viernes, 16 de marzo de 2018

Marisa Valle Roso, creación 'Consciente'.

Texto:Noelia Baldrich / Fotos:Marisa Valle Roso.






“No hay artista de verdad, si me permiten el pleonasmo, que permanezca demasiado tiempo igual a sí mismo. La búsqueda de la raya del horizonte forma parte de su ADN”. Consciente de sus palabras, esta referente de la tonada asturiana amplía sus horizontes musicales con un proyecto de altos vuelos. “No me entretengo a sembrar complejos”, y la de langreo siembra 13 piezas en las que las raíces asturianas son cultivadas con semillas de otros géneros: pop, folk, indie, música gallego portuguesa y latinoamericana. El fruto resultante resulta asombrosamente exótico, colorido, intenso y tribal semejante a un mamey. Cantante minera de La planta 14, laureada en multitud de certámenes de Tonada Tradicional (2011), da Un pasu más (2009) en la búsqueda de su propio estilo: Ser como soy, la que canta una Colombiana en la Ciudad de Oviedo, una tonada en el Festival de La Unión y Hay una línea trazada en el Teatro Campoamor, la primera mujer en hacerlo. Su única línea trazada es la abrazar otros folklores, como cantaba Violeta Parra: “El canto de ustedes que es mi mismo canto. Y el canto de todos que es mi propio canto”. La asturiana lo resume: “Si Somos parte de la gente, el estilo Nos da igual, siempre que se cante De lo fondero l'alma (2011)". Y con esta obra oceánica lo consigue. Se sumerge por primera vez en la composición dotando de mayor sinfonía y expresividad su poderoso instrumento. “Potencia, plasticidad, excelente colocación, colorido tímbrico, control perfecto en las transiciones de registro e intensidad”, son algunos de los calificativos que ha recibido. ¡Santa Bárbara bendita! Orgulloso debe estar Alfredo Canga de su pupila. Años indagando, Marisa canta a… (2015), girando con Suena la Mina (2016) para sonar ahora a tonada universal. Percusiones tradicionales en Arriba quemando el sol, toques de pop con la voz de Rozalén, echando mano a la Macorina de Alfonso Camín y Chavela Vargas, nuevo son en Lela, una cuna folk en Drume negrita y qué decir de Romance de la neña Isabel con bandurria “lupeada”. Una obra de enjundia con la que ha contado con Cómplices como Víctor Manuel, Tanto como yo te quise; dos grandes productores, Sebastián Merlin y Charlie Bautista; el multiistrumentista David Varela; los cantautores Paco Cifuentes y Alfredo Gónzalez en Dos muertos, y el cómplice más íntimo, el que le ha confeccionado el vestido para Díes cansaos, Pablo Carrera. “Que mi vida es movimiento que solo demuestro al andar”. En las arenas movedizas de la música, hay un paraíso intermitente, el una creación sustancial hecha a conciencia. Crearse indefinidamente es lo que hace Marisa Valle Roso en el edén de Consciente.





Marisa Valle Roso, ¿los xueves son Díes cansaos?
Sí, ja, ja son Días cansaos, además, esta canción la compuso Pablo en una época en que de lunes a jueves trabajábamos muchísimo, y llegaba el jueves y estabas ¡uf! hasta arriba, de ahí el título.

En esos días cansaos ¿echas mano de algún refrán?
No, lo que al final todo trabajo tiene su recompensa. Cuando tienes días de mucho trabajo, las cosas salen mal, hay que insistir, trabajas mucho y no acaba de funcionar, hay que pensar que todo tiene recompensa.

(Fragmento entrevista y acústico)




Consciente ¿va a tener recompensa?

Sí, yo creo que el disco ya es una recompensa para mí. No esperaba contar con un equipo de trabajo tan bueno en un disco en el que ya llevo trabajando muchos años, y que venía de un álbum anterior de tonada tradicional en el que apenas tenía gente trabajando conmigo. Tenía a Pablo, siempre está ahí, incansable, pero ahora se ha unido muchísima gente más. Desde un fotógrafo buenísimo, del pueblo de al lado, Bernardo Baragaño; los productores Sebastián Merlín y Charlie Bautista, en la vida pensé que tendría dos productores de ese nivel; apariciones de lujo como Víctor Manuel; grandes compositores… Todo este trabajo es la recompensa de estos años.

Un trabajo muy Consciente, que vamos a ir escanciando con una asturiana que escancia bien.
Es que mi padre, además, era campeón de escanciar. Durante muchos años iba con él a los concursos de escanciadores y quieras que no algo se te queda. Lo que pasa es que luego se hace una la tonta, de que no se echarlo para te lo echen y sepa mejor.

¿Qué es más complicado escanciar o servir un disco como este?
Para mí escanciar, porque llevo muchos años en la música, es algo que me gusta y para mí no es trabajo.

El camino no es el reflejo que marca el espejo de nuestro destino.” ¿Los espejos de la tonada te devolvían una imagen algo encorsetada y necesitabas espaciarte en otros géneros?
La tonada sí que es verdad que te limita mucho, es un mundo muy purista. Siempre que iba a concursos y festivales intentaba que la tonada fuera perfecta, respetando totalmente la tradición pero, interiormente, algo me decía que tenía que desvincularme un poco -siempre estará en mi voz- pero buscar otros caminos que me proporcionaran otras cosas, el poder emocionar en una canción. En ese aspecto la tonada me limitaba, probar otros registros, lo necesitaba.



¿Te ha permitido dar más matices a tu voz?
Sí, por ejemplo, el tema que más me abrió fue La planta 14, un tema totalmente distinto a la tonada, que requiere más facultades vocales e interpretar. Fue un reto, porque tenía que contar. Disfrute tanto haciéndolo que quería seguir. Buscar canciones que me hicieran emocionar y llegar más al público, que solo cantando música tradicional. Me apetecía hacer más cosas.

Temas muy versátiles del folklore chileno, argentino, gallego pero con una nueva sonoridad.
Sí, lo que buscaba era encontrar mi propia manera de cantar, que sonara a tonada pero que tuviera un sello personal, hacerla mía.

Ser como soy. 
Es el primer tema en el que me estreno como compositor, en la música, con la letra de Pablo. Empecé a componer porque me lo recomendó Rozalén, en uno de sus conciertos que me invitó a cantar. Me explicó que cantando algo tuyo lo interpretas diferente. Empecé a probar con la guitarra, empezaron a salir canciones, a los productores les gustaron y ahí están.

Hablemos de las notas de salida, de corazón y de fondo: un trabajo con mucho aire y madera. 
Sí, la verdad que hay una suerte tremenda. Con el primero que contacté fue con Sebastián Merlin, recomendado por el productor de Rozalén. No esperaba que alguien de su nivel fuese a trabajar conmigo. Desde el primer momento estuvo receptivo y, enseguida le vino a la mente otro productor que iba a trabajar con él, Charlie Bautista, que también se sumo. Sebas le da la parte más folklórica al disco y Charlie más indie. Es una fusión perfecta.


Los productores Charlie Bautista, Pablo Carrera y Sebastián Merlin.

Grabado muy artesanalmente en Asturias.
Sí, nos gustaba la idea de que fuera alguien externo a Asturias, si siempre has trabajo ahí puedes tender a hacer lo mismo o te conocen y te encasillan en un determinado estilo. Alguien de fuera trae un aire nuevo. Se pusieron a investigar el folklore asturiano, instrumentos tradicionales, visitamos a informantes como María, estuvieron bebiendo sidra, disfrutando de la gastronomía… Al final hicieron el trabajo que hicieron, un vestido ideal para mí.

Instrumentos tan folklóricos como el arpa de boca que abre Arriba quemando el sol.
Sí, lo grabó David Varela que es un multiinstrumentista asturiano que grabó también las panderetas, el atabal, el arpa de boca… y le da un aire distinto a la canción. Ese tema de Violeta Parra, -ideal para abrir el disco porque de pequeña me veía reflejada en su intento de sacar lo bueno de su país y la importancia que le daba-, me recordaba mucho al patrón rítmico que se canta en el oriente de Asturias. Solo escucharlo, por primera vez, se me vino a la cabeza un grupo de pandereteres que lo tocaran conmigo y así fue. Me puse en contacto con los Pandereteres de Fitoria, y para ellos ha siso un reto porque nunca habían salido del sonido tradicional. Ha quedado genial la fusión de música chilena y asturiana.

¿Sorprendida con algún corte? 
Una de las canciones que más me chocaron, en cuanto a arreglos, fue La planta 14, también, porque yo llevaba mucho tiempo cantándola con otro tipo de arreglos pero, a medida que fui escuchándola, entendí el porqué de esos arreglos. Crea una atmósfera que incide más en la letra. En Drume negrita, la pensé más como una nana pero los productores le dieron una vuelta, después yo, al grabarla, le volví a dar otra vuelta de tuerca y ha acabado más como una canción desgarradora que una nana.

Macorina, qué historia tan atractiva.
Sí, tampoco yo la conocía, la escuché en la radio y descubrí que la había escrito un poeta asturiano Alfonso Camín. Me enganchó la historia de sensualidad, el erotismo con que Chavela cantaba esta canción a la Macorina. ¡Cómo la interpretaba ella! no hay palabras para describirlo. Me apetecía experimentar ese terreno.

Hubo una lucha de egos por la autoría, se cuenta.
Sí, Chavela quiso adjudicársela pero Alfonso dijo que “no, no”.

Macorina había sido una prostituta de La Habana que se arruinó. El apodo le vino mientras caminaba en París, por la acera del Louvre, cuando un joven, algo bebido, la confundió con la cupletista española La Fornarina.
Sí, no pronunció bien y le dijo: ¡Ahí va la Macorina! La historia engancha.

Todos los temas de Consciente enganchan por la historia que hay detrás.
Sí, son historias muy diferentes, y a cada persona le llega una. 

Romance de la neña Isabel.
La descubrí en la televisión autonómica de Asturias, en un programa que iba por los pueblos recopilando canciones, y creo que ese arreglo refleja muy bien lo que pretendíamos: fusionar lo antiguo con lo moderno. Esa bandurria lupeada, ese sonido repetitivo que te sumerge en una atmósfera muy de locura. Cuando la interpreto, hay dos voces, la narradora e Isabel, que está haciendo un poco el loco.

Promulgando la lengua asturiana. 
Sí, hay dos temas que están en llengua asturiana, Romance de la neña Isabel y Díes cansaos. Hay que reinvindicar un poquitín.

Díes cansaos, confeccionada por tu sastre de cabecera, Pablo Carrera. 
Sí, Pablo Carrera está en todos lados, en las canciones, en la producción, en otros trabajos que no se ven pero que están. Esta canción la escribió él, la música es de Ruth Suárez y es un corte muy identificativo.

Paco Cifuentes y Alfredo Gónzalez. 
Sí, Somos una parte de la gente es de Paco Cifuentes. Alfredo González es un cantautor asturiano muy conocido y amigo, y fue el primero, después de Pablo, en regalarme Dos muertos, cosa que agradezco porque no es fácil que alguien te regale una canción. 

Como no lo es editarlo, hay que tirar de Verkami y mecenas. 
También, sí, y la verdad es que no esperaba la respuesta que iba a tener. En Barcelona y Madrid tal vez el crowdfunding está más visto pero en Asturias no se ve, y mi público, mayoritariamente es de ahí. No sabía cómo iba a reaccionar pero, luego, reaccionó muy bien. Puse recompensas que valían cien euros, en donde había el disco, un lápiz de memoria con vídeos míos…, y ¡volaron! La verdad que el crowdfunding es algo necesario hoy en día porque un disco cuesta mucho dinero y trabajo y apenas se venden. 

Y más con esta calidad, también en el soporte. 
Está todo pensado, tanto el diseño, las fotos…



Curioso el estilismo. 
Sí, fue idea de Bernardo y su equipo. Tuve la suerte que la gente se involucró muchísimo, no solo hicieron el trabajo y cobraron, sino que escucharon los temas, lo qué queríamos, la historia, y encontraron el estilismo perfecto para concebirlo en su totalidad. 

“A Rosa Pérez, por ayudarme a encontrar a Luz Divina”. 
Rosa Pérez, periodista de Radio 3, me escuchó cantar hace unos diez años y, desde entonces, siempre me llama desde la radio para hablar de música y tonadas. Fue ella la que me recomendó a Luz Divina para la comunicación de disco y ha ido todo muy bien, le estoy muy agradecida. 

Alfredo Canga ¿qué opina ahora de su pupila aventajada? 
Casi todo lo que sé lo aprendí de él. Alfredo apostó por mí desde el principio, cuando yo comencé a cantar la tonada, cuando había gente me decía que no valía, tenía 12 años y no sabía utilizar mi instrumento. Él, desde el primer momento, vio algo en mí. La ambición que tuve por mejorar y aprender, me la transmitió él. Es una persona muy purista y en seguida me reprochó: “¿¡Cómo vas a dejar los concursos?” Le gustaba verme ganar concursos. Pero cuando escuchó el disco, le gustó mucho, le gustó. Y que le gustara, significó mucho para mí. 

¿Cómo cuidas la voz? 
Tampoco hago nada especial, ensayo mucho, me gusta probar nuevos giros e historias en mi voz. Procuro no coger frío, cuidarme y estar muy concentrada antes de los conciertos. 

Concierto en Barcelona
Domingo 18 de marzo, 20h
Sala Tradicionàrius

Conciertos a la vista, en Barcelona este domingo. 
Sí, me estreno. Tengo muchas ganas de enfrentarme al público. Además, me he puesto en contacto con una mujer de aquí, que toca la pandereta asturiana, y le he propuesto cantar conmigo Arriba quemando el sol, ella, a su vez, se ha puesto en contacto con más gente, y estarán pandereteras gallegas, de León y asturianas tocando conmigo. Será muy emotivo. También estarán las gaitas del centro asturiano. 

El 28 abril en tu pueblo, La Felguera. 
Sí, en Asturias lo presenté en el Teatro de la Laboral, en Gijón, pero en mi pueblo me lo estaban pidiendo ¡ya! Es un sitio muy grande al que tengo un poco de vértigo. 

¿La timidez se va superando? 
Siempre está ahí, pero se va superando. Era una niña muy tímida pero vas aprendiendo, te vas haciendo más sociable. 

¿Con quién te gustaría compartir escenario, ahora que te abres a nuevos géneros? 
¡Uf! Hay muchos, me gusta Jorge Drexler, Natalia Lafourcade, Silvia Pérez Cruz…




A la Marina Contigo ¿no la has vuelto a cantar?
¡Ay, no! Eso fue la primera tonada que aprendí y canté en público, y me salió tan mal, recibí tan malas críticas… Y eso que era cortísima, un abrir y cerrar de ojos. Me quedó esa espinita clavada y no la quise volver cantar nunca. Igual le doy una vuelta...

¿Qué te gustaría que sucediera con Consciente?
Llegar a más gente mejor, salir de Asturias. Me apetece tocar en otros sitios y llegar a un público diferente.

Un disco que no se agota a la primera escucha, necesita de más.
Sí, no es un disco que tenga un hit, es para escucharlo entero. Para entenderlo y entenderme tienes que escuchar todo el disco.

¿Cuál es el mensaje de fondo?
Quizás el tema Ser como soy, es el que mejor lo plasma. Me dejé llevar a la hora de escoger los temas, fueron canciones que fueron surgiendo en mi vida y me deje llevar. Soy yo, lo que quiero mostrar ahí, sin quererme encasillar.

Muy idónea la cita de Henri Bergson que abre el disco. 
Define muy bien mi filosofía de vida con respecto a la música: constantemente hay que estar evolucionando, renovándose y aprendiendo. Me escucho hace un año y no me reconozco cada vez canto distinto, mejor o peor, pero diferente. Somos lo que escuchamos, vemos y al final, todo lo que te inspira, está ahí.






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