viernes, 24 de febrero de 2017

Sara Marín sube con 'Vértigo' peldaños rockeros.



Texto: Noelia Baldrich / Fotos: Sara Marín







A esta cantante y compositora jerezana le sobran motivos para reír y le faltan motivos para cambiar. Desde que inició su carrera en solitario en el 2012, tras la disolución de su anterior formación, todo ha ido a mejor y a un ritmo que produce Vértigo. Dos discos en el mercado y a formar parte de Warner Music. A primeras Nadie va entenderlo, pero si se ahonda en su trayectoria y se escuchan sus trabajos se aprecia claro. A los 13 guitarra en mano y los primeros acordes, en la época universitaria primeros escenarios con Varianza, y acabada la licenciatura de Psicología inicia las notas de su carrera. Los buenos resultados no tardan en llegar: se postula como artista revelación, se posiciona en el 1er. puesto y se acopla como jurado en un programa muy coplero. Su álbum debut A mil kilómetros (2014) rueda por España con Martina, su guitarra, y la crítica la ensalza como “bendita sureña” bendiciendo su exquisita propuesta. Era más de lo que podía pedir después de dejarlo todo, hasta su Jerez. Sevilla y recién instalada en Madrid, gira con su segundo LP. 11 cortes donde esta intérprete autodidacta e intrépida, de voz afectada y rockera, despacha un trabajo de luminoso pop-rock con coordenadas country y folk. Mantiene los puntos cardinales de su esencia: letras directas, estribillos pegadizos y melodías bien estructuradas pero hay una vuelta de tuerca: potentes guitarras que asientan su fuerza. Temas que arden en un contundente Incendio sonoro a cargo de grandes músicos y de un corazón de rock a todo pulso. Suenan a desafío No me sueltes o No sigo tu velocidad cuando Duerme la ciudad; verdades que se desbordan en baladas Sé que mientes, Tenía que salvarme, mientras No lo veo claro estremece. En Se nos olvidó sobran las palabras, en Que hablen se vierten todas y todo encaja. Es hora de escucharla y hacer justicia porque suerte no le falta. Sara Marín alza el vuelo con Vértigo (2016, Warner Music).








En el primer trabajo viertes El miedo y, en este segundo, el Vértigo ¿es por qué alzas el vuelo?
Siempre al empezar un trabajo te entra algo de vértigo. Piensas a ver dónde me meto, si va a funcionar o no, si va a merecer la pena, quieras o no es un riesgo a nivel de costes de implicación de gente pero al final de nuevo más las ganas que el miedo y entonces decidí lanzarme con el segundo.

(Entrevista en vídeo)





En el primero disco te estabas buscando y en este te afianzas ¿cuáles son los pilares que sustentan esta propuesta?
Sí, en este me defino. En el primero estaba como buscándome, no sabía el estilo que se me iba a dar mejor o que me gustaba más. En este he conseguido que casi todas las canciones tengan un trasfondo muy rockero, muy guitarrero y eso era lo que buscaba. Creo que sí, ahora me defino mejor.

Lou Reed decía que cuanto menos tiempo posible estemos en el estudio mejor porque no se estropean las canciones. Cinco meses con A mil kilometros ¿este a más velocidad?
Este ha sido tiempo récord, han sido diez noches. Sí que es verdad que lo preparamos antes y lo dejamos para cuando lo tuviéramos totalmente estructurado y supiéramos lo qué íbamos a hacer. Nos metimos entonces en el estudio y lo terminamos rápido. Y así fue.

Cuentas con nuevos músicos que han aportado novedades, ¿cómo conseguís que cuaje todo?
La mayoría sí participaron en el primero, son los que me acompañan siempre y se puede decir que son como la familia, con lo cual me entienden perfectamente lo que yo quiero, y los nuevos también lo han entendido. No me ha costado mucho trabajo decirles que quería un cambio, una evolución, rápidamente lo pillaron. Me han ayudado mucho, y, de hecho, han aportado parte de su esencia. 

Nuevos sonidos, nuevas letras ¿hay la intención de soltar en todos los sentidos?
Siempre a la hora de componer, generalmente son vivencias propias y siempre te vale un poco de terapia. Al hacer una canción, sea positiva o negativa, tu estás soltando, estás diciendo todo lo que llevas. Sí, puede decir que suelto.

¿Fue premonitoria aquella mariposa que se posó en tu bolso?
Fue curioso, porque estaba con un amigo planteando el tema de irme a Madrid y me decía “vete, no te lo pienses, no le des tantas vueltas, tienes que abrirte”. Y yo “ya pero me cuesta dejar mis amistades, mi familia, mi casa, todo” y moverme sin nada. Y estando callados se posó la mariposa. Me quedé mirándola y me dijo: “ves, vuela”. Pensé, son pequeñas señales, sí.

Colgabas en las redes “Hay dos opciones quedarte y observar o lanzarte a por la vida”.
Sí, es lo que intento y lo que quiero seguir haciendo.

Te trasladas a la capital hace un mes en busca de emociones ¿te las está dando una ciudad que apenas duerme?
Sí, por ahora sí. Estoy conociendo a mucha gente que siempre es bueno, siempre aporta, y he dado un concierto, entrevistas, promociones…Estoy moviéndome mucho y solo llevo un mes. Esperemos que esto siga y no descanse.

‘Aún podemos ser libres en un canción’, licenciada en psicología, desarrollarme esa terapia que produce el componer y verter todo en una canción.
A lo mejor mi forma de expresarme mejor es cantando, escribiendo. Hay muchas canciones, que se quedan ahí, que nadie las conoce, pero que diariamente son modo de terapia para mí. Y creo que cuando mucha gente escucha las canciones las hace suyas y es terapia para uno mismo.

Los músicos llevando al paro a psicólogos.
Yo estoy en medio, tengo una cosa y la otra, con lo cual… (risas).

¿Qué canción que te ha supuesto una verdadera terapia?
En el primer disco, Bailar bajo la lluvia, que fue la primera que compuse como Sara Marín fuera de la formación de Varianza, me sirvió mucho. Parece que me la hice a mí. Habla de todo lo que venga hay que seguir para adelante. Y en este segundo disco, quizás Que hablen. Las dos tienen ese punto enérgico de lanzarse.

Que hablen para bien o para mal la cuestión es que hablen. La crítica ha hablado muy bien de ti ¿recuerdas alguna que te haya emocionado?
Me han emocionado muchísimas cosas, no dejan de sorprenderte. Hay una quizá, al principio, que me marcó y me hizo llorar. Fue justo antes de la presentación del disco, mucha gente que te sigue me deseaba “ey, mucha suerte, mucha suerte” y hubo alguien que me dijo: “Yo no te deseo suerte”. Me sentó mal pensé ¿por qué me dice eso” –“Yo te deseo justicia. Suerte no te hace falta. Tú lo has trabajado, entonces te irá bien”. Me cogió en un momento muy sensible y se me saltaron las lágrimas. Es curioso cómo la gente puede darte esa energía positiva.

Una energía positiva que se ha materializado en un contrato con Warner Music.
Sí, poco a poco, los pasitos se van dando, despacio, pero se van subiendo pequeños escalones. Una alegría inmensa, imagínate.



Cantante autodidacta que se autogestiona todo.
Sí, actúo de todo, mánager, redes… Es que ahora mismo con la crisis de la música, las compañías no dan un apoyo brutal -y menos empezando- tienes que solucionar tú. Si quieres vivir de esto tienes que solucionar. Te vas apoyando en gente que entiende y que son amigos, pero al final lo haces tú todo.

Tanto ruido ¿te nubla la composición?
Sí, hay veces que me saturo y se te olvida que tu trabajo es principalmente ese, no todo lo demás, aunque sea igual de importante. Hay veces que digo “tengo que parar” y desaparezco de redes unos días pero es más por saturación. Me centro más en la composición, ensayos…, lo que es al final la música, ese es mi trabajo.

Para componer necesitas evadirte y no escuchar nadie más por miedo a las influencias y que la canción ya no sea libre.
Exacto. Cuando me voy a poner a componer, antes estoy varios días sin escuchar nada de música porque sino, al final, inconscientemente lo haces y dices “esta canción me suena”. Claro. Intento desconectar de todo, incluso de gente, que nada me influya y relajarme y que salga lo que yo tengo.

El consejo que más te ha influido.
Me han dado muchísimos, quizás el que más me han repetido y cada día lo corroboro más es que no me lo tome como un trabajo, sino que cuando me suba a un escenario disfrute yo si quiero que la gente disfrute. Y es real, porque soy muy perfeccionista: te subes a un escenario y quieres que todo salga bien y al final lo pasas mal, hasta que te relajas. Y en ese tiempo en el que aún no estás disfrutando la gente todavía no conecta contigo. Es cuando empiezas a soltarte que se ven las caras, es real.

¿Cómo estabas en el primer concierto, 2012, y cómo ahora? 
Fue el 16 noviembre de 2012 mi primer concierto, estaba un poco histérica, era el primero y soy humana. En ese vinieron muchísimas amistades, mucha gente de los medios que conocía y me sentí muy acogida. Es verdad que estaba muy nerviosa, hablé muy poquito por si agobiaba o tartamudeaba… Ahora se nota una evolución, sigo con los mismos miedos pero he aprendido a disimularlos, siempre están ahí y creo que es bueno porque tienes un respeto, pero ahora disfruto mucho más estoy más relajada. Sé lo que hago, antes me subía al escenario “a ver qué pasa, no prometo nada”, ahora sé que el concierto va ir por aquí, y por aquí, lo siguiente que necesito es el feedback.


¿Técnica psicológica, amuleto antes de un concierto?
Siempre intento llevar este anillo. Me lo compré en Sevilla y lo llevo hace unos cinco años. Me transmite tranquilidad. Es raro que se me olvide ponérmelo. ¿Manías? Tengo varias. Justo antes de subirme me gusta estar sola, tranquilidad, me relajo. Y antes de salir del hotel tengo que tocar el concierto entero. Doy dos conciertos el mismo día. Aunque sea rápido, llevarlo fresco, como un examen que te lo lees todo por encima.

Siendo psicóloga te traslado el cuestionario de Proust adaptado al mundo de la música, para conocerte mejor.
¿Principal rasgo como cantautora?
Autoanalizarse es complicado pero por lo que me dicen suelo mezclar la parte sensible con mucho carácter. Aparento ser tranquila, una voz dulce, pero en los conciertos saco esa parte más temperamental.

¿Qué cualidad aprecia más en un cantante?
La humildad, tanto en un artista como en un personaje público, si no veo ese toque de humildad automáticamente me pone un freno.

¿La canción de tu vida?
¡Guau! Muchísimas. No sabría decirte, depende del año de mi vida voy agarrándome a una canción o a otra. Últimamente, estoy escuchando mucho a Norah Jones, no tiene nada que ver con lo que hago, pero tal vez tiene que ver que necesito algo de calma cuando llego a casa. Tengo muchos discos de ella y todos siguen esa línea de tranquilidad, de relax. Ninguna canción en concreto, ella en sí, su música en general.

¿Compositor, cantante favorito?
Bryan Adams.

Tocar, con Fito.
Claro, me encantaría.

¿Qué es lo que detestas del panorama musical?
Detesto que siempre se apoye a los mismos. El monopolio que hay. Son veinte artistas en todo los medios, todo enfocado solo a ellos. Creo que hay gente muy válida en las calles y se podría hacer cosas diferentes. Que no digo que se le quite a ellos pero que también den opción a gente nueva.

¿Tu ocupación favorita aparte de la música?
Me gusta mucho leer, viajar, el tener que trasladarme para trabajar no me cuesta ningún trabajo… Soy una chica muy sencilla, salir con mis amistades, las necesito muy cerca, no soy muy solitaria, solo para trabajar.

¿Te agarras a alguien en momentos difíciles?
Sí, en mis padres, mucho. Mi madre me da la parte de la fuerza, es mujer de carácter y cuando me caigo es “¡eh!” (arriba), y con mi padre hablo mucho con él, analizamos todo. Los dos me aportan mucho y sobre todo en los momentos complicados.

Agarrar un nuevo sobrinito ¿qué aporta?
Bueno… me encantan los niños pequeños y ahora que están llegando de mis primos y demás, son como si fueran míos. Encantada.

¿Tu ideal de felicidad?
Levantarme por la mañana y saber que tengo que hacer algo, no estar quieta, y poder seguir en la música. Que nunca desaparezca que la tenga de una forma o otra.

¿Qué te hace perder la paciencia?
Lo quiero aquí y ahora, me tengo que autocontrolar y si coincido con gente muy tranquila me desespero mucho. Soy muy práctica, si dicen “vengo vamos hacer esto” respondo “vamos hacerlo ¡ya!, por qué esperar”.



Si me lanzo y digo lo que pienso, ardemos en un incendio. Si me callo y guardo lo que siento voy a quemarme por dentro”. ¿Alguna emoción que se resista habitar en una canción?
Estoy trabajando en el siguiente disco y hay canciones que resumen etapas que estoy viviendo ahora. Pero todo lo voy a contar, tarde o temprano.

Estribillos directos, verdades como puños.
Sí, me gusta ser directa, me gusta hacerlo fácil para mí al decirlo y, creo que es fácil para el público recibirlo. No me gusta liar mucho la perdiz, me gusta ser transparente, directa.

Videoclips directos Vértigo e Incendio. ¿Cuál es el mensaje del haz de luz en Vértigo?
Me gusta que sea sencillo pero que incite a pensar. En Incendio, sí juego con las luces, no toco fuego pero es que la luz realmente es interna, el incendio es interno, juego con eso. Y en Vértigo, igual. Juego con el contraste, oscuro y mucha luz. Para incitar al público a pensar que lo lleve a su terreno. 

Si esto fuera un diván de psicólogo ¿qué confesión harías?
¿Así?, ¿en frío? Que la intuición es muy importante y, al final, aunque ocurran cosas que no se esperan o crees que no te mereces de todo se aprende. Si algo te dice que has de seguir por un camino en concreto será por algo. Hay que confiar más en el instinto. Ha habido etapas de mi vida en que no he confiado y ahora empiezo a confiar de nuevo y no me estoy equivocando.

Y ¿qué te dice?
Que siga por donde voy, que no cambie, que mucha gente intenta cambiarte, hacerte pequeña para que dependas de ella y no. Hay que evolucionar y, por supuesto, apoyarse en los demás pero al final tienes que ser tú mismo. Confiar en lo que haces y sobre todo en quién eres.

¿Tienes un lema?
Soy muy de Carpe Diem (risas). Aprovecha el momento.

¿Uno muy bien aprovechado?
En el primer disco me marcaba metas a largo plazo y, realmente, entonces, nunca llegas a disfrutar del todo porque nunca terminas de llegar, siempre quieres algo más, las vas cambiando conforme vas acercándote. En este disco, sin embargo, me planteo la felicidad hoy. Ahora mismo estoy en Barcelona, es la primera vez, estoy súper a gusto, me están acogiendo muy bien y disfrutando y no pienso en mañana cuando llegue en Madrid qué voy a hacer, no. Hoy a darlo todo en el concierto e intentar que la gente salga con una sonrisa y ganas de más.

Color preferido ¿el negro?
El rojo. Pero para vestir y actuar el negro y el verde.

Tu guitarra, Martina.
Sí. Siempre conmigo. Me da mucha seguridad, su sonido me enamoró desde el primer día. De hecho, no era la que me iba a comprar, pedí otra, se equivocaron y me dieron esta. Fue verla y flechazo pero al tocarla… como que tiene algo. Desde febrero del 2012 que está conmigo y no puedo soltarla.

¿La última vez que has sentido Vértigo?
Quizás antes de salir el disco, ¿saldrá o no saldrá? ¿lo habremos hecho bien? Piensa que el diseño lo he hecho con un amigo, entre dos, y todo era dudas. Hasta que no tuve el disco en mis manos, lo observé, está todo bien, no me quedé tranquila.





www.saramarínoficial.com
Twitter: @_SaraMarín_
You Tube: Sara Marín

No hay comentarios:

Publicar un comentario