Noelia Baldrich, periodista: Luar na Lubre musicaliza la 'Ribeira Sacra'.

Texto: Noelia Baldrich

Si me atienden voy a contarles una contemporánea leyenda gallega. Hai un paraiso en la Beira Atlántica, llamado Galicia donde unos reputados druidas musicales se adentran en sagrados bosques sonoros para revitalizar la tradición cultural gallega desde su música folk. Y es tal su prestancia y habilidad instrumental y vocal que sus composiciones son recreaciones casi cinemáticas de la riqueza histórica, etnográfica, natural y emocional de una tierra rica en Trasnos, Fadas y Encantos. Estos experimentados músicos atrapan y reproducen sonidos, ritmos, atmósferas con tanta nobleza y esmero –a la vez que creatividad- que son la banda sonora por excelencia del folclore gallego. Desde 1986, hemos recorrido con ellos Camiños da fin da terra pasando por Cabo do mundo y llegando a Mar Maior, incluso explorado culturas de Extra Mundi. Hemos rendido culto al Ara Solis y nos han eclipsado con Solsticio y Plenilunio. Nos han acercado a la leyenda de Torre de Breoghan y empapado con la morriña del exilio en Saudade. Pero, y por encima todo, nos han transmitido con sus telúricos y evocadores Sons da Lubre nas Noites de Luar el Grial fonográfico de una Galicia abrumadora. Músicos artesanos con el sobrenombre de “escultores del viento” que dan luz a sublimes trabajos. Ya en sus inicios esculpieron magistralmente el tema O son de Ar, que más tarde Mike Oldfield versionó y los bautizó como “el grupo del sol”. Mucha energía, más de 400 lunas, 18 discos, más de mil conciertos, 30 países, decenas de premios para llegae a celebrar su XV y XXX Aniversario. Y siguen Ao Vivo, ahondando en las raíces gallegas, rastreando viejos códigos para que su leyenda de “guardianes del pasado” no solo sea contemporánea sino eterna. Su nuevo ritual, se sitúa en un lugar imponente, de tradición milenaria, de misteriosas leyendas y asombrosos entornos. Un patrimonio gallego –que aspira a ser de la humanidad- y que a ecos susurraba ser musicalizado. Llega ahora el resplandor de Luar Na Lubre para cristalizar la sinfonía de la Ribeira Sacra (2108, Warner Music).