viernes, 27 de noviembre de 2015

Una noche DVICIO en Bikini



Texto y fotos: Noelia Baldrich


Andrés Ceballos, líder de DVICIO, cantante y compositor de voz versátil que encuentra vía de expresión también en inglés y en portugués.

La noche del jueves en la sala Bikini pudimos descubrir El Secreto de este quinteto madrileño que con su pegadizo hit Paraíso, publicado hace algo más de un año, se ha convertido en los flamantes chicos de Sony. Si atendemos a su Crucigrama musical tienen todas las palabras para completar los significados de una banda que a pesar de su juventud, los cincos giran alrededor de los 25 años, se muestra sólida y sobradamente preparada. Han crecido en su localidad de Rivas Vaciamadrid al calor de su primer grupo Tiempo Límite, en el que no escatimaron ni un acorde para forjar su rompecabezas sonoro. Influencias anglosajonas, sustrato latino y buena cosecha del pop rock español han esculpido una propuesta fresca pero bien musculada que atiende a las apetencias del mercado con una atractiva y calurosa marea musical de sello propio. Estos ripenses hacen gala de una formidable materia prima: solventes y vigorosos instrumentistas que al amparo de un frontman de perspicacia compositiva y fuerza expresiva lanzan arrojo y depositan aplomo. Un pentagrama muy completo que los ha hecho merecedores de los premios Los 40 Principales, Cadena Dial y Cadena 100. Como para no disparar todas las alarmas discográficas. 



DVICIO lo forman: Luis Gonzalvo (batería), Nacho Gotor y Alberto Missis (guitarras), y los hermanos Ceballos, Andrés (cantante y compositor) y Martín (bajo).



















Así que, una vez dejadas las cosas claras y poner en solfa todas sus armas musicales, vamos a tejerles Justo ahora el concierto que pusieron en liza en la sala Bikini de Barcelona. Casi dos horas en las que Andrés, Nacho, Luis, Martín y Missis descargaron toda la Electricidad sonora de la reedición Justo ahora y siempre, de su álbum debut. Audaces e intuitivos armaron un espectáculo que se balanceó desde el minuto cero hasta el tiempo límite, pasadas las 23h, entre sus populares y aclamados hits, enamoradizos medios tiempos y acertadísimos covers como Feel, o Counting Stars. A la vista de las banderas argentinas y brasileñas que ondeaban en la sala -guiño a las raíces de los hermanos Ceballos-, Andrés versionó en portugués Amar Não é Pecado.



Una banda unida por la amistad que desde niños forjaron entorno a la música. Tiempo Límite fue su primer grupo.





Como tampoco es pecado que estos cinco amigos aficionados a vídeos caseros o flashmob interpretasen Be more barrio, un tema de Sheppard creado para la marca Pull&Bear. Si el grupo iba vestido con ropa de esa casa, lo desconozco, pero esa noche constaté lo que se dice de ellos: pueden dar imagen de jóvenes Rebeldes, pero es un desaliño refinado y muy pulido. Basta verlos como se asean en el cuarto de baño mientras se graban cantando sus singles. Los momentos de placer nostálgico llegaron con Desde que tú no estás, o Se te olvidó quererme. Pues bien, para que las seguidoras no se olvidasen de este espectáculo tan especial, subieron a un par al escenario para degustar con ambas una copa de vino. Ya se pueden imaginar, enloquecidas, incluso las de 17 años, que tenían prohibido catarlo, entonaban “yo siempre te amaré”.





Dos afortunadas fans fueron invitadas a subir al escenario. 




Hay que decirlo, Andrés provoca de más, pero las fans entran encantadas en el juego. Se deja tocar, rozar, comparten celulares, en definitiva, explota todo su ser y su cuerpo. Quizás, entonces, puedan tacharlo de lo que también es y salta a la vista, pero es tal la comunión, que les coge hasta el móvil para llamar a aquellas amigas que no han podido asistir. Quienes sí asistían eran muchos suegros que cayeron rendidos antes las buenas referencias del yerno: más de 14 millones de visitas tiene el vídeo en YouTube. Todo da vueltas alrededor de él y del grupo y, desde que los cazó Sony en el 2003, su música está viciando a más y más público; mientras estos jóvenes músicos siguen con la música viciados y con el número romano XXIV tatuado, como recuerdo de las efemérides que los han catapultado. Sus temas se expanden con fuerza y van entrando hasta la otra orilla. Acaban de volver de una mini gira por EE.UU. y Paz Vega también se ha enamorado grabando sus melodías. Ya pueden cantar alto Qué más puedo pedir. Mejor Nada, porque todo les sabe a éxito. A falta de Leslie Grace en el concierto, con quien grabaron este tema, salen la noche antes a cenar al restaurante de Arola y dan con Ivet Vidal, excelente partenaire para interpretarlo. Y les sale a pedir de boca. 


Para interpretar su reeditado tema Nada, el quinteto de Rivas contó con la cantante Ivet Vidal.













Una noche placentera, con un directo potente y envolvente de una banda que va con la cabeza de frente, una sala Bikini que brillaba llena y un menú muy bien condimentado, quieran interpretarlo como un creativo flasmob de McDonalds, un festín acústico de Arola o un sabroso sandwich musical en Bikini. ¡Ah! no se despidieron con Adiós, Adiós, que sirvieron a medio tiempo para no acabar con heridas, quisieron cerrar el show con una nube de color de cielo, Enamórate.



La sala Bikini lucía llena con un público totalmente entregado en perfecta comunión con el grupo. 




Sabiendo que esta crónica será analizada por sus entusiastas fans, les sirvo “la delicatessen” final que desde el principio están esperando. Sí, esta banda, además, está DVICIO.


Imagen final del concierto en Barcelona. Este sábado 28 tocan en Sevilla, Sala Antique.   Foto: DVICIO




Laura, Patricia, Raquel y Cristina, entusiasmadas
con las canciones y con Andrés Ceballos.

Enrique destacaba la alegría y la frescura de los DVICIO


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