla, Ayamonte… las fechas aparecen en mis redes sociales. Nos vamos a mover por Andalucía y a partir de septiembre, con la discográfica, vamos a empezar la gira Valeria, recorreremos Elche, Murcia y Valencia… Serán salitas a taquilla, de unos 7 u 8 euros, donde llevo mis discos y nos vamos a ir abriendo camino por toda España.

¿Qué tal con la nueva discográfica?
Muy bien, he firmado con IRMUSIC, con Israel, y su hermana lleva la comunicación en Crisel, que se encargaran de la promoción. También están amigos míos como Fran Cortés.

Su disco es uno de los que más has escuchado, dices.
Sí, es muy amigo también. Ha sido guitarrista para muchos artistas, siempre ha estado con su padre Chiquitete y con Juanito Makandé, pero como compone desde hace mucho tiempo ahora se ha puesto a cantar y lo hace muy bien. En IRMUSIC también está Chiquitete y Manguara, grupo de sevillanas… Yo pegaba más en esa onda.

“Definitivamente el triunfo no está relacionado con la calidad”.
Claro, yo le deseo el bien a todo el que se dedique a la música pero lo que sí me da coraje es que, de la noche a la mañana, salgan artistas que no tienen ni tablas ni hay calidad y pegan un boom. Yo soy constante, llevo una carrera casi de 15 años con dos discos en la calle, valoro más este tipo de trayectoria. Horas de trabajo de carretera, de aviones de buscarse las papas de verdad. Me da coraje alguien que hace un reggaeton y ya tiene éxito.

Te parece que comprobemos tu calidad vocal y musical interpretando un tema. 
Vamos os canto Valeria (se arranca con la guitarra).

¿Cuando la escucha Valeria se reconoce?
A ella le gusta mucha la música porque está todo el día cantando, pero es escuchar el tema de Valeria y se pone más activa todavía, imagínate.

Con un poco más de edad tendrás que subírtela a un escenario.
Ya mismo, ya mismo.

Si sale flamenca le haces un monumento pero si te sale artista tendrás que hacer duetos.
Ja, ja, la verdad que termina la canción y empieza a aplaudir.



Salió a la venta el 14 de febrero, no podía ser de otra manera enamorado de tu morena. Por cierto, intuyo que las melenas morenas tienen para Abel Romano notas más atractivas.
No, sabes lo que pasa que en las canciones encaja mejor morena que rubia, morena pega con más frases, simplemente eso (risas). 

Sé que eres cofrade y cantas muy bien saetas.
Me gusta el tema de la Semana Santa por la música. He compuesto para muchas bandas, muchas marchas de Semana Santa pero la saeta me viene porque viene derivada de la toná del flamenco, de ese palo, y me gustan mucho los cantes libres, empecé a estudiar un poquito.

Cantautor bohemio, muy libre, y por eso tienes tu propio estudio de grabación en el que produces y compones para otros artistas como a Fran Ocaña.
Sí, ahora estamos con una muchacha de Jeréz, Jessica Báez, hemos terminado la producción y está listo para la mezcla. Es un EP de cinco temas y podéis escuchar algo porque merece la pena. Se ha echado mucho tiempo. Es la primera producción musical que hago. Romber Studio está abierto de cara al público pero normalmente son conocidos míos porque también es mi casa.

Intuyo un gran corazón en Abel Romano así que, por favor, porque no acabamos con La Saeta de Serrat al Cristo de los gitanos.
Vamos a allá, una “pincelaíta” (Se arranca).

Un beso muy fuerte para Valeria.


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