domingo, 2 de julio de 2017

María Aguado: "Contar con Barei ha sido un acierto"


Texto: Noelia Baldrich / Fotos María Aguado






Es como es, un terremoto que con su voz y su fe ha sido capaz de hacerse un rincón en el panorama musical. Fue en 2010 cuando, con 18 años, latía su primer trabajo, y Más allá del amor y del desamor en Por quién doblan las palabras, su pop rock íntimo respiraba todo una declaración de principios: “Llevaré lejos mis sueños mientras los pueda cantar y si se acaban, tendré otros que inventar”. Tiempo al tiempo (2010) los sueños de esta cantante talaverana, de aspecto angelical pero de temperamento letal, tomaban forma. Pronto hizo doblar las ventas posicionándose en el número uno y se alzándose tres veces como artista revelación. Lo revelante es que con 3 años, frente al espejo y sacando humo el secador, brillaba como La reina del salón, con un tema de Félix Crespo, que No por nada, pero que luego incluiría en su segundo disco, Me toca a mí (2012). En su segunda entrega la Superstar shine tocaba con descaro el dance en una propuesta con grandes dosis de verdad. A su abuelo Lalo le regala su voz En fronteras diferentes, porque fueron muchas las ocasiones que cantaron los dos. Los sueños se iban materializando, esta vez entraría en la lista de los quince discos más vendidos y actuaría en México, ante miles de personas, en el Zócalo. Aplaudida por la crítica, el público y “los coquitos” ponía rumbo a su tercer disco, Mi rincón (2015), con una gran producción de Pablo Domínguez (La Quinta Estación), grabación entre los Angeles, DF y Madrid, y Sony Music en la distribución. Sin miedo a andar, demostraba que tanta entrega le llevaba una vez más a un buen final, top 10 de ventas nacionales. Y es que para avanzar, además de luchar, es imprescindible una minuciosa preparación, lección que aprendería de afamado profesor de canto Robert Jeantal. Mujer valiente, como sus canciones, presenta ahora batalla con un nuevo single. Un hit de pop rock fresco compuesto por Barei, capaz de mover las estrellas para hacer brillar la suya. María Aguado rompe los esquemas con su as veraniego Surjo de la nada. (2017, M2MusicGroup).


Nada surge de la nada ¿Cómo aparece entonces ‘Surjo de la nada’?
En una comida con una amiga que conozco desde 2011 y que aparece en Objetivo Eurovisión. Le dije que sería ella la escogida y ella insistía que “no”. Le dije: “Barei vas a llegar, vas a ganar y vas a ir tú a Eurovisión”. Lo dejamos así para encontrarnos en una próxima comida. Resultó que fue la escogida y va a Eurovisión. Nos volvimos a reunir para comer y me preguntó qué iba a hacer después del tercer disco. Le dije que estaba componiendo, escuchando canciones y que quería sacar single por single antes de lanzar un cuarto disco y me ofreció canciones suyas. Me mandó dos. Uno de ellas Surjo de la nada. La escuché y me encantó. Así que, feliz porque Surjo de la nada aparece de la nada, de una comida, de una amistad, y espero que sean muchos más momentos así que me puedan traer buenas canciones como esta.

(Vídeo-resumen entrevista)



Te sentiste muy identificada con la letra.
Muy identificada. Siempre he dicho que mi música es para gente valiente y Surjo de la nada habla de eso. No hay nada mejor que ser uno mismo, creer en uno mismo y quererse a sí mismo. Y sí, el camino es muy difícil, hay muchas piedras, zancadillas, personas con manos negras y no sé qué, pero, realmente, si tú crees en lo que haces y en ti misma y de quién rodearte al final sales airoso. Y si caes tienes que volver a levantarte, resurgir.

"Soy como soy" ¿qué notas definen a la María Aguado artista?
Soy como soy y sé lo que hago, sé cómo canto, sé quién soy y sé que soy cantante, no modelo. 

¿Cómo se consigue brillar cada vez con un trabajo nuevo? 
Creo que cada canción, cada single, cada disco que hago intento superar lo que hice anteriormente. Mi carrera es como una pirámide, para llegar arriba no quiero que nadie me regale nada, quiero subir escalón por escalón, y escalón que suba peldaño que tenga asegurado, que por mucho que pese lo que sea no pueda caer porque el cimiento está bien asentado. Mi energía, mi entrega es total para seguir superándome en cada trabajado.

¿Y cómo se rompen esquemas?
¡Uf! es complicado reinvertarse. Con Surjo de la nada hemos conseguido un sonido nuevo actual, muchas veces nos ayuda el equipo. Trabajé en el anterior trabajo con Pablo Domínguez para seguir superándonos, cada productor tiene su esencia, pero sí que es cierto que vamos completando quién es María Aguado o, cada vez, tengo más seguro el sonido que quiero utilizar o cómo quiero cultivar lo que viene después. Ahora mismo acompañarme de Barei y Rubén Villanueva, en la producción, ha sido un acierto porque han aportado novedad y un sonido más actual de lo que yo venía haciendo.

¿Qué destacarías de este nuevo sonido?
Destacaría, además de que es muy actual, que es muy personal, me siento muy identificada, no solamente en la letra, historia, personaje, sino el sonido. El toque fresquito de verano está dando a entender por dónde va ir lo siguiente de María Aguado. Creo que hemos roto ese esquema de lo que veníamos haciendo de pop rock antiguo y, sí, ahora vamos innovando con sonidos actuales un poco más electrónicos. 

Una canción para valientes.
Sí, si no la siento al cantarla no la hago porque yo canto de mi corazón a tú corazón. Si yo no me emociono, no me creo el personaje de la canción, yo no te voy a emocionar. 

¿Cuánto de valiente tiene interpretar canciones que se convierten en espejo del alma?
Es muy duro afrontar una pérdida, por ejemplo, y cantarla en una canción, una y otra vez, emocionándote sin que te hunda, es muy difícil. También, llega un momento que si te emocionas muchas veces terminas haciendo callo y deja de doler, entonces es como que pierde emoción esa canción. Yo me preparo la misma canción con tres emociones diferentes: con un estado anímico súper alegre, eufórico; a medio gas, y otro muy triste. Es un trabajo de cabeza, corazón, estomago y garganta, porque superar el nudo a en la garganta es algo complicadísimo. Aprendes a superarlo y seguir cantando ese sollozo. Si preparas esos tres espejos es más fácil.




Aquí intuyo mucho trabajo del psicólogo Roberto Aguado.
Sí, mi padre es un psicólogo prestigioso, soy fan de mi padre. Me he sentado muchísimas veces en sus rodillas, cuando estaba de charla con sus colegas o estaba escribiendo un libro, y “¿papá esto por qué?” He escuchado mucho a mí padre, sin aburrirme, desde pequeña. Si no hubiese elegido ser cantante hubiera estudiado psicología. La canción es un poco terapia para mí y para muchos. Celebro cuando la gente se siente identificada porque hago música para compartir. Creo que el haber tenido a mi padre experto en emociones me ha ayudado y me ayuda.

¿Alguna frase de tu padre que lleves como lema?
Sí, la tengo colgada en mi web “Ser valiente es una elección, hay otras opciones”. Cada uno afronta las situaciones de una manera. Yo he afrontado muchas situaciones en el mundo de la música y volvería a pasarlas, no me arrepiento de nada porque soy quien soy por todo lo que he vivido. No cambiaría nada.

“El fracaso está ligado a no saber, y el éxito a fracasar sabiendo”, Roberto Aguado. Procesar que en toda derrota hay una victoria.
Eso es.

“Con mi voz y mi fe soy capaz de mover las estrellas de lugar”, ¿En qué consiste la técnica de Robert Jeantal?
Con Robert Jeantal llegas a conocer tu aparato, tu garganta, llegando a notas inalcanzables, complicadas. La técnica diafragmática, que todos utilizamos en el mundo de la música, pero él la trata con cierta magia y sabiduría porque, además, de profesor de canto es logopeda y foniatra. Sabía perfectamente si yo tenía un escape de hiato o tenía que subir más en cúpula… Cuando entendí que el paladar era la “cúpula”, “su cúpula” -esa iglesia con un eco tremendo- y representar la posición con la garganta… me parecía que escuchaba ¡matemáticas! Es algo maravilloso, se me ha quedado muy grabado, con todo el cariño del mundo te decía lo qué y lo qué no podías hacer.

El videoclip habrá sido más sencillo. Si fuera una fotografía ¿qué intentáis transmitir?
Surjo de la nada es ese momento en el que te caes. Yo me imaginaba ese camino de piedras en el que tropiezas y caes, te haces daño, pero te levantas. Quería que fuera en un pista de aterrizaje pero no pudo ser, pero sí conseguimos drones. Trabajamos muy a gusto. Lo que quería desvelar en este videoclip es que por mucho que parezca que todo está fuera de sí, por mucho que parezca que está todo destruido, que estamos todos muy tocados y muy blanditos, la figura es firme, es potente. Esos bailarines que se acercan a mí son esas personas que escuchan mi canción, sacan energía, fuerza, garra. Y mi figura es muy firme, segura. Quiero que la gente se ponga en mi imagen. Todo alrededor está derruido, todo perdido, no hay nada que hacer pero si yo creo en mí el resto da igual como este. 

"Una guerra sin rival que no vive nunca en paz". ¿Cuáles dan más guerra las propias o las externas? 
Las que tenemos con nosotros mismo son complicadas porque no te permites ver la realidad, pero hay guerras que no dependen de ti y que tienes que lidiar mucho, con mucha gente. Y ahí se me pone la cara tensa porque ha habido momentos de decir: “Esta gente que ha venido a formar parte del equipo y no son parte de él están echando a perder todo el trabajo”. Ya no hablo de lo económico sino de emociones. A mí me desgasta más no la tarjeta de crédito sino lo emocional, lo psicológico me mata. Si yo te quiero y me haces daño, me da igual que me hayas robado hasta mi casa, pero si en mi casa estaba mi perro me va a doler mucho más que si te quedas con cinco casas más que tenga. Me quedo con el perro. Cuando me entrego, me entrego de verdad.

Y que te toquen a Paco…
¡No! Que me toquen a Paco, muerdo a quién haga falta. ¡A mi perro no lo puede tocar nadie!

Quienes te levantan mucho el ánimo son los “coquitos”, tus fans. Girando con tu tercer disco, Mi rincón, ¿en qué rincones pueden verte?
Sí, estamos en el World Pride; el día 6 en Collado Villalba, Madrid, con el Festival Los40 Principales; el 20 en Pontevedra… En la web y redes pueden consultar las fechas. Lo que estamos haciendo, es dando una vuelta a las composiciones de Mi rincón, un disco que entregué mucho de mí. A los mejores éxitos les damos una nueva imagen.




















¿Una relectura?
Sí, un nuevo sonido, toque. Del 2010 hasta ahora ha cambiado mucho mi forma de pensar, mi forma de transmitir, vocalmente he cambiado mucho. Así que aunque hayas visto un concierto de María Aguado en 2014, hoy no vas a ver el mismo, porque lo hemos reformado todo. Cada concierto es diferente.

En Mi rincón compusiste cinco temas junto a Pablo Domínguez ¿sigues componiendo para un cuarto disco? 
Sí, y luchando, trabajando y recibiendo canciones, porque me gusta hacer mía una canción que no lo es. Es complicado, pero me gusta mucho capturar y recibir canciones que no son de autoría propia. 

¿Tienes pensado algún dueto con alguien?
Dueto como tal no lo sé, pero sí que me estoy reuniendo con Fran Fernández, estamos mirando agendas. Lo adoro, lo vi en directo por primera vez y me dije “tengo que hacer algo con él” y, luego, casualmente trabajamos en la misma compañía. No solo en la composición sino a la hora de cantar juntos, me encantaría.

Si tuvieras que capturar un momento de tu carrera, ¿cúal sería?
¡Uf! Me quedaría con más de uno pero hay un concierto clave y emocionalmente terrible. Fue en el hospital de parapléjicos, en Toledo. Era un domingo en que iba a actuar en el polideportivo y, solamente, venían los residentes y familiares. Solo entrar, vi bebés sin movilidad y fue un golpe súper duro. Cuando terminamos, mi banda continuó tocando y yo bajé a la pista entre las camas, las sillas de ruedas, los familiares, los enfermeros… terminamos todos bailando. Me quedo con esa imagen: inmóviles nos movimos, y nos movía lo mismo: la emoción de la música y del directo. La música mueve y mucho.

La música hacer surgir de la nada lo que parece que no existe.
Alguien que cree que ni siente ni padece o que se define como frío, esa persona también tiene una canción en su vida que le remueve por dentro.

¿Cuál es la tuya?
Tengo varias, pero Te dejé marchar de Luz Casal, me parece un temazo. De las mías Me cansé, que habla de la violencia de género. Por suerte no he tenido ningún caso cercano pero, ojalá, sea un tema que quede en el pasado y deje de ser presente.

Podemos acabar con Feeling good de Nina Simone.
Por ejemplo, totalmente. La admiro, la he escuchado muchísimo.



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