jueves, 20 de marzo de 2014

Javier Cuenca: “La poesía que no hago en literatura es la que hago en las canciones”


Texto: Noelia Baldrich  Fotos: Javier Cuenca




“Quizás la literatura sea como un vampiro”, acierta a decir Moisés Faraco, el protagonista de la novela Jugando con Sombras. Me pregunto si la reflexión es propiedad de este personaje ficticio -un escritor menor de novelitas de quiosco- o en realidad pertenece al universo de su creador, el periodista y músico madrileño Javier Cuenca.  Porque si la literatura es como un vampiro,  Cuenca corre el riesgo de ser vampirizado por su propio exceso creativo.  Viene de promoción de esta su primera novela de ciencia-ficción a la vez que de su quinto trabajo discográfico, Cine Francés, mientras sigue Servi-Media como redactor. Tanto en las vicisitudes de Faraco como en las sonoridades de su segundo single Chicas en patines, la pátina de la Nouvelle Vague -corriente cineasta de los cincuenta- es evidente, libertad de expresión y técnica hilvanan las secuencias. Jugando con sombras, es un relato sobre invasiones alienígenas con trazos de novela negra que desconcierta y atrapa, las canciones de su nuevo álbum son trazos surrealistas en una atmósfera jazzística que sorprenden y envuelven. Y aunque el creador asegure que son obras diferentes, nosotros hemos encontrado entre líneas y acordes aspectos coincidentes.
Tanto en el libro como en el disco se utiliza la ficción para cambiar la realidad y se utiliza la realidad para construir una ficción. Una dualidad  que proyectan unas aves reflejo casi de una obsesión: un pájaro con cara de niña perturba la trama,  y los compases de unos Pájaros de los Alpes nos transportan a las calles de Gante. La afición de Cuenca por la Serie B aparece en el corte Demasiado Oscuro, con una mezcla de hombre e insecto, y la misma utopía emerge en unos seres híbridos que pueblan el libro. Otros personajes, sin embargo, son como los protagonistas de la canción Las Manos de los Héroes, aquellos que desde la barra de un bar combaten la razón;  Faraco y Singüenza son los desdichados héroes de la novela. A los azares del deseo se entrega el cantautor y escritor invidente: sonoro Voto de nostalgia para naufragar en el amor, y un exceso prosístico para sumergirse una lujuria depredadora. Y en el arte de la seducción La Rosa y la Espina aparecen en la melodía; Laura y Deli lo hacen en el misterio y la fantasía narrativa. Si bien la historia se inicia a finales de mayo será a Mediados de agosto cuando el relato en Marbella y la canción en Oviedo sufran un derroche de imaginación. Los héroes de líneas y versos se adentrarán en episodios oscuros donde el sexo será una manera de sobrevivir, y tugurios y Carreteras se frecuentaran con demasiado desliz. Vidas que tras encuentros fortuitos acaban truncadas.  Si el escritor de ficción, Moisés Faraco, hubiera presagiado el funesto final de Singüenza, le hubiera dedicado la canción Antes de conocerte de Javier Cuenca, para dejar constancia del macabro encuentro con una superespecie de otro planeta.

¿Ves Javier que aunque sean viajes artísticos con diferentes destinos haciendo  inventario se cae en la cuenta que obedecen a tu mismo cerebro vampírico?
Me ha gustado mucho la introducción.

La novela Jugando con sombras y
 el disco Cine Francés,
son las nuevas obras de Javier Cuenca
Es la segunda vez que nos visitas espero que nos obsequies con la misma camaradería de tus personajes.
Por supuesto, por supuesto, estoy encantado.

Simulemos que estamos en un bar, ¡cuántas cosas se llegan a fraguar en una barra!
En una barra de bar se fraguan muchísimas cosas, nacen canciones, historias, aventuras, encuentros, desencuentros, hay de todo. Es una musa excelente, es fantástica.

El encuentro en un bar de Faraco y Singüenza inicia la trama y en tus canciones el bar es un lugar recurrente.
Sí, los bares son sitios maravillosos que he frecuentado y frecuento y en los que muchas veces han nacido ideas. Era normal que Faraco y Singüenza se encontraran en un bar porque de ahí nace todo lo que vendrá después.

Jugando con sombras, tu primera novela editada, ¿cómo y cuándo se fragua la sombra del libro?
Se fragua de dos maneras. Por un lado por una historia que me cuenta alguien y me suscita el interés por escribirla porque me resulta bastante rara y, por otro lado, escuchando la radio, en un programa la gente contaba episodios donde tenían contacto con extraterrestres de manera muy curiosa. No era que venían otros seres sino que perdían cosas y eso era la manera que tenían los extraterrestres de comunicarse con ellos. Además cuando tenía unos quince años solía comprar novelitas de estas de duro y empecé a investigar y a leer sobre eso. Descubrí que Francisco González Ledesma, escritor de novela negra, antes hacía novelistas del Oeste de bolsillo bajo el pseudónimo de Siver Kane y que Ángel Torres Quesada, escritor gaditano, se inicio también en novelitas de a duro bajo el nombre de A.Thorkent. Escritores que se iniciaron en ese mundillo y querían dar el salto. Es lo que le ocurre a Faraco, un tipo que escribe novelitas de a duro pero que quiere escribir novelas más serias. Curiosamente acaba escribiendo relatos a duro. Es circular.

¿Te ha llevado mucho tiempo escribirla?
Sí, he tardado en reescribirla porque como todo lo que hago soy muy exigente. Escribir es algo muy serio y tengo mucho pudor en ese aspecto. Las canciones son otra cosa, quizás tienen un punto frívolo que no tiene la literatura. Las canciones las compartes con el público la lectura se hace en solitario. Le di muchas vueltas hasta que decidí sacarla. Hice bastantes reescrituras. El resultado finalmente me satisfizo para poder publicarla.

Poeta, cantautor, prosista un torbellino de ideas en tu cerebro ¿cómo consigues darles acomodo sin que te aturullen?
Pues poniendo las cosas cada una en su lugar. Hay historias que te piden una canción y a veces te piden un relato.

¿Lo tienes claro?
Sí, son cosas muy distintas. Las canciones parten más de sensaciones y la literatura parte más de ideas que quieres transmitir y que se pueden convertir en una historia más amplia.

De promoción de la novela y del segundo single Chica con patines de tu quinto disco lo haces Para enredar al tiempo(2003) o al periodista?
Para enredar a la gente básicamente, ja, ja. Lo hago para enredar así ya no saben por dónde navegan, ja, ja. Pensaba diferenciarlo pero finalmente se ha enredado todo, nunca mejor dicho.



Javier, en el estudio grabando al álbum Cine Francés, un guiñó al séptimo arte con ecos jazzísticos.

Vamos a enredarnos. Cine francés es un guiño sonoro al séptimo arte de Rohmer, Woody Allen, ¿qué mensaje cifrado hemos de discernir en el título de la novela?
Tanto Singüenza como Faraco juegan con sombras. Faraco, a partir de conocer a una persona, le inventa una vida absolutamente desquiciada, excesiva y sórdida, y a la vez que entra en ese juego de sombras está desentrañando la verdadera vida de Singüenza, una vida llena de recovecos. Y Singüenza también juega con sombras, las de su propia vida y el Singüenza ficticio juega con las sombras que se va encontrando a su paso, que son bastantes y que le van turbando. Al final todo es un juego porque el alienígena Onoflas está jugando también. Todo es una gran ficción, una gran fantasía.

Músico indómito que a veces encuentras la expiración en el reverso de lo plausible, como novelista ¿dónde encuentras las musas?
También en el reverso de lo plausible. La encuentro en la vida cotidiana, pero es verdad que le doy un poco la vuelta. Lo que es no es lo que parece. Eso pasa mucho en la literatura de Cortázar, plantea cosas metidas en la realidad pero que van más allá. La realidad tiene dobleces y es ahí donde busco la inspiración para construir historias.

Sigues en la música por Puro vicio(2009) y en tu novela hay puro vicio. Tu personaje kalahan Acanto explica: “La literatura se nutre de sexo y putas, le encienden a uno la inspiración. Son unas musas cojonudas”. ¿Supongo que lo secundas?
Sí, sí totalmente. Pero este personaje es de los más excesivos que aparecen en el relato. Un escritor que está pasado de todo. El quiere escribir a base de vivir experiencias al límite. Hay escritores que han hecho literatura al límite como músicos que han hecho música al límite.

Tampoco tú te has puesto límite en los excesos lingüísticos para detallar la lujuria depredadora de los alienígenas.
Sí, sí hay mucha lujuria depredadora, efectivamente. Me limito a contarlo como es.

Como el consumo de drogas, ácido, marihuana… para abrir la mente creativa.El relato se sitúa en los años setenta en que los artistas, sobre todo, creían que fumar marihuana y consumir determinadas sustancias les iba abrir la mente. De hecho hay un momento que se explica que desde que Faraco escuchó Sargent Pepper de los Beatles y supo que el disco se había hecho a base de drogas, las tomó para ver si podía hacer algo similar. Era esa búsqueda de lo que está detrás a base de consumir sustancias.

En las canciones eres más poético, versos que sugieren más de un pecado:“Bocas insurgentes que regalan besos al por mayor”.
Las canciones son los poemas que no escribo. La poesía que no hago en literatura es la que hago en las canciones. Donde he encontrado la manera de expresar mi poesía ha sido a través de las canciones porque conjugo dos pasiones: el escribir y hacer música.

Tu disco La ciudad de las palomas(1992) , el corte Los pájaros de los Alpes y la aparición en tus páginas de pájaros con cara de niña ¿alguna obsesión con las aves?
Pues me sale inconscientemente, no sé si la hay. El corte Los pájaros de los Alpes nace de un día estando en Füssen, Alemania. Nos disponíamos a entrar en un restaurante italiano a comer y entonces se escucharon muchos pájaros, ese momento me inspiró el verso: “pájaros de los Alpes cruzando el mediodía”. La ciudad de las palomas, mi primer disco, es un lugar imaginario; y los pájaros del libro se me ocurrió como metáfora de una criatura extraña, un toque fantástico.

Los platillos volantes(2000) sonoros que aterrizan ahora en la trama del libro ¿Qué ocurre que te producen Dos clases de Insomnio?
Ja, ja, me desvelan.

Dos clases de Insomnio es el título de un relato tuyo. La escritura siempre te ha acompañado lo mismo que a Faraco cuando escribes: “Había empezado a escribir por el puro placer de jugar con las palabras, como si éstas fueran piezas de ajedrez o un puzzle (…) A los ocho años …”Sí, sí hay una pincelada autobiográfica. El primer cuento que escribí sobre los ocho años era sobre un gato, El gato travieso. De hecho, en una canción mía Arquitectura, del segundo disco, Platillos Volantes cuento cómo empecé a escribir. Y sí, lo hacía por jugar con las palabras.

Insomnio te produce la noticia publicada en Alt1040.com en la que se dice que la búsqueda de exoplanetas podría ayudar a evitar casos de ceguera?
Sí, lo he visto. Creo que es señal de los avances que se están produciendo y quién sabe tal vez en un futuro todo este tipo de cosas hay que buscarlas en el exterior y no en el interior. No sabemos lo que hay en el universo. No voy a entrar en teorías si hay vida o no, pero es que tampoco lo sabemos, puede haberla. Conocemos una parte mínima.


Los bares son grandes musas para el escritor y cantautor madrileño, lugares donde se fraguan muchas ideas. 

¿Algún brochazos autobiográfico más que puedas desvelar?
En la novela, no voy a decir que es autobiográfica, pero sí que hay mucho de mí. No sólo en el personaje de Faraco por el hecho de ser escritor, sino en otros muchos. Cuando vas escribiendo te proyectas en pinceladas. Te puedo decir que estuve en Marbella en el 78, era un crío, por eso ese episodio en el relato. Hay detalles, como la escena en que Curro, el niño con síndrome de Down se queda traumatizado cuando va al cine a ver La Bella Durmiente y habla de una cinta. Pues yo tenía una cinta con el cuento y es verdad que me producía cierto miedo escucharla.

El personaje de Deli , criatura perturbadora que ejerce atracción difícil de sustraerse, ¿un hechizo similar lo has vivido con Meli?
No, no. Deli es un personaje excesivo, una especie de medio Lolita. Si que es posible que para construirlo haya cogido detalles de chicas distintas que se han cruzado en mi vida, pero de Meli, no.
Como en Javier Cuenta nada es azaroso o gratuito, en ‘Cine Francés escoges a grandes músicos como Larry Martin para recrear la prestancia del jazz, ¿por qué Deli escoge el disco Dark Side of the Moon de Pink Floyd en casa de Faraco?
Porque de Deli no sabemos si es humana o tiene algo de alienígena. Al final seguimos sin saberlo. Es un personaje ambiguo. Una especie de Mantis religiosa que adopta esa actitud para liberarse de ese físico tan poco atractivo, algo deforme. Y por eso cuando va a casa de Faraco escoge ese disco ‘La cara oscura de la luna, tal vez de manera casual pero no lo es, en ella todo está premeditado.

Tienes una canción dedicada a Scarlett Johansson.En mi disco anterior Puro Vicio hay una canción que se llama Scarlett que está dedicada a su papel en Lost in Traslantion. Su imagen aburrida en Tokyo me dejó bastante alucinado como su historia soterrada con el personaje de Bill Murray. Más que a Scarlett está dedicada a su personaje en el film.

Si Scarlett la escuchase también la escogería premeditadamente.
Sí, es que no he sabido como hacérsela llegar. Contaba Aute que le había hecho llegar una canción a Sharon Stone, que le había escrito y ella había llegado a escucharla. Me gustaría muchísimo que la escuchara. He visto que tiene una web pero no sé si la gestiona ella. Si tengo oportunidad por supuesto que se la haré llegar.

Te he visto interpretando Chicas en patines en los Micros Abiertos del Café Libertad 8, de Madrid y me he quedado absorta de cómo tus dedos galopan por las cuerdas de tu guitarra.
Sí, sí eso me dicen que tengo una manera de tocar diferente, transgresora, como todo lo que hago. Un afán provocador de hacer algo distinto. En Café Libertad pasan cosas insólitas. Voy todos los martes y nos reunimos artistas, poetas, cantautores y hay un nivel bastante interesante.

Café Libertad suena a un buen atril para tus partituras a lo Nouvelle Vague?
De ahí han salido cantautores como Pedro Guerra, Javier Álvarez...

¿Galopa ya el videoclip de Chicas en patines?
Empezó a trotar un poco, pero de momento el caballo se ha quedado parado, ja, ja. No descarto hacerlo, teníamos una idea bastante ambiciosa, muy cinematográfico pero en estos momentos está aparcado.


En pocos meses, Javier Cuenca  ha recalado dos veces en Barcelona para promocionar sus dos obras.  

Ya que siempre concedes bazas ¿cuéntame cómo suena Cómo?
Una vez al mes en Café Libertad,en las sesiones de Micros Abiertos, el responsable Andrés Sudón, cantautor estupendo que te recomiendo encarecidamente, propone un monográfico con una palabra. De esas sesiones incluso se van a publicar discos. Es muy interesante porque te dan una palabra y tienes que componer una canción. Compuse Cómo. El estribillo dice: “Cómo quien tira los dados a ver que se tercia/ cómo quién borra las huellas que deja el pasar/ piso los espesos charcos de tu indiferencia/ me enredo en el crucigrama de tu voluntad”. El próximo taller será en abril y va ser con la palabra Dios.

¿Y qué te suscita la palabra Dios?
Uff, mitología, básicamente.

¿Eres de los que afirman: “Soy ateo por la gracia de Dios”?
Esa es una frase de Buñuel. Antes era más agnóstico, nunca he sido creyente, y ahora he derivado a un ateísmo bastante determinante. Hoy por hoy, me resulta bastante difícil pensar que realmente hay algo… si algún día se me demuestra lo contrario, diré estaba equivocado.

Con sólo una vida ¿habrá que vivirla intensamente?
Claro.

Un final desconcertante para una novela que quién sabe puede convertirse en un guión cinematográfico que se llegue a estrenar en los Alphaville, ahora Los Golem.
Bueno mi madre cuando leyó la novela una de las cosas que me dijo fue: “Javi aquí hay una buena película”.



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