Texto: Noelia Baldrich / Fotos: Adriático Records
Ese hombre tan afable, galante y divino, que era un gran necio, caprichoso y egoísta, y que sin pretenderlo le granjeó a una jovencísima sevillana su primer disco hará unos quince años, reaparece de nuevo con los mismos aires de engreído en el nuevo álbum, de aquella cantante que con su arte de flamenco y rumba acabó dándose a conocer como La Húngara. Aquel susodicho payaso vanidoso, pocas veces cariñoso, que la Jurado hizo famoso, viene vestido, en el decimoséptimo trabajo de esta andaluza más rubia y más Loca, de un Amor gitano cubierto de engaño. Resulta, que entonces no sé dio La media vuelta para desaparecer, sino que se quedó entre bambalinas para regresar ahora con palabras de papel, ‘mu’ mala lengua y queriendo estar siempre de fiesta. Nadie va a creerte o Siempre estás de borrachera, retrata ese amor insufrible que a las mujeres convierte en un cero a la izquierda. Y Mira que la de Écija está de buen mirar ¡Qué cara más bonita! tiene esta sevillana, más andaluza que el gazpacho, que de niña tenía a los vecinos ‘mareaítos’ con tanto canto. Sus padres para sacudirse los sopapos del vecindario respondían: “¿Esa?, esa niña es de los húngaros”. Su debut discográfico vino, por aquellos días, de la mano de otro hombre, esta vez bueno, un cazatalentos el productor Francisco Carmona, que se convirtió en su padre musical y con el que desde entonces siempre trabaja. Y como no hay dos sin tres, junto a ‘Ese hombre’ y Carmona, dedica una glosa en forma de canción al mismo al que le dedicó su primer disco en 2001. No hay artista más grande en el flamenco, Como tú, Camarón. Pero Entre tú y yo, para esta Guerrera de Corazón flamenco, artista y madre precoz, no hay amor más importante que el de sus dos luceros. A su Laury y Sonia les dedica Déjame volar y Mi niña chiquita. Dos estrellas que, también, brillan acompañándole en la voz. Y cómo no, no podía faltar su sol, Mohamed, su pequeño adoptivo de color moreno, al que le canta Te como tu cara (2015), un corte que pone, también, al álbum nombre. Vean, las vueltas que da la vida, aquella quinceañera que empezó dando clases de baile, con su vespino rosa pa’ arriba y pa’ abajo, que en el karaoke de Cali encontró la suerte en un hombre arrogante, trae nuevo perfume sonoro con las mismas esencias de aquellos tres varones que hace veinte años su carrera discográfica impulsaron. Como diría Gardel en su tango veinte años no son nada para una artista como La Húngara, que tiene la fortuna de poder decir “vivo cantando”.
'Te como tu cara', es un regreso a la esencia de La Húngara de los principios cantando al desamor, a Camarón, a sus hijos. |
¿Qué son veinte años de carrera musical?
Pues ahora mismo que lo acabas de decir me he ‘parao’, he ‘mirao’ para atrás y he dicho: ¡Madre mía! ¡Si que llevo años! Me he acordado de la primera vez que estuve aquí en Barcelona, que fue en mis comienzos y venía con tantas ganas y tanto miedo a la vez. Ganas por triunfar y miedo por no saber lo que me iba a encontrar. Pero es verdad ese tango, veinte años no es nada, porque he mirado ahora para atrás y he dicho “se ha pasado volando”.
Y sin embargo, estás en la flor de la vida ¿en qué momento profesional se encuentra La Húngara?
En un momento en que sé lo que quiero hacer, he aprendido con el tiempo lo que a mi público le gusta, lo que busca de mí y, también, estoy con muchísimas ganas. Hacía tiempo que no grababa y estoy con ganas de reencontrarme con las emisoras de radio, las televisiones. Con ganas otra vez de dar de qué hablar. De que se enteren de que La Húngara sigue aquí.
La ilusión de los comienzos ¿se mantiene o cómo la renuevas?
Lo digo siempre, tengo la misma ilusión de cuando empecé. La misma ilusión de aquella niña con veinte años que se metió en un estudio a ver lo que pasaba. Tengo la mismísima ilusión, pero con el saber de veinte años de carrera.
Te como tu cara , ¿cómo son los rasgos musicales que dibujan el perfil de este disco?
En este trabajo he querido volver un poco a mis comienzos, a las letras que a mi público le gustan. Después de tantísimo tiempo y tantos conciertos me he dado cuenta de lo que quiere mi público. Mis seguidores han vibrado mucho con mis primeros discos Me duele el corazón, Yo soy canastera, Es un bandolero y creo que lo que me pedían era eso, que volviera a las letras de verdad, que cantando les transmita mensajes. En este disco cada canción es un mensaje diferente, siempre cantándole al desamor que es lo que me gusta y mejor defiendo encima de un escenario. Al amor me gusta cantarle pero cuando lo hago al desamor como que me hago más grande.
¿Te sientes más identificada interpretando el desamor?
Sí, lo vendo mejor.
¿Qué tiene que tener un hombre para enamorar a La Húngara?
Uff! Pues mira antes me podían enamorar de cualquier manera porque, tú sabes, la inocencia. Ahora me he vuelto muy exigente, pero, sobre todo, después de tantísimo tiempo y sufrir tantísimo te puedo decir que lo único que pido es que me respeten, que me quieran y sobre todo que no me engañen.
A un Amor Gitano al que le dices date La media vuelta, ¿puede convertirse en amistad?
No, imposible, no. Cuando se acaba una relación se acaba, se acaba. En el amor yo me entrego al máximo entonces luego es imposible amistad. Para mí, eso no existe. Eso en las películas pero en la vida real de La Húngara, no.
Los tres hombres de tus inicios de alguna manera están aquí presentes, ¿cómo ha sido la vuelta a esos días del ayer?
Francisco Carmona ha sido desde mi primer disco mi productor y jamás he querido cambiar. Me han llovido ofertas de muchísimos productores pero la clave de La Húngara está en Francisco Carmona y Sonia Priego.
Cambiar de discográfica, ahora con Adriático Records ¿ha imprimido un nuevo sello en tu estilo?No, de eso se trataba. De encontrar una casa discográfica que quisiera a La Húngara pero que la dejara trabajar a su manera y hacer lo que La Húngara quisiera hacer. Por eso elegí a Lola Triana de Adriático Records porque me daba lo único que yo pedía. Me llovieron ofertas de muchas otras compañías, unas me daban más que otras, pero, sobre todo, yo quería hacer un disco y que me lo dejaran trabajar a mí. Entiendo que las compañías cuando cogen un artista nuevo quieren imprimirle su propio sello, hacerlo a su manera, pero ten en cuenta que La Húngara, después de veinte años, tengo mi nombre, mis seguidores y mira gracias a Dios sin disco en la calle yo he seguido trabajando. Entonces me parecía absurdo cambiar el concepto de La Húngara. Si funciona… cuando deje de funcionar pues me inventaré otro nombre y empezaré con otra cosa. Pero si funciona porqué cambiar.
¿Con qué método de trabajo funciona La Húngara?
En este disco, desde el primer momento que empecé a seleccionar temas, he pensado en mis fans. En los conciertos, según donde actúe, sé lo que el público me va a pedir, por eso he querido en este trabajo darles lo que quieren de La Húngara. Los primeros comentarios una vez ya han escuchado el disco han sido “ésta es La Húngara de siempre”, “esto es lo que queríamos”, “olé tú, has vuelto”. Es lo que a lo mejor antes no he podido hacer por exigencias de las casas discográficas y demás. Pero esta vez me metido y he hecho lo que realmente creo que a mi público le gusta.
Sonia Priego, La Húngara, en una imagen promocional del nuevo trabajo en el que han colaborado Los Chichos. |
No, no, siempre en mis discos compongo algo. El tema que todo el mundo conoce Húngara es mío. En todos mis discos he metido la pinceladita. Me encantaría poder hacer más pero no tengo tiempo. A veces cuando me viene la inspiración estoy liada con otra cosa. Además de artista soy madre de mis dos niñas, de mi Mohamed, una familia muy grande detrás, programas de radio, televisión, un poco de lío. Pero la verdad que cuando me viene la inspiración a la gente le suele gustar. En este disco te vas a encontrar historias de verdad. Yo no canto al sol, al amacecer, sino al hombre que abandonó a la madre soltera, al niño que te abandonó por otra… Me gusta contar historias de verdad y que el pueblo se sienta identificadas con ellas.
Para representar a ese engreído, te has ido a buscar al máximo exponente, el popular Rafa Mora.
Ja, ja. La experiencia de grabar con él en el videoclip ha sido maravillosa. Esa imagen que da él en televisión de chulesco no tiene luego nada que ver. Es un niño con un corazón que no le cabe en el pecho, muy auténtico, nada del personaje que él ha creado y que es lo que vende y que a las niñas vuelve loca. De hecho, mi hija Laury es su fan número uno. Y además ¿a qué mujer no le gusta el típico hombre que no chulee? Somos todas iguales, aunque luego defienda que somos las mujeres las que mandamos, mentira todo. Luego nos vuelve loca el típico que llega y nos da por aquí, por allí y dices ¡madre mía!
El que nos pone nuestro mundo del revés.
Exactamente. Que te cambia tu mundo y te lo pone del revés y dices ¿pero cómo me ha ‘llegao’ a mí esto y me ha puesto ‘to’ boca abajo. Pues eso nos vuelve locas. Pero la verdad que con Rafa Mora una experiencia muy bonita, es un encanto de persona, un pedazo de actor porque se prestó a todo y lo bordó.
Bautizas el disco con el corte dedicado a tu niño Mohamed ¿algún significado especial?
El disco se llama Te como tu cara porque es una frase que yo digo mucho. Cuando sube cualquier niña al escenario siempre digo: “Ay! Qué bonita, te como tu cara”. Todo el que me conoce sabe que es una frase a la que recurro mucho. Y luego surgió el tema de mi Mohamed y el estribillo “te como tu cara”, entonces decidí que el disco se debía llamar así. Por mi frase ‘coletilla’ y porque mi niño ha marcado un antes y después en la vida de La Húngara y en la vida de Sonia Priego. No podía llevar este disco otro título que no fuera ese.
La historia con tu Mohamed es digna de cuento, que hay que contarla.
Sí, yo creo mucho en el destino, creo que todo está escrito y estaba predestinado que a mi niño me lo encontrara. A él, yo le hacía muchísima falta y él a mí, también. Estaba de vacaciones con mis niñas paseando por el paseo de Chiclana, y mi Sonia quería hacerse la típica trencita que hacen las negritas y la madre de mi niño, las hacía. Estaba debajo de un árbol del paseo, sentada en un poco de sombra y llevaba a mi niño como suelen llevarlo las madres de Senegal, ‘amarrao’ atrás. Yo ni me había dado cuenta que lo llevaba. Pero cuando se agachó para recoger del recipiente las bolitas para las trencitas fue cuando mi niño me miró, fue un flechazo.
Y hasta hoy.
Yo le dije “déjamelo” y ya no he podido separarme nunca más. Ese día lo cogí me lo llevé al bar, le di de comer, me lo llevé a la playa, a dormir la siesta, la merienda y a la hora de soltarlo no lo solté hasta que por la noche se quedo dormido. Dije que mi niño ni se lo llevaba más nadie, no pasaba ni más frio, ni hambre, ni calor. Y me lo llevé, me lo llevé y hasta hoy.
¿Tiene pellizquito flamenco?
Mi niño sí, le gusta Camarón de la Isla, para que te quedes muerta.
A Camarón vuelves a recuperar en este disco.
Sí, porque después de tanto tiempo sin grabar, como mi primer disco A Camarón me dio tantísima suerte y me ha gustado siempre mucho Camarón como buena flamenca que soy, en este álbum he querido meterle también un pequeño homenaje a él, a ver si me da la misma suerte que me dio en el primero.
¿A quién te gustaría decirle “vamos a intentarlo sobre un escenario”?Me encantaría con uno de los grandes, compone como nadie, canta como nadie y es Parrita, de aquí de la tierra. Me encantaría porque pienso que como compositor de flamenco no hay nadie como él y cantando… es que soy fan, fan.
Con mujeres no compartes escenario, pero con tus hijas, sí.
Ja, ja, te has ‘estudiao’ bien, ja, ja. Siempre digo que yo a nadie, a nadie, ni más nueva, ni más vieja le permito que me haga un poquito de sombra, ja, ja.
Rasgo de los acuarios, carácter controvertido, innovador, revolucionario…
Soy acuario y, sí, somos así, nadie nos entiende, la gente piensa que tenemos un poco de locura. Así, que yo no le dejaría hacer sombra a nadie, pero a mí hija sí, la única.
Con Laury ya habías cantado pero ahora se incorpora Sonia O’Hara, por primera vez. Curioso nombre con aires de Lo que el viento se llevó.
Sí, quería llamarla O’hara pero para bautizarla tuve que ponerle un nombre antes. Es un nombre que después mucha gente ha seguido poniéndole. Cuando la escuché cantando no me lo creía, porque ella ha sido siempre muy vergonzosa y el flamenco como que no le gustaba mucho. Pero fíjate, dio un vuelco, empezó por bailar flamenco, es un ‘peazo’ de bailaora que se arranca por bulerías que te mueres. Cuando le propuse grabar un tema el disco me decía: “Ay, mami cómo voy a grabar si yo…” y cuando abrió la boca y cantó nos dejó a todos locos. Porque tiene una voz muy dulce y luego de oído está pasada.
Van a empezar a irse de tu vera, Déjame volar ¿cómo lo lleva la que voló muy rápido?
Fíjate que mi Laura es la grande, tiene 20 años, es más familiar, muy mía. Mi Sonia, como buen sagitario, es muy independiente, ya tiene decidido que va a estudiar fuera y es la que me da más miedo. Este tema refleja también el cambio de niña a mujer. Ella ya tiene trece años, se maquilla, se pone tacones, quiere salir, quiere entrar… Se compara como su hermana Laura, pero es que la hermana ya tiene veinte. Muchas madres que escuchen este tema se van a sentir muy identificadas.
Si tuvieras que dejarles una frase como equipaje de vida, ¿cuál sería?
Uff! Con mis niñas hablo mucho y les cuento la vida como es. Mi Laura gracias a mi experiencia es una niña listísima, no se le para ni una mosca. Les cuento como son los hombres, que ni todos son buenos, ni todos malos, que hay que darse a respetar. A mi Laury le decía una cosa desde chiquitita: “Las mujeres somos como la fruta. Si tu vas a una frutería y te encuentras a un tomate que todo el mundo a ‘tocao’ y ‘manoseao’, cuando llega alguien a comprar tomate ¿qué tomate quiere?, ¿el que está ‘manoseao’? ¡No!, sino el que está allí muy bien puesto”. Y yo se lo repito y siempre me dice “estamos siempre con el tomate”, ja, ja. Entiendo que el mundo ha cambiado y las mujeres somos muy liberales pero la mujer ha de darse siempre un poco a valer y sobre todo eso, ser una señorita.
El recuerdo más querido de los años de la señorita Sonia Priego.
Recuerdo siempre en mi casa cogiendo todo lo que tuviera forma de micro y yo me ponía a cantar. Tenía una amiga Rosi, que hoy es un pedazo de bailadora Rosa María Rodríguez, 'La Chana', y recuerdo que no jugábamos a las muñecas, no, no, jugábamos a ser artistas. Yo la presentaba: “Con todos ustedes una pedazo de bailadora”. Y cuando a ella tocaba presentarme, yo me hacía con cualquier cosa una bata de cola y cantaba por Lola Flores, María Jiménez, Isabel Pantoja. Y eso es lo que a mí me gustaba. Poníamos música y hacíamos playback. Esos son los recuerdos que yo tengo. Empecé a bailar, me apunté a una academia, luego a todos los concursos y castings que había me presentaba. He sido una niña inquieta.
La andaluza más rubia, regresa con un look más sofisticado y sensual para de claro que viene pisando fuerte. |
He tenido muchos, pero tengo dos muy especiales. Cuando sale mi primer disco me voy de vacaciones a Matalascañas, Huelva, cuando entro por el paseo marítimo en todos los chiringuitos estaba puesto mi disco. Recuerdo que llevaba a mi Laura de la mano y me decía: “mami esa eres tú, ese es tu disco”. Era como un sueño. Y luego por la noche, también se escuchaba. Fue ese verano cuando me di cuenta que estaba pasando algo. El disco que había grabado con la ilusión para que la gente de mi pueblo lo escuchara, había salido del pueblo y se oía en otros sitios. Y otro momento muy, pero que muy bonito, que no se me olvidará jamás, fue la primera vez que me subí a un escenario y venía público a ver a La Húngara y no solo venía a verla, sino que cuando La Húngara empieza a cantar todos lo que estaban abajo se sabían las canciones. Aquello fue impactante.
¿Y peor mal sabor de boca?
En mi carrera gracias a Dios, voy a tocar madera (toca la mesa del estudio) no he tenido un mal, mal momento. Sí que a lo largo de mi carrera hay veces que te llevas desilusiones pero soy muy echada para adelante y soy muy dura. Aunque a veces te has ilusionado con algo y después no ha salido, nunca he perdido las ganas y la ilusión.
Supersticiosa, sus pulseras son sus amuletos. |
Tocando madera, la última superstición que has incorporado y la que siempre te acompaña.
Soy muy maniática, mi madre con esto de la superstición es una cosa… no se puede dejar las tijeras abiertas, no se puede barrer de noche, no puedes dar vueltas a algo que hay en la mesa… Eso me lo ha inculcado un poquito a mí. Y yo, fíjate, te vas a quedar muerta. Siempre llevo cositas en mis pulseras como este lacito rojo que llevo siempre. También rosarios que llevo ‘colgaos’ son de la Virgen del Rocío y son por promesas, el día que se me cumplan todo esto se lo dejaré a la Virgen, allí en la ermita. Pues, mira, deshaciéndome mis coletas se me ha enredado la goma en esta pulsera, pues no me la quito. Podría cortar la goma y fuera, pero me digo que no, que esto está ahí por algo. Hasta en una televisión se ofrecieron a cortármela y no. Eso tiene que tener un significado. Soy muy supersticiosa.
Polifacética, has hecho radio y televisión ¿algún otro campo que te gustaría explorar?
Me encantaría algo como una serie de televisión. Oh! Una telenovela me encantaría, ja,ja. Me iría a Televisa y que me cogieran allí para hacer un papelito de mala, de buena, me da igual, además lo bordaría porque yo en mis conciertos soy muy actriz. Cada historia que canto te la interpreto al milímetro.
Cuando tienes tiempo libre, ¿en qué lo ocupas?
Tiempo libre tengo muy poco, pero cuando lo tengo me gusta estar con mi niño Mohamed. Con su llegada, me he aposentado. Antes si tenía un día libre me iba fuera, pero desde que lo tengo intento pasar el mayor tiempo con él. Mis niñas ya son mayorcitas y van a la suya. Pero con Mohamed todos nos hemos volcado y estamos como una piña. Así que mi tiempo libre es para mi familia.
Te como tu cara, ¿pero cuál es el plato que mejor se come La húngara?
Soy de buen comer. Cuando me tengo que poner a dieta me da mucha pena porque mi vida gira en torno a la comida, bueno la mía y la de todo el mundo. Te vas a celebrar algo, pues que es lo que requiere, una buena comida. Entonces dicen “vamos a tomarnos una cervecita”. No, una cervecita es una tapita. Me gusta todo desde un buen puchero hasta un buen entrecot. Me gusta cocinarlo y comerlo.
¿Y el qué mejor preparas?
Pues se me da bien todo, te lo puede decir mi Lorena que me acompaña en los coros, y me acompaña desde pequeña. Todo lo que hago le encanta. Ahora como no tengo tiempo me dice: “Niña a ver cuando me haces esto o lo otro”. Es muy graciosa porque todo lo que se come en mi casa luego su madre quiere hacérselo pero ella siempre dice “no está como lo de la Sonia” ja, ja.
La Sala Apolo, acoge este noche su actuación. |
Me gustan mucho las bulerías, me gusta mucho cantar por bulerías y bailar por bulerías. Bailar también por tientos. Todo lo que es el baile me vuelve loca.
Tu banda sonora.
Ay! He escuchado tantísima música a lo largo de mi vida, empecé escuchando Isabel Pantoja, me vuelve loca, y me vuelve loca Lola Flores, Los Chichos… Pero si tuviésemos que poner una canción a La Húngara creo que la de Ese hombre de Rocío Jurado porque es la que me dio la oportunidad de estar hoy aquí contigo.
Los Chichos han colaborado en el disco con un tema, en el estudio de grabación estáis alegres pero no de borrachera.
Ja, ja. Con Los Chicos siempre te lo tienes que pasar bien porque son tres fenómenos, porque no sabes nunca por donde te van a salir. Cuando empecé a grabar este tema Siempre estás de borrachera yo decía “Dios mío, Los Chichos”. Cuantas veces siendo yo chiquitita nos montábamos con mi padre en el coche y nos íbamos a la playa, diez o doce, montados uno encima del otro, e íbamos escuchándolos. Te paras a pensar toda la historia que tienen detrás de tantos años y de pronto te ves en un estudio con ellos grabando, dejando plasmado su arte, es para mí muy grande. Si cuando era chiquitita me llegan a decir que dentro de equis años vas a grabar con ellos, no me lo hubiese creído. Son cosas que me están pasando que después de tantos años de carrera todavía me cuesta trabajo creerlo.
En un Karaoke ¿por quién te arrancas?
Me encantan los Karaokes, lo que más me gusta cantar, siempre, siempre, es “Esta cobardía de mi amor por ella hace que la vea igual que una estrella” de Chiquitete. Un tema muy bonito.
Esta noche actúas en la Sala Apolo, ¿irás de verde esperanza como la primera vez que subiste a un escenario?
No, no voy a ir de verde. Pero es verdad, es verdad, si no me lo dices no hubiera caído en eso. La primera vez que me subí iba de un verde alimonado. Pues mira, igual me vuelvo loca y le digo a mi corista que se traiga el traje verde del disco y me lo pongo.
Bonitos modelos luces en el disco.
Sí, son preciosos. Pero últimamente en las actuaciones voy de negro.
Tu máxima preocupación como artista.
Yo siempre digo aquí te pone y te quita el público. Mi máxima preocupación es que mi público siempre esté contento, lo demás me da igual. A mí no me ha puesto aquí ni la televisión, ni la radio, ni nadie con una cartera detrás apostando dinero por mí. Todo esto ha sido escalón por escalón, pasito a pasito, y todo esto que he conseguido ha sido gracias a toda la gente que me sigue. Mi preocupación es la gente que me sigue.
Y das alegrías a los fans.
Siempre, mi público está antes que nada. Si tuviera que quedarme con algo de estos veinte años de carrera me quedaría con el calor del público. Para un cantante es lo más importante. No entiendo al artista que termina de cantar y se monta a una furgoneta y se va sin atender a su público. Entiendo que es difícil, pero a mí me gusta hacerlo.
Pasión por los perfumes, dime uno.
Ahora mismo Allure sensuelle, de Chanel.
Dentro de otros veinte años, con una edad aún buena para artista ¿cómo te ves?
Me veo igual que estoy ahora, yo aquí sentada, tú haciéndome la entrevista, las dos igual de monas y guapas y diciendo: “Te acuerdas veinte años no es nada, aquí seguimos” (risas)
¿Qué te gustaría saborear con este disco?
Primero, con este disco quiero callar algunas bocas de gente que decía que La Húngara ya no iba a grabar más, que si ‘pa’ aquí, que si ‘pa’ allá, pues ahí tienen Te como tu cara. Y, también, me gustaría con este disco, y mencionando un refrán que me decía mi abuela “virgencita que me quede como estoy”. Con que me siga dando lo que me ha dado hasta ahora tampoco le voy a pedir más.
Por tanto, Vivo cantando ¿Vives como quieres vivir?
Sí, vivo como quiero vivir, vivo de lo que me gusta, hago lo que me gusta y disfruto haciéndolo.
Dentro de otros veinte años, con una edad aún buena para artista ¿cómo te ves?
Me veo igual que estoy ahora, yo aquí sentada, tú haciéndome la entrevista, las dos igual de monas y guapas y diciendo: “Te acuerdas veinte años no es nada, aquí seguimos” (risas)
¿Qué te gustaría saborear con este disco?
Primero, con este disco quiero callar algunas bocas de gente que decía que La Húngara ya no iba a grabar más, que si ‘pa’ aquí, que si ‘pa’ allá, pues ahí tienen Te como tu cara. Y, también, me gustaría con este disco, y mencionando un refrán que me decía mi abuela “virgencita que me quede como estoy”. Con que me siga dando lo que me ha dado hasta ahora tampoco le voy a pedir más.
Sí, vivo como quiero vivir, vivo de lo que me gusta, hago lo que me gusta y disfruto haciéndolo.
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