martes, 9 de febrero de 2016

'No más canciones tristes' estando con Daniel Cros.

Texto: Noelia Baldrich / Fotos: N.B /Daniel Cros






Muchos sabemos de la bella flor que delata a este cantautor catalán y que arde en su solapa. Una rosa de color zafiro sella sus canciones, sus producciones, sus promociones, todo su universo sonoro, incluso llegado el momento del ataúd este peculiar músico ha sido muy conciso «No quiero rosas rojas, ni blancas, ni amarillas, quiero en mi capilla La rosa azul». Son más de 30 años sacando el tirititrán y dando brillo a las castañuelas y aunque pueda mortificarle soplar candelas sigue Palante dando cuerda con notas de positividad. Envalentonado por los vientos del Lebeche y el levante, y marcado por el glamour de la sangre del sur, su alma inquieta y ambulante cruza de nuevo el eterno puente colgante de la ansiedad para vivir en la curva del interrogante musical. Desde muy joven aceptó en cuerpo y alma el reto firme de darlo todo, dar una estocada al miedo y como buen tauro Dejar la piel en el ruedo. Sus inicios pop rockeros se cincelaron en distintas formaciones Brighton 64, El Clan-destino, El instante, para tomar después del sendero del “poder y quiero” en solitario, además de hacerse con el desafío del sello independiente Rosazul. Multiinstrumentista, pero sobre todo es el piano y la guitarra donde da fogonazos su talento, si contará su historia yo diría que nos toca hablar del tumbao, fue en el Taller de Músics cuando empezó a jugar con ritmos afrocubanos. Sus estudios de Geografía e Historia fueron un pretexto para adentrarse en el paisaje del Caribe. Un posterior viaje a la Habana fue como “un Ángel venido a mi ventaba (1995)” que tras Una de cal y otra de arena (1998) en la movida madrileña se adentró en el folklore de ultramar. Las atmósferas cubanas casi Por arte de Magia (2000) agitadas por el Aire de mar (2006) mediterráneo le inocularon nuevas sonoridades. Las vueltas que da la vida (2010) es una vuelta de tuerca a viejos temas con una prosodia nueva. Como nuevo fue lanzarse de crooner de jazz con Snake with surprise (2010) donde descubrimos a buenas horas un Leonard Cohen latino, pero Aquello era entonces, esto es ahora (2013). Tras 7 elécticas propuestas y sugerentes giras por Latinoámerica regresa con el firme propósito de nos más temas tristes mordiendo el corazón, ni versos amargos nublando las letras, ni quejidos sordos ahogando armonías. En esta nueva “joint venture” el compositor barcelonés con asomo de poeta, construye historias con pilla perspicacia manejando los tópicos desde una perspectiva sorprendentemente atípica. La alegría viaja a lomos de Mi moto, de la que es devoto, y donde nos interpreta el alboroto de chico corteja a chica. Sin darnos cuenta y siguiendo la insolencia del corazón, nos mete De todos los bares del mundo en el de la pretendienta. Pícaro el autor que en otro disco ya cantó “en la barra fija de lo inaudito yo seré tu candidato”. Esperando que caiga la breva recita Que venís, que te vas, incluso en catalán. Un quebranto que en Meus Olhos se convierte en un bossa nova que llora Lágrimas de viento. ¿Qué se ha hecho de la alegría que aventuraba en un comienzo? Pues se encuentra A la vera del río soledad, donde, burlón, va soleando en clave de fa. Ya les advertí de su querencia por las rimas juguetonas, por la narrativa creativa y la exótica melodía. Y mudando risas y acordes, el sentimiento pena con la ranchera Jamás me curaré, un palomazo con la mexicana Zaira Franco. Variopintos duetos con el porteño Pablo Grinjot, la brasileña Sylvia Patricia y el colombiano Alejo García que agradece dedicándoles No me falles tú. Y ahí brillan. Amplia su retrato de artista de verbo libre con el desalmado corte Suéltame pasado, una floritura compositiva que refrenda sus señas de identidad. Un "songwriter outsider" en estado de “Amnistia Internacional” que nos arremolina en torno a un luminoso carrusel andino con su singular timbre de voz y vis interpretativa. Con su guitarra a pie de andén sus cortes son pañuelos de colores que lloran lágrimas de alegre melancolía. En esta octava producción se cierran heridas y sana la razón porque Daniel Cros promete No más canciones tristes (2016, Rosazul) estando junto a vos.

Imagen promocional del singular cantautor Daniel Cros.


¿Sabes decirme la canción más tristes de todo tu cancionero?
Tal vez Tan lejos, tan cerca. "Tan lejos, tan cerca, tan lejos de ti". 


¿Ahora se te antojan No más canciones tristes?
Es una voluntad de alegría reconociendo el derecho a la contradicción.

No suenan canciones tristes, se filtra el recuerdo melancólico de la felicidad, tal vez de tus alegres vivencias de estos tres años girando por Latinoamérica.
La misma canción No más canciones tristes tiene un aire melancólico. Estas cantando una cosa y a la vez contradiciéndola.

El disco me remite a un imaginario: un andén donde una guitarra acústica llora de alegría despedidas, encuentros.
Sí, sí tengo fascinación por los trenes. En el estribillo de esta canción hay un clímax emocional que dice “al verte en la estación dio un vuelco de alegría y atravesé la vía, al verte en la estación perdí el último tren y a cambio prometiste no más canciones tristes estando junto a vos”. Es como un compromiso no habrá más canciones tristes porque me comprometo contigo.

Si este trabajo bebe de tus giras por Latinoámerica, suscribes Fortuna de haberte conocido.
La verdad que sí, ha sido una sorpresa continua con diferentes fascículos, porque empezó todo en la Feria de la música de Guadalajara y ahí armé una banda para hacer una primera gira y salió la experiencia muy bien, fue muy fluida y vi que eso era realizable. Esa primera prueba piloto la he ido repitiendo después, he vuelto a México, he hecho lo mismo en Buenos Aires, en Lima, Colombia, Medellín, Bogotá… Tiene un punto de precaución al principio porque has de encontrar los músicos adecuados pero en cualquier ciudad hay grandes músicos. Es un acto de fe, tanto a nivel vital, primero, para lanzarte a un país desconocido a compartir tus canciones a un público diferente, y al final es una experiencia muy bonita y enriquecedora.

“Cuanto talento en el bus de Santa Elena a Medellín esta mañana... otá...salut!", escribes en las redes.
Sí, sí estas experiencias se acaban filtrando en las letras, las emociones que transmiten las canciones.

Te has definido como chaquetero musical.
(Risas) ¡Cuidado con lo de chaquetero! Ay, ay, que susto me pegué porque un chaquetero en Colombia tiene connotaciones sexuales y una vez en una emisora lo dije y se quedaron blancos. ¡Uy! Hay que ir con mucho cuidado con las acepciones. Disfruto mucho de la diversidad de lenguas y las diferentes acepciones como este ejemplo, me fascina como una misma expresión en dos lugares quiere decir cosas diferentes.


El cantautor barcelonés con su guitarra de la que asegura
"cada vez suena mejor por las vueltas que ha dado".


Reformulo la premisa, una guitarra acústica que se viste de diversas texturas estilísticas: folk-rock, bolero el country la bossa-nova…
Las canciones están escritas con guitarra acústica, algunas nacen estando de viaje, y lo que pasaba, también, técnicamente es que había lugares donde no se podía conseguir piano entonces he tocado mucho más la guitarra y eso ha determinado que haya sido un disco de guitarra. Empecé en la música tocándola, mi madre me regaló la primera, pensaba que sería un capricho y que la dejaría aparcada y el tiempo le ha demostrado que no, que fue una buena compra. He vuelto un poco a los principios, de la guitarra acústica cuando me dolían las yemas al inicio porque son como alambres, te lastimas.

Además tocas las teclas y rasgas las cuerdas de manera muy peculiar.
Sí, me han dicho, no sé.

Una distinción a modo de contraseñas para marcar la diferencia.
Umm, sí, visto así. Hay una imagen que me impactó en la última gira que ha influido en la producción. Estábamos en Santa Elena, en las afueras de Medellín, con el paisa Alejo García y de Buenos Aires Rolando Diorio cantando en el bosque, alrededor de una fogata con la luna llena allí arriba y la gente rodeándola y fue una noche muy bonita, y de ahí me sirve para darle sentido a este disco: son canciones como para compartir con amigos. Por otra parte, la producción es bastante austera musicalmente, hay temas que solamente estamos guitarras y voz, otras más producidas con trompeta, batería, contrabajo. Y por lo que una parte es austero, es muy rico emocionalmente en la colaboración con otros artistas de diferentes países. Me ha aportado muchísimo, lo había hecho ya anteriormente pero no tanto como en este. Ha habido cuatro colaboraciones principales, con Zaira Franco cantamos una ranchera Jamás me curaré, con Alejo García, dos, la que da título al disco y otra que es suya Que venís, que te vas que he adaptado algunos versos al catalán, Pablo Grinjot cantautor de Buenos Aires, Suéltame pasado, inspirada en una escena de Les Luthiers de una mujer atrapada por su pasado, y, después, Sylvia Patricia cantautora bahiana con la que hemos dado una serie de conciertos por España.

¿Cómo va el vídeoclip “tocat per l’Empordá”?
Lo estamos acabando, es el tema Jamás me curaré junto a Zaira. Salimos los dos bailan en un campo de trigo. Va ser precioso. El mes que viene lo publicamos y es el primer single.

Si el disco surge en directo mientras giras por latinoámerica, ¿las letras van surgiendo Sin darnos cuenta?
Bueno, van surgiendo pero también son fruto de la voluntad de componer. Son retales que uno va escribiendo en una libreta, en el móvil, o dónde puedo y que después uno se sienta e intenta darles forma. Es un trabajo de introspección que surge A la vera del río soledad, normalmente aunque uno, también, busca opiniones siempre. A Alejo le pregunté por le título del disco “¿qué te parece que le llamemos No más canciones tristes?” .“¡De una!”, me dijo. Me gusta involucrar, tiene que ver con que soy hijo único y he funcionado siempre mucho sólo y es como un abrirme y hacer partícipe a los demás. Que juguemos todos por trasladado al niño, es como involucrar a mis amigos en el proceso.



Sus giras por latinoamérica le han enriquecido con interesantes colaboraciones. Bogotá, 2015.


Te gusta jugar mucho con las rimas.
Sí, soy muy juguetón.

Rimas alegres surrealistas, que lloran Lágrimas de viento purificadoras, ¿te las enseñaron en el curso “songwriter” en California? 
Ese fue un punto de inflexión porque yo no rimaba antes, o sea, escribía como lo ha hecho todo el mundo “hazlo como puedas” mirando a la generación anterior como han aprendido siempre los cantautores. La verdad es que me impacto el conocer que había unas pautas del “songwriting” y “lyricwriting”. El oficio en los años 30, 40, cuando se crearon muchos estándars era el tándem Rodgers and Hammerstein , el escritor de la letra y el de la música, siempre se juntaban para crear un tema, por ejemplo, para Shirley Temple y creaban un éxito. Todo esto para decir que los americanos la parte pedagógica de las canciones está muy desarrollada. El mundo de la escritura de Latinoámerica es diferente, sigue otras pautas, hay otra poética, hay escritores que también han impactado en el imaginario colectivo, pero a mí me sirvió para conocer algunas estructuras que me ayudaron a reordenarme, aunque al principio me fue bastante traumático, quizá porque estaba encajando en un formato en el que en un principio me faltaba aire, luego lo puede adaptar. Pero me sirvió.

Ahora encajas ingeniosas rimas.
Lo que sí me preocupa es ser previsible, tengo una broma “queda determinantemente prohibido rimar ‘camino’ con ‘destino’ de ahora en adelante” (risas).

Se cae en la tentación ja, ja.
Claro, pero no puede ser (risas). Hombre si está justificado no se le cortará la cabeza al cantautor.

Recuerdo una rima tuya muy curiosa “si el bandolero arrabalero de aquí te espero soy yo, te recitaré el romancero pero no hay jeque, ni apenas cheque, pero hay cassete de Charlie Parker y China Churner y Chubby Checker”.
Ja, ja, esa es inusual.

No caer en lo fácil ni en lo socorrido, ni en rimas ni en melodías.
Sí, pero también procuro ser llano, sencillo, no ser demasiado enrevesado porque a veces uno puede emborracharse de tanta originalidad.

¿Te has llegado a enredar en tus versos laberínticos olvidando la letra en mitad de un blues?
Hombre nos ha pasado a todos. A veces pierdes la atención y la, la, la.

De recursos te sobras.
Sí, sí. Lo de la memoria es un misterio en que te apoyas.


Excelente pianista, en su estudio con su flamante piano de cola nos interpretó su tema Dejar la piel


























En la prosa de la vida ¿existe una realidad que seas incapaz de versificar, que esté en Tinta invisible?
No me pasa, porque cuando hay algo que me merece la pena para escribir soy un poco estructurado y digo “voy a escribirla”. Quizás si no sale es porque considero que no tiene interés o no comunica emoción. En mi caso al menos cuando escribo canciones fluctúas entre las que son más de pensamiento y las que son más de emoción. Unas son más racionales, más divertidas, como un entretenimiento y otras que son algo más sentido, más emocional.

En este disco hay mucho de emocional.
Sí, porque realmente es cuando más comunicas.

Pero nunca nos hemos divertido tanto como la vida en dos ruedas en dirección prohibida.
¿¡Tú también!?

Sí, no en una vespa plateada pero si en un Scoopy blanca.
Ves, la canción te traslada a esa sensación de libertad de verano. Es una manera de sentir. Echo de menos cuando íbamos sin casco, la libertad que experimentabas, y ahora hay un asedio de la Guardia Urbana excesivo, ya sé que es un infracción. Te hace sentir vivo porque eres tú, te expones, es arriesgado.

He celebrado mucho esta canción, es uno de los temas más mediterráneos.
Sí, lo demás es más latinoamericano y el ritmo es un poco como una tarantella.

Graciosa tu expresión “El día en que el maestro Yoan Sánchez le puso los cueros a No más canciones tristes en Rosazul”. Él los cueros, tú los arrestos.
Ja, ja, Le llaman lo cueros a las congas, el bongo.

Atmósferas que rugen vientos.
Los ambientes son importantes, siempre me han gustado los sonidos de la naturaleza para incorporar en las canciones.

"Que nieve nieve negra / Que ruja viento azul / Que me burle la niebla/ Que caiga un alúd / Que un cielo caprichoso / Se niegue a oscurecer /Que un Santo por antojo / No quiera ejercer / Pero no me falles tú /" 
Aunque quede mal pero me encanta haber escrito ese verso, “viento azul”.

En Daniel Cros todo es azul. ¿Por Sant Jordi también regalas la rosa azul?
Me la han regalado rosa azul. No, yo regalo rosas rojas.

Metidos en terrenos amorosos, 14 de febrero a la vuelta de la esquina, ¿tienes con quién bailar el Meus Olhos o estás A la vera del río soledad?
(Risas) Estoy en los dos lados del río, ja, ja. El 14 de febrero la verdad es que no me emociona.

Pero hay que regalar este disco con tanto sentimiento y emoción.
Sí. Pero como te decía estoy en los dos lados del río: la soledad que es la creación y en el lado de compartir en el plano afectivo.

¿Has ingresado ya en el club del compromiso?
Eh…Yo tengo diferentes compromisos, es necesario para crear…

Sí, sí, pero ahora no juegues conmigo (risas) eso lo dejas para las letras.
He asumido diferentes compromisos, el primero conmigo mismo.

Te voy a seguir acechando. En este disco sigue habiendo amor de barra libre. De todos los bares del mundo entras en el de Cupido. ¿Te ha ocurrido alguna vez?
Sí, flechazos de cinco segundos, me ha pasado y ojalá que me siga pasando. Señal que estoy vivo.

Y señal que no hay mucho compromiso.
Ja, ja, no, no, no necesariamente, es una cuestión de vuelo mental o divertimento depende de cada uno como lo gestione.

Sigamos con la metáfora de los amores de barra, suelen dejar heridas que dan para rancheras como Jamás me curaré.
Sí, es parte de los riesgos de dejarse llevar, de ver lo que surge y de dar la confianza a lo desconocido sin saber si vas a salir herido o victorioso.

Cuando sales herido ¿recurres a un tema tuyo Una botella llamada Consuelo?
Eh, a mí me gusta el vino, me encanta. Disfruto mucho del buen vino que está muy conectado con la literatura, entonces es un disfrute poder escribir algo con un vasito de vino.

Cuando la boca inspiración está seca, Dios Bacco siempre ayuda.
Sí. Los bares en sí son muy fecundos a nivel creativo, emocional y pasional.

Existencialismo de barra.
Sí, porque nos transformamos, con la penumbra cambian los planos, es muy diferente.

¿Noche o día para crear?
Soy bastante diurno. Me levanto muy temprano a las 7.30h.

Teniendo el estudio a la vera de la Mar Bella, en un día tan soleado como hoy, ¿no te invita a sentarte frente al mar a componer?
Sí me fascina el mar. Cuando construí el estudio aquí tan cerca de la playa, fue un cambio vital, también. Escribí una canción Aire de mar, fue una transformación vital, siento la brisa del mar cuando estoy por el barrio, muy reconfortante.


Este jueves, 11 de febrero, Daniel Cros inicia sus directos para presentar No más canciones tristes.


















11-02 Barcelona, Centre Artesà Tradicionàrius
20-02 Madrid,  Espacio Ronda y 21-02 Madrid,  La Recoba
26-02 Andorra,  La Fada Ignorant
03-03 Valladolid, Café Teatro
04-03 Zaragoza, La Bóveda del Albergue
16-04 Gijón, El patio de la Favorita


El día 11 comienzas los directos y va ser un Que venís, que te vas, ¿por dónde te traerá y te llevará?
De momento, tenemos una serie de fechas por España: Barcelona, Madrid, Valladolid, Salamanca, Zaragoza…

Andorra, el 26 de febrero.
Sí, en la Fada Ignorant. Lo pasamos bien ahí. Es como un oasis de creatividad y locura fantástico. El Toni de la Fada es una persona muy especial si vas por Andorra la Vella ves a visitarlo tiene mucha magia el sitio.

¿Has pensado cruzar el charco?
Sí, aún no tengo fechas pero volveré a Perú, Colombia y México.

Un público muy entregado.
Si la verdad es que sí, la gente es muy demostrativa, tiene curiosidad por lo que uno hace. Son muy extrovertidos. Los europeos estamos anquilosados en algunos aspectos. Tanta normativa, tanta limitación, todo es tan cartesiano, tan marcado, tanto miedo, y no le digas esto a una chica porque es un abuso…Se desfasan las cosas. De acuerdo México es una cultura más salvaje y todo es más a flor de piel pero la gente es como más directa, dice más lo que siente y piensa. Y demuestra más, te abraza, una persona que no conoces te abraza con sentimiento y eso te hace sentir muchas cosas.

¿Quién no ha fallado nunca a Daniel Cross?
Mi madre. Pintora, con diferentes técnicas.

Muchas de tus canciones podrían reproducirse en un cuadro.
Son muy visuales.

Tal vez hay la huella del objetivo de tu padre, fotógrafo.
Puede ser, pero lo conocí poco. 

Pepe, tu abuelo, es quien más te ha marcado.
Sí, a él le dedique Sangre del Sur. Es una canción que suelo interpretar y es curioso porque como está tan conectada con el sentimiento la gente siempre la aprecia y aplaude.

En otro folklore estás metido en el sello Rosazul, un nombre que simboliza lo imposible, debe ser un reto casi imposible sacar esto adelante.
¡Qué bueno! ja, ja. Primero hice la canción La Rosa Azul, pero con el tiempo creé mi productora un home studio, fruto de mi evolución como músico para hacer arreglos para otros y un día hice ¡eureka! y dije se llamará Rosazul. Doce años después es una productora de servicios musicales que ofrece estudio de grabación, un sello discográfico, organizador de conciertos. Paco Ibánez ha grabado sus últimos discos aquí, también Ibrahim Ferrer, Lluís Llach, Miguel Póveda grabó Desglaç, Els amics de les arts, Maria del Mar Bonet… gente muy variada.

Para llevar dos facetas tan distintas, la prosa de la vida y la poética de la vida ¿uno tiene que desglosarse?
Sí, y nos es fácil, a veces traumático porque son dos dinámicas muy diferentes. También disfruto la parte de empresario de gestor cultural pero estando en España y dedicándote a la cultura es una opción dura, pero es un compromiso para que sea realizable la carrera de artista, como muchos artistas han hecho. Si quieres disfrutar cada cierto tiempo de un disco sabes que tienes que realizar otros trabajos para financiarte. 



Con el sello Rosazul, Cros realiza producciones en su completo estudio de grabación.

















"En la palma de mi mano llevo escrita mi suerte”, ¿cierto?
Tiempo atrás tuve mucho interés por el esoterismo, estudié astrología, quiromancia, con el tiempo se ha ido diluyendo y ha quedado más como un divertimento.

¿Te dicen algo las líneas de la mano?
Tengo un doble triángulo en el centro de la palma (lo enseña) que dicen que es bastante favorable.

¿Recurres al tarot para aventurar tu futuro?
El tarot es muy bonito simbólicamente y encierra mucha sabiduría. Hay muchos el Egipcio, Marsella, Rider…, es una manera de apoyarse para hacer proyecciones. Me gusta el tarot.

Hablemos primero del momento actual ¿Cómo ves el presente intransigente, tiene dientes de chacal?
(Risas) Es un momento delicado, a ver como evoluciona la situación, tengo expectativa de que las cosas se encaucen de manera que nos favorezca a toda la gente que estamos conectados con la cultura. Llevamos arrastrando demasiados años y es hora ya de que se retome el pulso y recuperemos el punto que teníamos previo a la crisis. La cultura está ninguneada y dejada de la mano de Dios. A nivel personal en mi presente yo elijo compartir mis canciones y encontrar la manera de cantar en directo que es lo que más me llena y en este estado me siento un privilegiado.

¿Qué canción te hubiera gustado firmar?
Un par de Leonard Cohen, Dance me to the end of Love y Suzanne. Soy muy fan.

Un escenario en el que te gustaría tocar el disco.
En un playa de la Mar Bella alrededor de una fogata.

Suena a Kumba.
Sí, sí, es que es así en realidad, tiene ese aire mágico frente al fuego. Esa hipnosis que se crea de aire melancólico y de hermandad entre las personas, es muy especial ese ambiente. 



Una portada muy artística para presentar una paleta sonora muy colorida con 11 temas+ 1 bonus track instrumental.


Una canción que siempre viaja contigo.
Aire de mar, La Rosa Azul, Dejar la piel. Ahora estoy haciendo los arreglos De par en par para los músicos que me acompañaran este jueves. Seremos contrabajista, batería, trompeta y coros. Estoy muy contento de tener coros, será Verónica Marín, que canta góspel, y que tiene mucho ángel.

¿El azar te niega lo que te toca?
Me siento muy afortunado, la verdad, es un privilegio hacer lo que tú quieres hacer.

Aún con el gozo de la fortuna presente el futuro siempre es imperfecto, ¿habrán mas canciones tristes?
En el próximo… “Querida tristeza de ti me enamorado ya he dejado de ser un pobre desgraciado” que decía Gabinete Galigari. La melancolía es un poco zalamera, es tentadora, dejarte llevar por la tristeza son estados del alma, vas y vienes. En el fondo estoy en la sintonía del artesano que está en el taller con sus herramientas independientemente de mi estado de ánimo. Es un trabajo duro que lo pasas mal, a veces es largo y te requiere ser como un maestro zen, la tienes que dejar respirar, luego vuelves… Es como una relación sutil con tu arte para llegar a alguna parte valga la rima, ja, ja.

En cada disco se deja algo atrás. Suéltame pasado, ¿de qué se ha desprendido Daniel Cros?
Procuro liberarme. Cuando me dicen 30 años de trayectoria no me gusta esa sensación, me gusta la ingenuidad y frescura de casi no haber hecho nada, como si no hubiera escrito nunca una buena canción, porque es lo único que me lleva a mejorar y crear algo nuevo. Si ya he llegado a ese punto, qué hago, me siento a mirarme lo bueno que soy, y he tocado con..., y he tocado en…, y hecho gira… No sirve para nada, es un punto de relativizar todo lo que has conseguido y creado porque me gusta esa sensación de la mejor canción todavía no la he escrito.

De momento ha escrito No más canciones tristes con la alegría de dejarse por octava vez la piel.



Divertido y alegre se mostró Daniel Cros durante la entrevista este pasado lunes en Barcelona.



www.danielcros.com  
facebook:daniel cros
twitter:@_daniel cros
youtube: Daniel Cros

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