viernes, 26 de mayo de 2017

Molina suena bonito pa' ti


Texto : Noelia Baldrich / Fotos: Molina





Suena, ¡cómo suena! arte, sin trampa ni cartón, tiene compás callejero y un toque a carnaval, y no le pongo etiquetas porque suena a Salaíta claridad, a libertad ¡corazón!, a verdad. Este músico roteño canta lo que piensa, piensa lo que dice, sigue lo que siente y siente…¡ay! siente lo que no debe. De ahí el guirigay musical que nos cuenta y canta, ni una chirigota resulta tan original. Una Guerra de letras y estilos que bombardean a la cabeza pero que apuntan al corazón. Es el cantautor perfecto para sensibilidades que necesitan de un rescate emocional, con una voz un punto canalla que camela, y un Veneno en los arreglos que engancha. Lo cierto es que desde que se bajó de El tren de los sueños, Antoñito está siendo todo un descubrimiento. Al pop andaluz le ha añadido un carnaval de estilos, turbulencias de cuerdas, metales, percusiones, un Patatín, patatán en el que no voy a detenerme porque, con razón, alguien dirá: “No me entretengas que prefiero escuchar”. Pues, ¡háganlo! les va a sorprender. Han sido dos años Reventao, acoplao a su guitarra, a su piano y a su trompeta, para entregar su alma y partirse la camisa en su primer disco en solitario, tras 13 años de carrera. Sin rendir cuentas a nadie, solo a El Hombre de la Carpeta, empieza su viaje musical en un nuevo tren en el que Ya no más sueños más que los suyos. Y es que tiene prisa, prisa por vivir tranquilo, con su bicicleta, su cafetito, su rompeolas y esas canciones que le buscan y no le dejan descansar. El single Yo soy pa’ ti suena tan fresquito que hay que hacerle un huequecito en el playlist; chelo, fliscornio, flauta, palmas y coros se antojan brillantes en Yo no quiero para mí, y un toque alegre y festivo es el compás de Suena Andalucía. Un trabajo conciso, convincente, que rebosa inspiración, sentió y sensibilidad y nueva esencia artística: Antoñito, Caballero de prosa, es ahora Molina, a su madre también rinde cuentas. Hoy, este músico, con apariencia de príncipe del sur, está en Barcelona y es pa' mí. Así que voy a rescatar a Molina para que me cante Déjame que te cue/ante (2017, Adriático Records).





Cuéntame ¿qué notas definen a Molina?
Es una persona madura, que ha crecido en lo personal y eso va de la mano en el plano artístico. Soy transparente y me gustan las personas y las cosas que son de verdad. Escribo lo que siento, siento lo que pienso y canto la mezcla de todo. Mi vida ha ido cambiando y mi música conmigo. Me doy cuenta que todos nos hacemos mayores, de que mi sobrina Sara antes me decía: “Titi, pan y agua” y ahora directamente: “Titi quiero ir al Burger King”. Cuando esto ocurre, te planteas que la vida es otra cosa y que lo importante realmente es la familia, los amigos, y, este Molina es su música y persona.

La portada es la verdadera esencia de Molina: tu trompeta, tu bicicleta y tu maleta.
Sí, esa maleta de la foto es la maleta con la que mi madre con trece años decidió dejar Sevilla, su tierra, e ir a Rota a trabajar. Allí conoció a mi padre. La trompeta es el principio de todo, empecé tocándola en una banda de música y ahí se me despertaron todos los sentimientos musicales. La trompeta me llevó a la banda, la banda al conservatorio, éste a la asignatura de piano, luego lo que sabía lo trasladé a una guitarra que me regalaron y ya me puse a cantar. La bicicleta es con la que doy un paseo y curo mis penas. Ahí está el principio de todo y creo que no debemos olvidarlo porque las cosas siempre vuelven al origen, y el corazón, también. 

¿Esta maleta no la habrás perdido?, tengo entendido que las pierdes con todas.
Todas las maletas, todas las llaves, la cartera, lo pierdo todo, es una asignatura pendiente, se me pierden las cosas y no las encuentro. Me encantaría ser un poco menos desastre. A mí me gustaría, pero a mi madre le fascinaría.




Siempre con las musas.
No lo hubiera dicho si no me lo dices pero es la verdad, siempre estoy en mi mundo y mis cosas.

Vamos al mundo de tu disco, ¿qué historias viajan en este tren musical?
Son las historias más sinceras que nunca he escrito. A nivel personal he evolucionado mucho y se refleja artísticamente. Un día me senté y me dije: “Me voy a dejar de tonterías y de hacer el idiota”. A veces tengo muchos miedos y, además, como soy libra me gusta todo, todo me entretiene y todo me envenena. Un día mi amigo Pedro Pimentel, mi guitarra y productor del disco, me dijo que le cambió la vida el día que se aceptó tal como es. Así que me planté y me pregunté “¿Yo que soy?” Soy una mezcla de todo lo que me gusta, todo lo que he aprendido y, toco como toco, canto como canto y escribo como escribo. Así me fui quitando etiquetas y sale Molina y estas diez historias. Las más sinceras cantadas a mi manera, sin preocuparme que nadie me diga: “Esta canción tiene un aire a...”. Es que me da igual, ha salido de mí así por algo y así voy a compartirlo con el resto del mundo.

Entonces Déjame que te cue/ante: ¿son historias de Antoñito o respiras otras vidas?
Respiro muchas vidas, me gusta estar cerca de la gente, conocerla y tengo la manía de meterme en su sensibilidad, sufrir cosas que creo que no me pertenecen pero no lo puedo evitar.

“La vida es como un piano, las teclas blancas son la felicidad, las negras la tristeza. Recuerda que las negras también hacen música”. ¿Con cuáles compones mejor?
La tristeza es lo que hace arrancarme y componer una canción, Cuando estoy alegre lo que me sale es mirar a un amigo mío, darle un abrazo y decirle "¡hermano qué suerte tenemos de tenernos!" Cuando estoy triste me da por coger la bicicleta, estoy rayado, agobiado, y al tiempo surge algo.




Tu primer grupo lo bautizaste “Salaíta claridad”, así Machado se refería a Cádiz,  ¿cómo definirías tu prosa?
Artesanal, muy callejera y muy urbana, de tú a tú. Creo que lo que escribo lo podría escribir cualquier persona siempre que sienta lo que yo siento. 

¿Qué músicos escuchas?
Tengo pasión por Alejandro Sanz, por Miguel Campello de El Bicho, Manuel Carrasco, Vanesa Martín, para mí la mejor escribiendo canciones, escucho todo lo bueno.

Un disco que Suena a Andalucía pero pimentado con una sonoridad rica y ecléctica, ¿habías experimentado antes con tantas turbulencias estilísticas? 
Hemos abierto las ventanas, las puertas, hemos quitado las cortinas y nos hemos dejado llevar, que entre aire y que salga. Es que no he tenido ningún prejuicio, he disipado cualquier duda: -“No he utilizado este ritmo porque...” ­ ­-“¿Por qué no?”. -“No, no voy a escribir una canción a esto” –“¿Por qué no?, si es lo que yo siento.” -“No, es que nadie va a conocer quién es El hombre de la carpeta”. -“Me da igual, ya se lo explicaré yo a todo el mundo”.

Explicaremos quién es, pero hay otro hombre que te hizo llorar durante la grabación, Chinchón. ¿Por qué te saltaron las lágrimas?
Mi Chinchorro de mi alma, es Antonio Bejarano, un pianista magnífico que ha producido la canción El hombre de la carpeta. Pues, le dije que metiera un piano y se la llevó a su casa y lo que hizo fue hacerme un arreglo genial. Se la pasó a unos grandes músicos, porque le apetecía, y la grabaron sin ningún coste. La trató con tanto cariño, con esos violines y ese ritmo nuevo..., algún amigo me ha dicho que suena a Bertín Osborne. Me da igual, me encanta, es una canción muy especial porque está dedicada a mi padre.

¿El hombre de la carpeta lleva ahora bajo el brazo tus discos en lugar de papeles?
El hombre de la carpeta lleva mucho tiempo llevando mis discos bajo el brazo. Mi padre es muy peculiar, charlatán, está muy orgulloso de su niño y lo manifiesta mucho por la calle. Le cuesta trabajo contener la emoción, es una persona muy expresiva, muy sensible. Soy más madrero, pero con mi padre tengo mucha confianza, como si fuera el padre de un amigo. Estoy convencido de que le hubiera gustado que terminara los estudios de música, pero, para él es más importante la persona que soy, eso le hace feliz.

A tu madre le has dedicado el nombre artístico, Molina, y he sacado punta a tus apellidos: ‘Caballero’ de prosa, y ‘Molina’ de melodías “de brisa y sol”, por la primera canción que te aprendiste, Adiós España de Antonio Molina.
“Tengo una copla morena hecha de brisa y sol...”, la escuchaba en un disco de vinilo que tenía mi madre y fue la primera que aprendí. A mi madre pienso dedicarle mi vida entera.

Yo soy pa’ ti, el single, viéndote y cómo cantas Molina ¿cómo puede ser que nadie te haya hecho un huequecito en su escalón?
El huequecito que me han hecho en esa canción es diferente. Me han hecho muchos tipos de huequecitos en la vida. Una mujer me ha hecho huequecito en su vida y lo he disfrutado mientras lo he tenido, ahora mismo no tengo.

Con este disco te van hacer un huequecito en el escalón, en la habitación y en el corazón.
Es complicado, creo mucho en el amor, y pienso que cuando llegue alguien es para el último día, y como eso yo lo sé, va a ser complicado.

Mientras tu pareja es tu sobrinita, Sara, con la que has grabado el videoclip.
Es que el huequecito del escalón de esa cosilla pequeña, hasta ahora, nadie me lo había hecho. Mi sobrino, Rafa, también, me llama Titi, pero como es niño es diferente. Sara, aunque tenga tres años, como mujer que es, es femenina y cuando quiere me echa cuentas, cuando no, no me las echa. Me tiene siempre envenenao. Pero cuando me hace el huequecito en el escalón es como otro mundo.

¿Qué tiene que tener una mujer para que te envenene?
Tengo que creerme que me quiere mucho.

Como tu mare a tu pare.
Exacto. En el momento que vea que alguien me quiere como mi madre a mi padre no voy le voy a pedir que sea más o menos cariñosa, que le guste el ping-pong, el fútbol, los caballos, viajar..., que sea rubia, morena, pelirroja, que pese 49 kilos o 112, es decir, lo único, que me quiera bien. 




En el videoclip acústico aparece el mismo camino con Mara en El tren de los sueños.
Sí, es como una continuidad de aquello. El videoclip es en Mairena de Alcor, pero el acústico es ese lugar entre Rota y Sanlúcar de Barrameda, donde hace tres años grabamos con Mara los últimos vídeos. Es como decir vengo con la bicicleta de esos caminos y a partir de ahí vamos a ir para otro lado, pero sé de dónde vengo y ya no se me olvida.

Pero Ya no más ser dos, ni sueños compartidos, ahora es Molina en solitario.
Totalmente. Necesitaba hacer las cosas a mi manera.

Ahora que el disco ha empezado a rodar y se tiende a etiquetar al músico que si Patatín, patatán ¿Cómo mejor te han definido?
Me han dicho cosas muy buenas de este disco mucha gente, pero me quedo con la mejor crítica, la de mis amigos. Son maravillosos, tengo mucha suerte, me ayudan a ser la persona que soy. Me dijeron que el disco era yo totalmente, en la forma de cantar, en el deje... He intentando con este trabajo que lo que yo vivo, con mi guitarra, en un sofá y con ellos cerca, después, cuando le den al play vuelvan a sentirlo. Tenía claro, cuando me puse con los arreglos y la producción, que no se podía perder ni un poquito de esa esencia. Cuando me dicen escucho tus canciones y te veo a ti, eso es lo que quería. 

Tengo la sensación que te has emocionado hablando de tus amigos.
Sí, mucho.

Con ellos echas ratos muy divertidos con la Chirigota. 
Este año hemos sido el primer premio de Rota, y la verdad es que la chirigota me quita mucho tiempo pero merece la pena. De niño, para mí, eran ídolos y tengo la responsabilidad, junto a los míos, de trabajar para que en febrero no falte el carnaval en mi pueblo. Mientras que la salud lo permita no faltaré porque se lo debo. Las chirigotas las escribimos con Iván, Quique, Adrián... entre todos intentamos salvar el asunto. 

Para mantener la salud no hay que perder el tiempo en tonterías ¿en qué no te gusta que te entretengan?
En guerras, no quiero problemas tontos con nadie. Si la vida nos lleva un problema gordo soy el primero en remangarme y decir ¿para dónde hay que tirar? Lo que la vida mande, pero que nosotros lo busquemos, no quiero. No quiero chismes de nadie, no quiero gente tóxica a mí lado. Me gusta la gente de verdad.

Sin embargo, abres el disco con Guerra.
En esa canción explico eso, Guerra no quiero y, más, cuando no te doy motivos, cuando lo que te doy es gloria bendita. No quiero problemas ni con amigos, ni en el trabajo... tengo muy poco tiempo de vida.

¡28 años, Molina!
Imagínate que me muero con 105, ya es poco tiempo, la vida pasa volando, muy rápido.

Hay que aprovechar los momentos, por eso, de todo el tinglado musical ¿qué es lo que sobrellevas peor?
Tener que irme de mi casa cuatro días y echar de menos al Yo soy pa’ ti, a Sara, a Rafa, a Toñi y a El hombre de la carpeta, a mi hermano Samuel, a mi hermana Eva, a mis amigos, a mi Lele, soy muy familiar. No me veo viviendo fuera de mi pueblo nunca. Me veo cogiendo aves y trenes pero no viviendo fuera. Barcelona me encanta y la gente me trata con tanto cariño, pero, si quiero sacar estas canciones no puedo estar aquí.


Los tatoos dibujan un mapa sentimental, descíframe algunos para conocerte mejor.
Esta es la firma de mi padre porque, cuando era pequeño y lo veía firmar, era como un superhéroe. Este, es la parte que más me gusta de Rota: el faro y el callejón para ir al espigón. Una taza de café que me recuerda a mi madre porque siempre deja café hecho para cuando llegue. Y cuando no me lo deja,  le mando una notita de voz de cachondeo: “Muchas gracias por el cafelito que me has hecho”. El barco de papel que pone Rota, un barco que nunca se hunde. Todos los instrumentos de mi vida. Titi como me llaman mis sobrinos. Un jazmín, la flor de mi abuela María; un trébol de la suerte, también lo llevan mis amigos... hay más. Esta gaviota porque pienso que soy como ella, lleva un pescadillo en el pico para comer pero nunca se lo come en el sitio, siempre busca a su familia para compartirlo.

¿Dónde vas a estar comiendo con los próximos conciertos?
Vamos a estar dando vueltas. Ahora Palma del Río, Córdoba; Dos hermanas, Sevilla; Málaga, volvemos a Córdoba, a Huelva, a Palma del Condado, estamos cerrando los conciertos de verano.

¿Qué ilusiones viajan en el tren de Molina? 
¡Uf! La ilusión de estar vivo y tener salud. No le pido a la vida rollo particular, no. Le pido las ganas que tengo ahora mismo de vivir y salud para toda la gente que conozco y esté cerca mío. Y lo que tenga que venir... Estoy feliz, ahora mismo, porque soy consciente de todo lo que pasa y que el único secreto en esto es trabajar. Hay que coger la guitarra, en el coche hay que montarse, hay que ir a sitios y, hay que ir feliz porque tengo salud ¡Qué más se puede pedir!, con la gente que está pasándolo mal en un hospital. 

Un músico que ha arriesgado y ha afrontado el miedo de dejar el Tren de los sueños ¿a qué teme más a un triunfo descontrolado o al fracaso?
Hombre... me asusta el fracaso, pero es que no me veo ni fracasando ni teniendo tanto éxito. Pero, ¿qué es el fracaso? ¿qué no le gusten las canciones a mi gente? Bueno, pues haré más hasta que les guste. Y si el éxito llega muy grande no le tengo miedo, estoy rodeado de un equipazo, rodeado de los mejores.

Con Adriático Records.
Sí, con Lola Triana, una mujer que me ha enseñado muchas cosas, sobre todo, que lo único en esto es trabajar y cómo cree en mí, todo el equipo. Y en Córdoba, tengo toda la familia de Espectáculos Doblea. Después, mi compañero de viaje, mi Lele, que, además, es mi psicólogo personal. Mis amigos, mi familia. Estoy bien rodeado para recibir lo que tengamos que recibir: si es éxito, intentaré cuidarme más para estar a la altura, y, si viene que a la gente no le gusta lo que hago, haré más hasta que guste.

Psicóloga, la música.
Soy muy buen psicólogo para los demás, pero muy malo para mí.



     

Facebook: Molina
Twitter: @MOLINAmusik
Instagram: Molina @a._molina

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